IMPSA: por pérdidas millonarias, puede trabarse la primera privatización de la era Milei

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Acaba de admitir que opera con patrimonio neto negativo que por ley es causal de disolución, además de haber perdido $56.000 millones durante este año
iProfesional |Por Andrés Sanguinetti

Con un cúmulo de pérdidas que en los últimos cuatro años suman casi $70.000 millones, la venta de IMPSA podría complicarse en el último tramo de la operación si se tiene en cuenta que el eventual comprador también deberá armar un plan financiero para reestructurar una deuda de u$s500 millones, además de revertir los constantes balances negativos.

Es más, semejante nivel de endeudamiento llevó a la metalúrgica mendocina fundada por la familia Pescarmona a tener actualmente un patrimonio neto negativo.

El dato surge de analizar un documento enviado por el Directorio de IMPSA a la Comisión Nacional de Valores (CNV), en el que su responsable de relaciones con el mercado admite que, tal como se observa de los estados financieros de los primeros nueve meses del año «la Sociedad resulta encuadrada dentro de las disposiciones del artículo 94, inciso 5º, de la Ley General de Sociedades N° 19.550».

Es decir, le corresponden las generales de la norma en cuanto a su disolución, ya que una de las causas de esta posibilidad es la de sufrir la pérdida del capital social.

El derrumbe patrimonial de IMPSA

En el informe, sus ejecutivos suman a este escenario las pérdidas operativas sufridas por IMPSA en este balance y a las pérdidas acumuladas a septiembre pasado.

En este marco, destacan que su patrimonio neto al 31 de diciembre de 2023 fue de $37.640.751.000, mientras que al 30 de septiembre pasado se derrumbó a $18.993.803.000.

Agregan que la pérdida del ejercicio, que se elevó a $56.634 millones, fue consecuencia, principalmente, de los costos financieros, los cuales ascendieron a $22.984 millones, y al impacto del impuesto a las Ganancias determinado por el método del impuesto diferido y la provisión de impuesto a las ganancias del período, que totalizó $36.677 millones.

«Ambos factores incidieron de forma negativa y determinante sobre el patrimonio neto positivo que mantenía la Sociedad al 31 de diciembre de 2023″, acusan los ejecutivos de IMPSA a través del informe enviado a la CNV.

Del mismo modo, explican que la devaluación del peso respecto al dólar durante este período fue del 20,04%, mientras que el índice de precios al consumidor a nivel nacional publicado por el INDEC mostró un crecimiento acumulado para el mismo lapso del 101,64%.

Los ejecutivos de la metalúrgica que pretende comprar el grupo norteamericano ARC Energy entienden que «esta enorme dispersión en las variables económicas impactó de manera negativa y muy significativa sobre el cálculo del ajuste por inflación impositivo en la provisión del impuesto a las ganancias y, por lo tanto, sobre el monto del rubro Pasivo por impuesto diferido».

Chances de cambiar

De modificarse esta ecuación en los próximos meses, podría también revertirse el patrimonio neto negativo de la empresa, sin perjuicio de las restantes circunstancias que podrían contribuir a revertir dicha situación, según se indica en el documento.

En tal sentido, el Directorio de la firma recuerda que el 1° de octubre de 2024, el FONDEP y el gobierno de Mendoza, accionistas controlantes de la sociedad, lanzaron un proceso de licitación pública nacional e internacional para la venta de la totalidad de las acciones clase «C» que poseen tanto la administración nacional como la provincial.

Esas tenencias representan el 84,9% del capital social y votos de IMPSA y se estima que, por el traspaso de los títulos, ingresarían a la compañía u$s25 millones en carácter de capitalización mínima.

Tras la iniciativa oficial, el 31 de octubre pasado, se efectuó el acto de apertura de sobres, habiéndose presentado una propuesta de compra, la cual se encuentra actualmente a consideración de la Comisión Evaluadora de Ofertas y que pertenece al grupo norteamericano.

