La tragedia del avión que se estrelló en una montaña de Bariloche

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05/02/2024 Río Negro (Río Negro) – Nota –   – Pag. 18

El pedazo de fuselaje de un avión yace a escasos metros del refugio Horrible, en las nacientes del arroyo Ñireco, a unos nueve kilómetros del barrio Pilar II. A simple vista, no llama la atención. Pero esconde una historia que se remonta a muchos años hacia atrás. A menos de una hora de caminata, sobre la ladera de la montaña otra chapa que forma parte del fuselaje brilla entre las piedras a causa del sol. Hacia arriba, asoma la cumbre del cerro Meta, a 2.100 metros de altura, donde un 13 de mayo de 1957, en medio de una fuerte tormenta de nieve, un avión de Lade (Líneas Aéreas del Estado) se estrelló dejando un saldo de 15 muertos (cinco tripulantes y diez pasajeros).

Se trataba de un Vickers Viking C3, comandado por Ramón Hugo Gastaldi.
En 1946, la Secretaría de Aeronáutica había adquirido 20 aviones de ese tipo, diseñados en Inglaterra como un avión de transporte al término de la Segunda Guerra Mundial. Siete aeronaves fueron incorporadas a la empresa FAMA (Flota Aérea Mercante del Estado) y el resto ingresó a la Fuerza Aérea Argentina y también fueron utilizadas por Lade.

Uno de esos aviones, incluso, fue acondicionado para convertirse en el primer avión presidencial y el 8 de agosto de 1948 fue presentado al entonces presidente Juan Domingo Perón. Ese 13 de mayo, los primeros en escuchar la explosión fueron los trabajadores del aserradero de la familia Felley, frente al lago Gutiérrez, al sur de Bariloche.

«Fue un accidente muy impresionante.
Nos conmocionó mucho, incluso en mi caso porque estaba vinculado a la actividad aérea ya que trabajaba en Aerolíneas Arción de poner en marcha un criadero de nutrias.

En un primer momento, viajó solo a la ciudad cordillerana para coordinar luego el traslado de su esposa, Zoraida Dakovich, y sus tres hijos.
Pero en mayo, decidió regresar a Buenos Aires para conocer a su tercera hija, de apenas un mes de vida.

«Cuando ?el Chino´ decide volver a Bariloche ese 13 de mayo, mi hermana que, en ese momento, tenía 26 años, le pide que no viaje porque era el día de su cumpleaños.

Él era una persona muy obsesiva con su trabajo y decide volver a Bariloche de todas formas», expresó Mila Dakovich, hermana de Zoraida.
Ya estaba todo preparado para la mudanza. Zoraida viajaría a Bariloche, junto a Américo y sus tres hijos, no bien se repusiera del parto.
Pero el destino era otro. Roncarolo nunca aterrizó en Bariloche y murió con apenas 28 años.

«Se estrelló e incendió el avión Viking de pasajeros», tituló el diario El Litoral dos días después del accidente. «Perecieron todos sus ocupantes», subtitulaba.

El breve artículo detallaba: «Líneas Aéreas del Estado lamenta informar que el avión Viking C3 que fue declarado en emergencia ha sido localizado por patrullas terrestres en la falda del cerro Meta, a unos 30 kilómetros al suroeste de Bariloche, destrozado y sin que se haya observado sobrevivientes. Se dirigen al lugar del hecho patrullas de rescate y aviones viajarán de Buenos Aires a Bariloche para el traslado de los restos».

«Fueron días dramáticos. Decían que no encontraban el avión, que sí, que había aparecido. Que no se podía llegar por cuestiones climáticas», precisó Dakovich.

Cuando finalmente detectaron el epicentro de la tragedia, debieron viajar los familiares para reconocer los cuerpos. «Recuerdo que viajó Américo, el tío del Chino. La llegada de los cadáveres a Buenos Aires fue muy triste. En ese viaje, viajaban tres parejas en luna de miel. Mi hermana salió en primer plano en la revista Leoplan cubierta por una mantilla negra, esperando los cajones. No se sabe si fue el disgusto o qué pero su hijita murió a los tres meses por un problema en el corazón. Fue toda una tragedia», resaltó la mujer de 83 años.

Unos 67 años después, la tragedia del avión se convirtió en un misterio que no figura en el anuario del Club Andino ni en los diarios de la época. Sólo algunos intrépidos amantes del trekking se topan cada tanto con los restos del avión, desconociendo la historia que se esconde detrás.

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