Latam. La empresa abre retiros voluntarios y los gremios exigen doble indemnización
Delegados de Latam Airlines Argentina y de los gremios que representan a los trabajadores de la compañía se vieron hoy por primera vez las caras luego de que se hiciera oficial la decisión de la empresa de dejar de operar en la Argentina, el 17 de junio pasado. Fue en el marco de una audiencia virtual convocada por el Ministerio de Trabajo, en la que el eje central de la discusión fue el mecanismo que adoptará la compañía para desvincular a sus 1715 empleados.
Mientras que los gremios exigen que se restituyan los puestos de trabajo o, en su defecto, se pague una doble indemnización, la empresa apunta a avanzar con un plan de retiros voluntarios y a que se considere la situación de fuerza mayor en la que se tomó la decisión, lo que le permitiría pagar el 50% de la compensación que corresponde en condiciones habituales. En esta oportunidad, los representantes de Trabajo se limitaron a escuchar a las partes.
La decisión central que debe tomar el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, es si habilita o descarta el procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) solicitado por Latam, instrumento que le permitiría encontrar un acuerdo para cerrar la empresa y pagar las indemnizaciones sin necesidad de la controversia, justificado por la falta de trabajo o los cambios intempestivos en la actividad.
Según consta en el acta del encuentro, las entidades gremiales solicitaron que el Gobierno reitere la intimación hecha a la empresa para que complete el pago de salarios adeudados y garantice la continuidad de los puestos de trabajo, de acuerdo con los decretos presidenciales vigentes que prohíben los despidos.
Entre otros puntos, reclamaron también que la aerolínea «cese su conducta de imponer retiros voluntarios a los trabajadores de dicha empresa» que, según señalaron, «intenta eludir la prohibición de despidos y, en su caso, el pago de indemnizaciones duplicadas».
Por su parte, la empresa explicó que la decisión de dejar el país -la que calificó de «irreversible»- generó que «parte significativa» de su personal se interese por la posibilidad de postularse al programa de retiro voluntario que la empresa tuvo abierto hasta el 5 de mayo pasado. Por ese motivo, señalaron, decidieron reabrirlo en las mismas condiciones en las que existía, con «la intención de buscar una solución consensuada y pacífica en la mayor cantidad de casos posible» y «rechazando que se pudieran haber generado presiones, extorsiones, sometimientos y/u otro tipo de irregularidades en dicho proceso».
La empresa señaló que tiene «recursos limitados» y que irá volcándolos al pago de adhesiones al retiro voluntario y anticipos salariales. Su estrategia, según quedó registrado en el acta, es que dada la situación «de fuerza mayor y falta de trabajo» actual, no atribuible a la empresa, se pueda aplicar la pauta indemnizatoria establecida en el artículo 247 de la ley de contrato de trabajo. Es decir, que se le permita pagar la mitad de la compensación prevista en condiciones normales, lo que comenzaría a concretarse una vez finalizada la instancia administrativa de los retiros voluntarios.
Los trabajadores de Latam Airlines Argentina se encuentran representadas por ocho sindicatos, tres de ellos agrupan a personas que desempeñan tareas exclusivamente en Latam. Se trata de la Unión Pilotos Aviadores de Latam (UPAL), que fue creada en 2019 por un grupo de trabajadores que rompió con la conducción gremial tradicional, más asociada con Aerolíneas Argentinas; la Asociación de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Empresas Aerocomerciales (Atcpea) y Unión Industrial de Trabajadores Aeronáuticos de la República Argentina (Ustara).
Según datos de la empresa, e stos gremios propios representan a la mayoría de sus empleados: el 70% de los pilotos, el 62% de los tripulantes de cabina y el 75% de los técnicos y despachantes, respectivamente. Sin embargo, no participan de la discusión por su condición formal: están simplemente inscriptos. Los que tienen personería gremial son otros cinco gremios que pertenecen a la industria y que son con los que la empresa debe negociar: APLA (pilotos), APTA (técnicos), APA (trabajadores de rampas) y UPSA (personal superior) y AAA (tripulantes de cabina).
Los cuatro primeros, que integran el frente de Sindicatos Aeronáuticos Unidos, tuvieron la reunión hoy a las 11 de la mañana mientras que el encuentro de la empresa con los aeronavegantes de AAA, con los que siempre negocian por separado, quedó pautado para la tarde y por ese motivo no están incluidos dentro del acta mencionada.
Respecto de la decisión que tiene por delante Moroni, un abogado del sector señaló que lo que se defina «tendrá siempre un problema de espejo» con Aerolíneas Argentinas. Si el Gobierno no le da el PPC a Latam no va a poder habilitárselo tampoco a Aerolíneas que, según señaló el experto, lo tiene como una alternativa disponible. Algo de esto quedó expuesto algunos días atrás, cuando la aerolínea de bandera decidió postergar el pago del 50% de los salarios, mientras que a Latam se la intimó a pagar el 100% incluso cuando ya había acordado con parte de sus empleados una reducción equivalente.
La empresa volvió a insistir en que retirarse del mercado local es una «decisión tomada» y, por lo tanto, no está sujeta a discusión. La empresa tuvo pérdidas que superaron los US$130 millones los últimos dos años y la paralización que trajo al mercado aerocomercial la pandemia de coronavirus terminó por implosionar sus cuentas.
Finalmente, argumentando que «se impidió la ejecución de los cambios estructurales necesarios para garantizar» su continuidad, Latam Argentina anunció que dejaría de volar en el país y que las rutas internacionales que tienen como destino y origen la Argentina serían operadas por las filiales extranjeras. Así, la relación con los gremios apareció como uno de los grandes obstáculos de la empresa y de las razones fundamentales de la drástica decisión de la empresa.
En los gremios, la explicación de la crisis de Latam escapa a la coyuntura actual. Para Ricardo Cirielli, secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), la empresa ya empezó a tener déficit desde la concreción de su fusión con TAM, en 2016 y «empezaron a trasladar pasajeros de ciudades argentinas a sus centros de operaciones en Brasil Chile y Perú, lo que hizo que el grupo creciera en desmedro de LAN Argentina pero no del grupo». «Ellos ya desde ese año dejaron de invertir en Lan Argentina, no renovaron la flota de aviones y tampoco crecieron en destinos», aseguró.
El comunicado de Latam Argentina
Crédito: Ricardo Pristupluk
Fuente: La Nación