Pulseada en Diputados: El radicalismo pidió una sesión especial para meter por la ventana la reforma sindical sin tener dictamen de la Comisión Laboral
infogremiales.com.ar
El radicalismo le pidió a la presidencia de la Cámara de Diputados una sesión especial para tratar la reforma sindical que no cuenta con un dictamen que tenga aprobación de mayoría. El proyecto que promueven se dio a conocer como «democratización sindical» pero también propone el desfinanciamiento de las organizaciones gremiales y se entromete en las elecciones internas de dirigentes que hacen los propios trabajadores. Pone en tensión el acuerdo entre el Gobierno y la CGT.
El radicalismo envió este jueves a la Cámara de Diputados un pedido de Sesión Especial que tendría fecha el próximo martes para tratar un proyecto de reforma sindical que no cuenta con dictamen reconocido por la mayoría de la Comisión del Trabajo, conformada por 31 miembros, que estuvieron presentes y de los cuales sólo 15 ofrendaron su firma, sin alcanzar la mayoría necesaria.
Según el propio Martín Tetaz lo reconoció el miércoles en diálogo con Futurock, el juego cambió a partir del ingreso de Miguel Ángel Pichetto que reemplazó en la Comisión Laboral a la diputada cordobesa Alejandra Torres, que le dio a entender que iba a acompañar el dictamen, «ya implica que hay alguna especie de acuerdo entre Llaryora y Pichetto. Entra Pichetto a la Comisión y es quien da el voto que necesita el kirchnerismo para frenar el dictamen», detalló.
Sin embargo, este jueves diputados radicales reclamaron una Sesión Especial para tratar el no-dictamen, buscando desconocer una resolución de 2010 de Diputados que fuerza a conseguir el acompañamiento de la mayoría de los presentes de cada comisión para aprobar un dictamen. «Si no tuviéramos éxito con este planteo que le vamos a hacer a la presidencia de la Cámara habrá que insistir el año que viene», asumió Tetaz abriendo el paraguas.
Este miércoles concluyó el plazo para poder emitir los dictámenes que luego se tratan en el recinto de sesiones.
Vale recordar que los bloques de la ex alianza Juntos por el Cambio, con la UCR a la cabeza y la complicidad de La Libertad Avanza, lanzaron una cruzada en la Cámara de Diputados para doblegar el actual modelo sindical y debilitar el poder de los gremios.
El acompañamiento de los libertarios se dio a pesar de que el asesor estrella de Javier Milei e integrante del «triángulo de hierro», Santiago Caputo, le había prometido a la CGT que no avanzarían en el tema. La situación pone en tensión el único pacto al que llegaron Azopardo y Casa Rosada.
El proyecto que busca aprobar el radicalismo se conoce como «democratización sindical» y propone el desfinanciamiento de las organizaciones gremiales y la intromisión del poder legislativo en las organizaciones de trabajadores.
Los diputados de Unión Por la Patria denunciaron que bajo el capcioso título de “democratización sindical”, buscan convertir las conquistas de derechos laborales y sindicales en tierra arrasada, y así disciplinar al movimiento obrero.
Se trata de medidas que complementan los cambios en materia laboral que ya cobraron vigencia a partir de la reglamentación de la ley Bases, como la extensión del período de prueba a un rango de entre 6 y 12 meses, eliminación de multas por no registración laboral, legalización del despido por razones de discriminación (doble indemnización), fondo de cese por desempleo optativo, y régimen de trabajadores independientes con hasta tres colaboradores.
Entre las iniciativas, las más polémicas son las que proponen límites a las reelecciones a los secretarios generales y la eliminación de la obligatoriedad de las cuotas solidarias sindicales, cortando una de las principales arterias del financiamiento de las estructuras gremiales.