El directorio de la empresa de bandera israelí, que desde hace dos años registra pérdidas y fue muy golpeada por el coronavirus, aceptó una oferta del gobierno que contempla una emisión de acciones a comprar por el Estado.
A un mes de que el Ministerio de Finanzas propusiera un plande rescate para El Al, la junta directiva de la empresa aceptó una propuesta que allana el camino a una nacionalización de la aerolínea israelí, privatizada en los primeros años del 2000.
Tras dos años de registrar pérdidas y una grave crisis desatada por el coronavirus, a comienzos de junio el Teroso israelí ofreció un salvataje a través de préstamos bancarios por 250 millones de dólares con una garantía estatal del 75%, y una emisión de acciones por 150 millones que el Estado comprará en caso de no encontrar otros ofertantes, un escenario muy probable debido a las delicadas finanzas de la compañía.
Así, el Estado podría quedarse hasta con el 61% de las acciones de la compañía, lo que implicaría la nacionalización y una significativa pérdida del control de la empresa de parte de Knafaim Holdigns, el accionista privado mayoritario en la actualidad. El objetivo del gobierno, tras este proceso de normalización financiera, es encontrar compradores para que, una vez saneada, la empresa vuelva a manos privadas.
Si bien a mediados de junio desde El Al habían realizado una contraoferta para mantenerel control de la compañía, finalmente la junta directiva aprobó el esquema del gobierno con el visto bueno de los representantes de Knafaim Holdings. Según una fuente presente en la reunión de la junta, la decisión se tomó después de semanas de discusiones internas junto con asesores profesionales que determinaron que esta opción era la mejor para el futuro de la compañía.
En los próximos días el Estado deberá nombrar a un administrador cuyo objetivo final será buscar futuros inversionistas externos que salven a una empresa que en los últimos dos años registró pérdidas y que sufrió un fuerte impacto por la cancelación de los vuelos a raíz del COVID-19: unos 6.500 empleados fueron suspendidos y la misma aerolínea declaró que sin ayuda estatal podría caer en la quiebra.
Miri Regev, ministra de Transporte de Israel, afirmó que “éste es el primer paso para que El Al vuelva a las pistas” y garantizó que “trabajaremos para ayudar a la empresa en una transición que permita mantener la independencia de la aviación israelí”. Desde el comité de pilotos de la aerolínea celebraron la medida: “Aplaudimos la valiente decisión que tomó la junta directiva, era la postura que esperábamos”, indicaron.