En busca de los vuelos verdes
04/12/2022 Elmundo.es (España) – Nota
Con la misión de descarbonizar el sector de la aviación, las compañías impulsan el desarrollo de combustibles sostenibles y fuentes energéticas alternativas como el hidrógeno para reducir el impacto en el medioambiente.
La aviación juega un papel vital en la expansión de horizontes y en la ampliación de oportunidades laborales y personales. Acerca a las personas, permite cerrar negocios, reencontrarse con familiares o descubrir destinos lejanos y vivir experiencias que hace apenas cien años resultaban imposibles. Volar facilita el turismo, es clave para el desarrollo de la economía mundial y facilita la eficiencia y el fomento de la innovación. Hoy, más que nunca, la conectividad aérea es clave en nuestra sociedad y las cifras lo corroboran. El sector del transporte aéreo mundial respalda 65,5 millones de empleos y genera una actividad económica valorada en 2,7 billones de dólares americanos, según Naciones Unidas. Solo en España cada día despegan 3.257 vuelos desde los aeropuertos españoles, según datos de ENAIRE, la entidad gestora de la navegación aérea.
Pero los aviones, un medio de transporte vez más usado, emiten gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono, que contribuye al calentamiento global. El transporte aéreo emite aproximadamente cada año el 2% de las emisiones mundiales de carbono con nefastas consecuencias. Para poder seguir disfrutando de los numerosos beneficios que conlleva volar, el sector de la aviación debe crecer de manera responsable y perseguir las cero emisiones netas de carbono para el año 2050.
Para lograr este objetivo, es vital implementar medidas de reducción de emisiones de CO 2 , como la instalación de placas fotovoltaicas en los aeropuertos, la adopción acelerada de flotas más eficientes, operaciones de vuelo optimizadas y una mayor producción y despliegue de SAF (combustible sostenible para la aviación por sus siglas en inglés), producido a partir de materias primas circulares que no compiten con la alimentación, como aceites de cocina usados o residuos biodegradables de diferentes industrias, orientados a reducir el impacto de la aviación en la atmósfera. Se producen a partir de residuos como el aceite de cocina usado o los desechos de la agricultura y la ganadería. En el futuro, está previsto que los residuos municipales y los gases emitidos se conviertan en materia prima para fabricar biocombustibles. Su principal ventaja es que reducen considerablemente el impacto medioambiental de los viajes aéreos sin tener que hacer cambios estructurales ni en aviones ni en aeropuertos, ya que se puede utilizar la prácticamente misma tecnología que se usa actualmente.
En los últimos años KLM ha puesto en marcha distintas iniciativas dirigidas a conseguir un incremento del uso de combustibles sostenibles y reducir la huella de carbono. Así, en enero de 2021 la aerolínea realizó el primer vuelo comercial de pasajeros entre Ámsterdam y Madrid con una mezcla de queroseno sintético sostenible, como alternativa a los combustibles fósiles.
En esta misma línea, Sevilla se ha convertido recientemente en la capital de la descarbonización del transporte aéreo del sur de Europa. 220 vuelos han salido desde el Aeropuerto de Sevilla con combustible sostenible para la aviación (SAF) de Cepsa, que ha proporcionado este SAF, producido en su Parque Energético La Rábida (Huelva) a partir de huesos de aceituna y otros residuos vegetales del sector de la oliva en España, a todos los vuelos de Air Europa, Air Nostrum, Iberia Express, Ryanair, Vueling y Wizz Air que han despegado desde la terminal sevillana durante una semana. Con él se han cubierto 400.000 kilómetros de trayecto de una aeronave media, el equivalente a dar diez vueltas al mundo. Se trata de una cantidad suficiente para cubrir entre 400 y 500 horas de vuelo.
Esta iniciativa ha evitado la emisión de más de 200 toneladas de CO 2 , el equivalente a la plantación de más de 2500 árboles, y ha permitido a los aviones de estas seis aerolíneas despegar de la terminal sevillana con un 4,5% de SAF en sus depósitos, superando el objetivo del 2% que establece la Unión Europea para 2025. Se trata de la primera vez que en un aeropuerto del sur de Europa se lleva a cabo un suministro de SAF de estas características.