Fábrica de aviones en el limbo, a la espera de nuevos fondos

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12/05/2020 Ambito Financiero – Nota – Política – Pag. 15

Edgardo Aguilera

Los contratos privados están paralizados, y se espera que la Nación suscriba nuevos acuerdos para fabricar unidades de Pampa III.
Con la entrega del sexto avión IA-63 Pampa III a la Fuerza Aérea, la empresa estatal FAdeA quedó en el limbo, a la espera de fondos para la continuidad de la producción. Esa aeronave, la última del contrato fabricada en serie desde que en 2018 se reactivó la línea, fue incorporada a principios de abril a la VI Brigada Aérea ubicada en Tandil.

La reactivación de la planta depende de la lapicera del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. La Decisión Administrativa salvadora contempla 1.600 millones de pesos para el contrato entre FAdeA y la Fuerza Aérea por la prestación de servicios aeronáuticos, comprendiendo programas de ingeniería, mantenimiento, reparación, recorrida general (overhaul) de los aviones de la fuerza y el equivalente a 23 millones de dólares para el contrato de fabricación de 2 Pampa III de los 4 que se habían programado para 2020 en la gestión de Antonio Beltramone, antecesor de Mirta Iriondo. Uno esperaría que el dinero no vaya a tapar otras urgencias.

El ministerio a cargo de Agustín Rossi no ha dado precisiones sobre el plan de producción para la defensa del complejo fabril militar. Sí hubo palabras e intenciones comunicadas por Rossi en las apariciones públicas vinculadas con la actividad. La pandemia acaparó la gestión del ministro, omnipresente en los medios con las acciones de apoyo de los uniformados a la sociedad civil. Las misiones de fondo en las fuerzas continúan y requieren atención, por caso, sin buques ni aviones en el Atlántico Sur, los pesqueros ilegales hicieron su agosto hasta que el Gobierno reaccionó por el clamor de los pesqueros nacionales. La Fuerza Aérea necesita reforzar el control del espacio aéreo en el NOA y NEA y, el Pampa III es un avión apto para la rotación de Tucanos y Pucará abocados a la tarea.

El 20 de marzo pasado, el Gobierno amplió la lista de excepciones al aislamiento e incluyó como esencial “una dotación mínima de personal que trabaje en la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA) en Córdoba”. La planta se enfocó en la línea encargada de la modernización del avión Hércules TC-66 que estaba en la etapa final de pruebas y se entregó la semana pasada. Urgía contar con un tercer aparato para aliviar el esfuerzo de los dos únicos en servicio empeñados en la repatriación desde los lugares más peligrosos de Latinoamérica por presencia de virus, entre ellos Guayaquil. El hangar 90, donde se integra de serie el Pampa III, no siguió la misma suerte; tampoco el quinto y último Hércules que espera recibir el upgrade; no están los fondos.

La demora en la tramitación de la Decisión Administrativa puso en alerta al sector de pymes de la industria aeroespacial proveedor de FAdeA, Invap, Arsat y otras, también al Gobierno de la provincia de Córdoba que sigue de cerca la evolución de esa fábrica que fue orgullo de la Docta. El ministro de Industria, Comercio y Minería de la provincia, Eduardo Accastello, tiene en agenda una reunión con Rossi para tratar la reactivación de las fábricas militares (FAdeA, Villa María y Río Tercero). La Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial que nuclea a las empresas especializadas de esa industria envió una nota al presidente Alberto Fernández, que también recibieron Santiago Cafiero, Agustín Rossi, Matías Kulfas y el cordobés Accastello. Pidieron una Política Industrial Nacional sustentable de Defensa, Seguridad y Telecomunicaciones, basada en las empresas tractoras instaladas, FAdEA, ArSat, INVAP, Astilleros, Fabricaciones Militares junto con las empresas privadas del sector; la aplicación de una Ley de OFF-SET que permita el desarrollo nacional de la industria, “conocemos que se presentaron proyectos de la ley, pero no encontramos voluntad del anterior ministro de Defensa de apoyarla, ni su aplicación”, se compraron aviones, helicópteros, buques y lanchas por más de 600 millones de dólares sin derramar nada en la industria nacional. “De haber generado OFF-SET, se habrían aplicado unos u$s120 a 150 millones en desarrollo nacional”, dicen los empresarios de la CArAE. El Pampa III y sus evoluciones es el programa con más futuro. La tecnología aeronáutica es un componente significativo de las capacidades militares.

El grado de integración nacional pasó del diseño del avión y la fabricación de la estructura a la disponibilidad de partes y conjuntos desarrollados y producidos por pymes locales de alta especialización. La participación de proveedores nacionales alcanza hoy un 12 por ciento y desde la CArAE sostienen que pueden llegar al 25. Impactaría en el costo final del avión, lo hace más competitivo para la exportación. México es el cliente que aún mantiene interés en la coproducción del jet entrenador.

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