Una expedición búlgara halló en la Antártida restos de un avión argentino estrellado hace 48 años

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El avión de vigilancia marítima Netpune realizaba un reconocimiento de un glaciar pero se precipitó contra el monte Barnard en septiembre de 1976. El 29 de enero la expedición de Bulgaria encontró lo que queda de la aeronave y se lo entregará a las autoridades argentinas.

Por Julio Mosle – Telam
06-02-2024 | 18:56
Un equipo de investigadores búlgaros que exploraba las costas de la Isla Livingston halló restos de un avión argentino que se estrelló en ese sector antártico en septiembre de 1976, siniestro que causó la muerte de diez militares y un periodista, la mayor tragedia nacional en el continente blanco.

Los restos del avión serán entregados a autoridades argentinas el próximo 20 de febrero cuando la expedición búlgara haga escala en el puerto de Mar del Plata.

El accidente

El avión de vigilancia marítima Netpune, con la matrícula 2-P-103 de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración de la Armada Argentina, había despegado de la base de Río Grande el 15 de septiembre de 1976 con la misión de efectuar un reconocimiento glaciológico a través de fotografías que le permitieran al rompehielos «General San Martín» marcar un tránsito seguro para abastecer a las bases antárticas argentinas.

Por causas que se desconocen se estrelló contra el monte Barnard, de más de 1.700 metros de altura, en un siniestro en el que murieron sus once tripulantes.

En enero de 1977 un helicóptero Bell 212 del Ejército Argentino embarcado en el rompehielos «General San Martín» desplegó en la isla un equipo de andinistas para tratar de recuperar los cuerpos, pero al querer ascender hasta el lugar del accidente, a más de mil metros de altura, se estrelló en la zona y murieron sus tres ocupantes.

Aunque el lugar del siniestro estaba identificado y aviones de la Fuerza Aérea tomaron fotografías de los restos durante este mismo verano, las autoridades del momento desistieron de montar otra operación de rescate para no poner más vidas en riesgo.

El hallazgo

En la isla Livingston y en cercanías del monte Barnard, Bulgaria emplazó en 1988 la base «San Clemente de Ohrid» y en 2004 el refugio «Academia», mientras que su programa antártico mantiene múltiples y sólidos lazos de cooperación con el argentino, como por ejemplo en el adiestramiento de tripulantes del buque de investigación búlgaro «Santos Cirilo y Metodio».

El 29 de enero pasado, durante una de sus exploraciones por las costas de la bahía Falsa para recoger muestras biológicas los búlgaros hallaron restos de una aeronave que en primer término creyeron que se trataba del Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Chilena siniestrado sobre el pasaje de Drake en 2019, aunque el contacto con autoridades argentinas permitió confirmar que se trataba de una aeronave argentina.

El contraalmirante de la Armada Argentina Marcelo Tarapow ejerció como Comandante Conjunto Antártico entre 2016 y 2017, es presidente de la Academia de la Antártida y fue instructor de muchos de los tripulantes del buque de investigación búlgaro, lo que le valió condecoraciones de ese país y estrechos lazos con sus estudiantes.

En diálogo con Télam, Tarapow contó que «los restos fueron hallados por los búlgaros en la playa a los pies de un glaciar que nace del monte Barnard, lo que sucedió es que el movimiento natural del hielo arrastró los restos del avión que hace 48 años se estrelló a más de mil metros de altura hasta el nivel del mar. De alguna manera se puede decir que la montaña los devolvió».

«Los búlgaros primero creyeron que eran restos del avión chileno, pero me mandaron las fotos a mí y cuando vi el sol de mayo pintado no quedaban dudas de que se trata de un avión argentino y por el lugar del hallazgo tenía que ser el Neptune», confirmó.

Tarapow aseguró que los restos van a ser entregados en Mar del Plata por el buque de Bulgaria que además hizo una ceremonia de homenaje en el lugar.

El marino contó que «en términos personales es una historia muy cercana porque el hijo del piloto del Neptune era compañero mío de la primaria y los dos teníamos once años cuando pasó la tragedia; logramos contactar a las familias de nueve de los once tripulantes y para todos ellos haber encontrado al menos una parte del avión después de tantos años es algo que ayuda a cerrar una parte de la historia».

«Aunque hay fotografías que muestran los restos del Neptune en el lugar en el que se estrelló en 1976 lo cierto es que pasó casi medio siglo y si estos restos aparecieron en la playa es muy factible que nada se encuentre en el mismo lugar que en aquel momento por lo que no habría hacia donde orientar una nueva expedición de búsqueda; los restos hallados van a ser desembarcados en Mar del Plata y llevados al Museo de la Aviación Naval para su identificación, seguramente después habrá una ceremonia con las familias», añadió Tarapow.

La tripulación caída

Los tripulantes del Neptune eran Carlos Migliardo (Teniente de Navío), Arnaldo Mario Mutto (Capitán de Corbeta); Miguel Angel Berraz (Teniente de Navío); Claudio María Cabut (Teniente de Corbeta); Nelson Dario Villagra (Suboficial Segundo); Remberto Eberto Brizuela (Suboficial Segundo); Juan Aurelio Noto (Suboficial Segundo); Carlos Omar Campastri (Cabo Principal); Jesús Oscar Arroyo (Cabo Principal) y Benjamín Pablo Scesa (Cabo Primero). También viajaba a bordo Rodolfo Rivarola, director del Canal 13, Río Grande Tierra del Fuego.
Al homenaje realizado el domingo pasado en el lugar del hallazgo asistieron científicos de la Asociación Geográfica Española e investigadores argentinos; el acto fue encabezado por el Director de la Academia Naval Nikola Vaptsarov Naval Academy y el Almirante de Flotilla Boyan Mednikarov.

El Teniente de Navío Lucas Acosta, representante de la Fuerza Naval Argentina que asiste la navegación del barco búlgaro en aguas antárticas, recordó la cronología de la colisión del avión y del helicóptero, la mayor tragedia de la historia de la presencia argentina en la Antártida.

El embajador búlgaro en Argentina, Stoyan Mihaylov, que forma parte de la expedición búlgara en la Antártica, dijo que esta tragedia «constituye una lección invaluable de los inconmensurables desafíos, peligros y riesgos que acechan a quienes intentan sacar a la luz los secretos de la Antártica».

El Director de la 32º Expedición Búlgara en la Antártica, el profesor Hristo Pimpirev, expresó que los miembros de estas tripulaciones trabajaban por la ciencia, la paz y el futuro de la humanidad.

«Lamentablemente, perdieron la vida, pero volaron hacia el sol, como se ilustra en los fragmentos de la aeronave», añadió.

El Oficial de Mando del «Santos Cirilo y Metodio», Nikolay Danailov, recordó a la tripulación la importancia de cumplir los procedimientos de seguridad. «Bulgaria es una de las naciones más fuertes en la Antártida, y eso se comprueba a diario gracias a ustedes, la tripulación, que obtiene resultados y recibe la gratitud de todas las naciones polares en la zona occidental de la Antártica», aseguró.

También asistió al homenaje el Director General de la agencia de noticias búlgara BTA, Kiril Valchev, quien antes de participar de la 32ª Expedición Antártica Búlgara visitó la agencia de noticias Télam, con quien la agencia búlgara tiene un acuerdo de cooperación.

Foto: Bulgarian Antartic Institute y la Armada Argentina.
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