Un Boeing 737 de Ryanair con 187 pasajeros, a punto de colisionar con otro avión en Barcelona
PUDO HABER ACABADO EN TRAGEDIA
Se incumplieron los procedimientos de los servicios de control y la tripulación del A300-600 de carga no avisó de forma inmediata de su decisión de no aterrizar.
R. P.
Los hechos sucedieron en junio de 2022, si bien ha sido ahora cuando la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) ha emitido su informe final esclareciendo lo ocurrido.
Un Boeing 737-800 de Ryanair (matrícula EI-GJS) se disponía a despegar desde Barcelona con destino Bérgamo, en Italia. Llevaba a 187 pasajeros y seis tripulantes. En el momento del ascenso, cuando ya se encontraba rodando a toda velocidad, se activó la alerta de colisión. El motivo, un Airbus 300-600 de EAT Leipzig que no había notificado a tiempo su intención de frustrar su maniobra de aproximación al aeropuerto de la ciudad condal, según informa JacdecNew.
Después de una exhaustiva investigación, la CIAIAC ha determinado que la causa del incidente, que pudo haber acabado en tragedia, fue el incumplimiento de los procedimientos por parte de los servicios de control, unido a que la tripulación del A300-600 de carga no avisó de forma inmediata de su decisión de no aterrizar.
Exculpa, en cambio, a la tripulación de Ryanair, aclarando que cumplieron en todo momento con los requisitos de los servicios de control y realizaron un despegue normal de acuerdo con los procedimientos.
Profundizando en la actuación de los pilotos del avión de EAT Leipzig, la CIAIAC ha determinado que si hubieran notificado inmediatamente la aproximación frustrada, el controlador aéreo podría haber retenido al avión de Ryanair y no haberle autorizado a despegar.
Y en lo que respecta a los controladores, entiende que la resolución del incidente “fue defectuosa”. Según expone, requirió al avión de Ryanair que detuviese el despegue cuando ya lo había efectuado. Además, inmediatamente después, pidió a la tripulación que permaneciese a 2.000 pies, pensando que el avión de Airbus subiría a 3.000, sin tener en cuenta que el procedimiento para esa configuración de pista estipula que deben permanecer a 1.500 al realizar una aproximación frustrada.
Pese a esta cadena de errores, todo acabó en un simple susto y ambos aviones pudieron realizar las rutas previstas.