Ómicron: el gobierno argentino no evalúa tomar nuevas medidas sobre las fronteras pero tampoco lo descarta

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La República Argentina reportó ayer un número récord de casos de COVID-19, con más de 110.000 nuevos contagios registrados en 24 horas, superando en más de tres veces el pico que se había alcanzado durante la segunda ola a mediados de 2021.

Eso está provocando mucha histeria mediática, aún cuando la semana anterior la ministra de Salud, Carla Vizzotti, advirtió que había que sacar el foco del número de casos y seguir las internaciones en terapia intensiva y fallecimientos, indicadores que se han mantenido estables a pesar del crecimiento exponencial de la curva registrado en los últimos quince días.

En ese contexto, la jefa de Gabinete del Ministerio de Salud, Sonia Tarragona, en una entrevista con el canal de televisión Todo Noticias, señaló que «en este momento no estamos evaluando ninguna medida adicional de fronteras, pero tampoco podemos descartarlo».

«La dinámica de lo que pasa es tan incierta que ninguno de nosotros imaginaba que en menos de un mes íbamos a tener una explosión como la que tuvimos de casos, porque nadie pensó que iba a aparecer una variante de estas características y esto nos tiene en alerta todo el tiempo», continuó la funcionaria.

Argentina mantuvo durante gran parte de la pandemia una de las políticas migratorias más restrictivas de la región, habilitando recién en octubre del año pasado el ingreso al país de extranjeros no residentes, inicialmente de países limítrofes y  desde noviembre para todo el mundo, pero siempre solo a quienes hayan completado el esquema de vacunación, además del requisito general del test PCR realizado dentro de las 72 horas al embarque y el segundo test entre el tercer y quinto día del arribo al país.

También se limitaron los puntos de ingreso creando la figura de «corredores seguros», que en materia aérea hoy incluyen al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, al Aeroparque Jorge Newbery y al Aeropuerto Internacional de San Fernando en Buenos Aires, y a los aeropuertos de Córdoba, Mendoza, Puerto Iguazú, Neuquén, San Martín de los Andes, Salta, El Calafate, Rosario, San Miguel de Tucumán y Ushuaia.

Todo esto fue de la mano de una estricta y polémica limitación al número de vuelos internacionales, que eran aprobados en cuentagotas y pocos días de anticipación, generando inconvenientes adicionales tanto a los pasajeros como a las aerolíneas.

En gran parte de Occidente la explosión de casos generada por la variante ómicron no se ha traducido en la reimplementación de las mismas restricciones al movimiento internacional de personas que existieron durante 2020 y parte de 2021, lo cual genera expectativas de que en Argentina tampoco se avance en ese sentido.

Fuente: aviacionline.com

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