Norwegian pierde 1,7 millones al día
Bjorn Kjos, el director general de Norwegian, ha cometido muchos errores a lo largo de su mandato al frente de la compañía. El más serio fue crecer más de lo que podía.
Sin embargo, desde hace unos meses, la compañía se ve asediada por cuestiones que parecen más bien resultado de una maldición que de la mala gestión.
En primer lugar, sus B787 fueron de los más afectados por los problemas con los motores Rolls Royce, que generaron costes adicionales significativos que, finalmente, la compañía recuperó. Los daños a su imagen por no atender a los viajeros como tocaba, en cambio, no fueron compensados.
En segundo lugar, un avión estuvo aterrizado fuera de uso en un aeropuerto de Irán, por una inoportuna avería que no se pudo resolver rápidamente debido a que existe embargo de tecnología con ese país. La avería pudo haber ocurrido en cualquier país del mundo, sin mayores consecuencias, pero le ocurrió en Irán, país que Norwegian sobrevuela raramente.
En tercer lugar, mucho más serio, toda su flota de aviones 737 Max ha tenido que quedar en tierra debido a que el avión sufrió dos siniestros. Norwegian es de las aerolíneas más afectadas en el mundo. Puede que consiga recuperar algunas pérdidas, pero eso ocurrirá cuando haya pasado un tiempo, tiempo que es lo que le falta a la compañía.
En cuarto lugar, más previsible pero que cae en el peor momento para la historia de Norwegian, el petróleo vuelve a subir. Nada hacía pensar que esto podría ocurrir ahora, pero la decisión de Trump de bloquear al producción de Irán afecta a los mercados y eso se traduce en un golpe durísimo a la cuenta de resultados de Norwegian, justamente cuando menos puede permitírselo.
La conclusión empieza a dibujarse de forma siniestra: las pérdidas del primer trimestre de este año son horrorosas, iguales prácticamente a todas las del año pasado, más de la mitad de la ampliación de capital que obtuvo. Unas pérdidas que alcanzan los 1,7 millones de euros al día, insoportables para una aerolínea.
