Las aerolíneas insisten: volar tiene riesgo bajo con Ómicron
POR LAS CARACTERÍSTICAS DE DISEÑO DE LA AERONAVE
No hacen comentarios sobre los riesgos en el proceso de embarque y desembarque, ni tampoco cuando los pasajeros comen o beben
IATA continúa insistiendo en que la calidad del aire suministrado a bordo de un avión es mucho mejor que la que se encuentra en la mayoría de los ambientes interiores
La variante Ómicron del Covid-19 se contagia con muchísima más facilidad que las versiones anteriores del virus. Esto es así en todos los casos, también en un avión. Por eso, si antes se podía decir que los filtros eran eficaces en un avión para limitar el efecto del virus, con Ómicron las cosas son más dudosas, como reconoció el propio jefe médico de la patronal de la aviación, IATA (IATA admite que el riesgo de Ómicron se triplica en un avión).
Pero aquí hay mucho más en juego: admitir que Ómicron se puede coger fácilmente en un avión significa paralizar la aviación, por lo que IATA se ha lanzado a argumentar que la cabina del avión es un “entorno de bajo riesgo” para la transmisión de Covid-19. Esta tesis, dice la patronal, estaría respaldada por las características de diseño de la aeronave (dirección del flujo de aire, tasa de intercambio de aire y filtración), por la orientación hacia adelante de los pasajeros sentados, por las máscaras correctamente aplicadas y por las renovadas medidas sanitarias.
IATA continúa insistiendo en que la calidad del aire suministrado a bordo de un avión es mucho mejor que la que se encuentra en la mayoría de los ambientes interiores. Según la patronal internacional de la aviación, otras características de la cabina, incluido el uso obligatorio de máscaras a bordo, y los requisitos relacionados con las pruebas y certificados de vacunación, harían muy bajo el riesgo de contraer Covid-19.
Las autoridades sanitarias internacionales no han sugerido más medidas para los ambientes interiores, siguiendo los consejos de la IATA para los viajeros, incluido el uso correcto de máscaras, también se mantuvo sin cambios.
IATA no hace comentarios sobre los riesgos en el proceso de embarque y desembarque, ni tampoco cuando los pasajeros comen o beben, cuestión inevitable en los vuelos de largo radio.