Una tormenta destroza el morro de un Airbus A320

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UN PILOTO SE METE DOS VECES EN LA MISMA TORMENTA

Actualizado 27 octubre, 2022 || Por R. P.
Pocas veces se ve el efecto extremo de una tormenta en un avión como la destrucción casi total del morro de un Airbus 320 de Latam que hacía el vuelo entre Santiago de Chile y la capital paraguaya, Asunción.

El avión, matrícula CC-BAZ, había partido de Santiago a las 16,35 hora local. Sobre las 17, hora de Paraguay, a una hora de aterrizar, empezaron las turbulencias. Debido a ellas, el avión fue a Foz de Iguazú, el aeropuerto cercano que está habitualmente destinado a los viajeros que van a las cataratas o, también a Ciudad del Este, casi en la frontera con Brasil. Allí aterrizó, pero no se pudo desembarcar porque es suelo brasileño y no había policías de migración. Se trataba del vuelo PZ1325 que se encontró con unas condiciones meteorológicas inusualmente adversas. Sin embargo, esto no causó más que un susto, pero no daños en la aeronave.

A las nueve de la noche, en Foz de Iguazú, el piloto dijo que el tiempo en Asunción estaba mejorando y que tenían que ir porque no podían desembarcar en donde estaban.

Se gestionó que las autoridades de Brasil permitieran el desembarco. Algunos viajeros bajaron del avión por su cuenta. Pero a las 22, el avión con los pasajeros que quisieron, reemprendió el vuelo a Asunción. Y ahí se produjo la situación más terrorífica que destrozó el morro del avión, la parte que protege la antena de radar que informa a los pilotos de las condiciones meteorológicas.

En ese segundo intento de aterrizaje se declaró la emergencia. La aerolínea dice que quien toma la decisión de volar es el piloto y que investigará por qué se operó en condiciones tan adversas.

Una de las pasajeras era la modelo paraguaya Pabla Thomen, quien declaró que “cuando estábamos a unos 30 minutos de llegar a Asunción empezamos a sentir turbulencias. Fue terrible. Entonces decidieron ir a Foz de Iguazú, pero no nos dejaron bajar porque no había policía de migraciones. Abrieron la puerta del avión para que entrará aire. Estuvimos dos horas. Algunos pasajeros se marcharon. Y después el avión partió de nuevo para Asunción. Cuando nos aproximábamos, el piloto nos dijo que debíamos prepararnos para un aterrizaje forzoso. Una azafata nos dijo de prepararnos para un impacto. Yo abrazaba a mi hija. Me despedí de ella diciéndole que la amaba”.

Algunas versiones dicen que uno de los motores dejó de funcionar, extremo no confirmado. Igualmente, el parabrisas sufrió daños, pero no llegó a romperse como se indicó en un primer momento.

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