LA PRODUCCIÓN DE AVIONES HA SIDO VENDIDA
Bombardier abandona la aviación
Bombardier, el grupo industrial quebequés, fabricante de trenes y aviones, tenía tres líneas de producción de aeronaves: los aviones CS, de unos 150 asientos, vendido hace pocos meses a Airbus por 0 euros, dado el bloqueo al que Boeing lo había sometido; la operación del modelo turbopropulsado Dash, vendido a la empresa De Havilland y le quedaban los modelos CRJ, de unos cien pasajeros, que acaba de vender a Mitsubishi de Japón por 550 millones de dólares, 480 millones de euros. Es el fin de Bombardier en la aviación, área en la que había entrado en 1986.
La venta no es una operación sencilla porque las factorías producen los aviones de forma combinada, de manera que no será fácil separar las líneas de producción. Entre las fábricas que Mitsubishi está comprando se encuentra la europea situada en Belfast, donde se produce el CRJ700, el 900 y el 1000 y que emplea a unas 350 personas. Otra factoría cercana está en Marruecos. (Mientras que Embraer, que ha sido incorporada a la cartera de productos de Boeing, tiene una factoría en Portugal).
Mitsubishi compra el modelo CRJ en sus tres variantes pero en realidad lo que hace es, además, comprar el know-how canadiense porque está trabajando en la producción de sus propios modelos de aviones medianos. Mitsubishi ya hizo volar su prototipo de avión SpaceJet (según acaba de ser rebautizado), que fue presentado formalmente en la feria de París de la semana pasada.
El modelo compite con las gamas bajas de los aviones comerciales, el C919 de China, los modelos de Embraer (ahora Boeing), el A318 y el 319, y también los Airbus 220, antes también de Bombardier. Igualmente, en esta gama está el Sukhoi Superjet ruso, que pese a ser nuevo está totalmente desprestigiado incluso en su propio país tras los últimos sucesos que ha protagonizado.
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