Obreros unidos: la CTA se podría sumar a la CGT
La potente CTA liderada por Hugo Yasky votará si se suma a la CGT como correlato de cuatro años de luchas conjuntas. “Se logró la unidad política y es necesaria la unidad sindical. El contrato social que propone Alberto Fernández implica una pata del movimiento obrero, una del empresariado y otra del Estado. Se necesita un movimiento obrero fuerte y unido”, explican. El futuro de Moyano.
Algo que parecía impensado incluso meses atrás, ahora comienza a vislumbrarse como una posibilidad de cara a la etapa que viene después de octubre. Hoy, en el congreso nacional de la CTA que se realizará en el microestadio de Lanús, Hugo Yasky propondrá unirse a la CGT. Y es que la “unidad sindical” que viene sucediendo en las calles en estos últimos cuatro años quiere tener su correlato institucional. La iniciativa es acorde a los tiempos que vienen.
Por caso, el secretario general de la CTA lo explicó así: “La Argentina que pasó, es decir, la de los cuatro años de ajuste, la que atacó a los trabajadores, la que intentó avanzar con la reforma laboral, privatizar la jubilación, y la que tiene índices de pobreza cercanos a los de países africanos nos fue planteando la necesidad de fortalecer el núcleo de lo que fue la resistencia social a las políticas de Cambiemos durante estos años: el movimiento sindical”.
Por eso en el Congreso de hoy en el que asistirán alrededor de 5000 referentes de todo el país, se espera la presencia nada más y nada menos que del candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández; así como los candidatos a gobernador y vice de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof y Verónica Magario, y el diputado Máximo Kirchner. También participarán dirigentes de la CGT y de los movimientos sociales, como Hugo Moyano, quien asumió su octavo mandato como titular de Camioneros—y del que también se espera que vuelva a la CGT—; Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria y referente de la Corriente Federal de los Trabajadores.
Según contaron desde la CTA, “así como se logró la unidad en el espacio político, es necesaria la unidad del movimiento sindical. Esto está ligado a otro punto que tiene que ver con el nuevo contrato social que está proponiendo Alberto Fernández que implica una pata del movimiento obrero; una pata del empresariado y el Estado entonces en ese sentido se necesita un movimiento obrero fuerte y unido”.
Si bien restará saberse cómo será en lo formal este proceso—algo que no será menor, sobre todo por el propio conflicto interno que atraviesa la CGT—, lo cierto es que muchos se imaginan que será de una forma similar a lo que es la Corriente Federal de los Trabajadores que comanda Palazzo, es decir, un espacio con peso y liderazgo propio pero que funcione en el marco de una única central.
La última marcha sindical de unidad fue el 29 de abril convocada por el Frente Sindical para el Modelo Nacional—que nuclea la Corriente Federal de los Trabajadores, Camioneros y SMATA— en conjunto con las dos CTA—de Hugo Yasky y Pablo Micheli—sumado a otros sectores del arco gremial y de la economía popular. La medida se había anunciado en aquella jornada del 5 de abril, bajo el lema de “Unidad, Producción y Trabajo argentino” en donde hubo diversas marchas, incluída la de la propia cúpula sindical.
En diálogo con este portal, Agustina Panissa, secretaria Adjunta de ATE Capital sostuvo que la “unidad del movimiento obrero es parte de un proceso y de una discusión que se viene dando en los últimos cuatro años. Yo formo parte de un sector que entendió que la embestida por parte de este gobierno al conjunto de los obre fue tan fuerte que no quedaba otro camino y eso se vio reflejado en la unidad en las calles y también lo aprendimos como feministas en lo que fue la unidad de las trabajadoras incluso ampliando los márgenes de unidad que se habían dado entre los varones. Y eso es algo que se vio expresado en las urnas y se expresó también en el armado político de Fernández Fernandez. En este aprendizaje, en este piso del que no retrocedemos que es el de trabajar en la unidad habla de que necesitamos un sindicalismo que pueda estar a la altura de los desafíos de la clase trabajadora. Muchos de los proyectos que tenían como la reforma laboral no pasaron porque hubo organización sindical principalmente. Los trabajadores necesitamos un sindicalismo que este a la altura y eso tenemos que darlo con los compañeros de la CGT. Necesitamos una central obrera combativa que de cara a los desafíos Sobre todo para la reconstrucción del estado y del país.
En ese mismo sentido se expresó Carolina Brandariz, secretaria de género de UTE: “me muy importante que volvamos a discutir la unidad del movimiento obrero y que las centrales sindicales vuelvan a unificarse, por una cuestión de una coyuntura que vamos a empezar a vivir en la nueva etapa que comienza el 10 de diciembre en el que se puedan expresar demandas sintetizadas del conjunto de trabajadores y que se pueda construir un dialogo con el presidente. Y sobre todo que esas demandas estén sintetizadas en una estrategia a largo plazo y para eso es fundamental un movimiento obrero unificado en la CGT. Eso tendría muchísimo más peso político para la realidad del país que centrales divididas y eso es muy bueno para el conjunto de trabajadores que va a poder expresar sus demandas y necesidades mucho más contundentemente”.
Un decreto antes de octubre
Ya no hay dudas de que el gobierno nacional no tomó en estos cuatro años ninguna medida favorable para el conjunto del movimiento obrero. Por el contrario, desde que asumió el nivel de desocupación llegó a niveles similares a los del 2001. Pero antes de irse, volvió a dejarle un regalito al conjunto de trabajadores. Por caso, a menos de una semana de que falleciera José Bulacio, el capataz de la obra en obra en la terminal del Aeropuerto Internacional de Ezeiza que murió tras la caída de un andamio de 16 metros, y que junto a otros mil obreros realizaban a contrarreloj y en contra de las normativas de seguridad una obra para que Mauricio Macri pudiera inaugurar en campaña, el gobierno recortó por decreto las indemnizaciones por accidentes laborales. Según explicó Tomás Lukin en Página 12 “con el objetivo de proteger el negocio financiero de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART), la normativa deja de lado la tasa de interés activa del Banco Nación para reemplazarla por la variación del índice Ripte que sigue la evolución de los salarios. Así reemplaza una alícuota que, como consecuencia del ahogo monetario y el desborde financiero, puede superar el 90 por ciento anual por un indicador que, ante los escasos aumentos validados en las paritarias, no solo no empata con la inflación sino que apenas llega al 43 por ciento anual. El esquema de ajuste que ahora busca desmontar fue implementado mediante la cuestionada y resistida reforma que impulsó el propio gobierno de Mauricio Macri a comienzos de 2017”.
Por caso, un informe elaborado por el abogado laboralista Gastón Valente, que es parte del equipo de Salud del Espacio Intersindical Salud, Trabajo y Participación de los Trabajadores revela que en 2017 aumentaron los accidentes mortales en los lugares de trabajo como nunca antes desde el 2011.
Por eso, lo que suceda hoy en el congreso de la CTA será fundamental para pensar una nueva etapa en el conjunto del movimiento obrero en una Argentina que ya comenzó a transitar el tan esperado mes de octubre.