En este contexto, en el paper los ejecutivos de IMPSA estiman que, de concretarse este proceso de venta de acciones y capitalización, «se subsanaría la situación descripta con anterioridad a la fecha de publicación de los estados financieros de cierre de ejercicio, sin perjuicio de las restantes circunstancias mencionadas en la presente y de la oportuna evaluación de alternativas financieras que permitan la mitigación de dicha situación, incluyendo, en su caso, la eventual solicitud de un posible compromiso de asistencia a los principales accionistas u otras soluciones o estructuras disponibles en el mercado».

¿Final en diciembre?

De todas formas y en caso de que la situación no logre revertirse para el momento de la aprobación de los estados financieros anuales correspondientes al 2024, el Directorio someterá la cuestión a sus accionistas a fin de que resuelvan, en una Asamblea Ordinaria Anual, las medidas a adoptar a fin de subsanar la cuestión.

El escenario no se muestra muy optimista para las intenciones del Gobierno nacional de vender la compañía antes del próximo 10 de diciembre para darle a Javier Milei la primera privatización de su mandato.

Solamente el holding norteamericano ARC Energy, desconocido para el mercado local, mantuvo sus intenciones que ya había hecho públicas a principio de año con una oferta para tomar el control de la metalúrgica.

El proceso fue organizado por el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep), como accionista mayoritario que ahora está llevando a cabo una instancia de «vistas de ofertas».

La propuesta norteamericana

En este contexto, ARC Energy, que nació en Houston en el 2011, ya avisó que pretende inyectar capital de trabajo a través de dinero que recibiría del Fondo de Inversión Americano (IAF), especializado en temas de energía e integrado por referentes de dicha industria y que tiene como uno de sus fundadores a Jason Arcenaux, quien a la vez es el CEO de ARC Energy.

Hasta el próximo 15 de noviembre habrá un compás de espera para luego obtener un dictamen de evaluación de ofertas, con base en el orden de mérito.

Se trata de un documento con carácter de recomendación de adjudicación, por lo cual no es vinculante, mientras que el 30 de noviembre deberá publicarse la resolución de la adjudicación y entre el 8 y el 10 de diciembre se tendría que firmar el contrato de compraventa con el adjudicatario.

Pero, además de los problemas financieros que ya soporta, su crisis se profundizó a partir de las medidas tomadas por la gestión libertaria de frenar la obra pública y varios de los contratos que el anterior gobierno kirchnerista le había suministrado profundizaron la crisis de IMPSA.

El objetivo de ARC Energy es el de aprovechar el potencial de la empresa como referente en América Latina, que cuenta con una tecnología propia para equipos de generación hidroeléctrica y con certificaciones para el diseño y fabricación de componentes nucleares que la puede convertir en un actor protagónico del sector energético mundial.

A esto se suma el expertise para la producción de turbinas para centrales hidroeléctricas y la construcción de elementos para reactores nucleares, equipos para la industria del petróleo y para la prestación de servicios de alta exigencia para el mantenimiento de esas tecnologías.

Pero además, el grupo norteamericano diseña fórmulas para hacerse cargo de la «hererencia» que deberá asumir a partir de los incumplimientos de contrato de IMPSA, por ejemplo, teniendo en cuenta que se vende como una empresa en marcha y también con dinero que le entraría en su caja de manera inmediata si es que logra cobrar varias de las obras que ya llevó a cabo.

Una es con YPF para la construcción de un reactor de certificación de procesos, que debería haberlo entregado en noviembre de 2023, pero que todavía no se llevó a cabo, al igual que los fondos que le adeuda Yacyretá por provisión de insumos.

Además, la compañía pretende potenciar el Centro de Desarrollo Tecnológico de Mendoza de IMPSA para hacerla crecer en el mercado y llevar alianzas estratégicas con compañías referentes de la industria de todo el mundo.

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