Reducción de la jornada laboral: El gobierno la ve difícil pero los sindicatos mantienen la expectativa
El gobierno ve poco factible que la oposición lo ayude con sus votos en el Congreso para la aprobación de una nueva medida de amplia aceptación popular. Sin embargo, trata de fijar en agenda un tema donde sus intereses comulgan con los de los trabajadores, mientras que los sindicatos mantienen su expectativa y ya aceleran las negociaciones con integrantes del resto de los bloques.
En tiempos de campaña electoral, el Congreso atraviesa una etapa vertiginosa donde se comenzaron a tratar temas clave a contrarreloj. Tras la aprobación de la eliminación del Impuesto a las Ganancias, el tratamiento de la Ley de Alquileres, el envío del proyecto del Compre Sin Iva y el debate en comisión de la reducción de la jornada laboral, los senadores y diputados se mueven al compás de la campaña y no toman decisión alguna sin mirar de reojo el escenario electoral.
Con este panorama, el gobierno fijó un nueva tema en la agenda de amplia aceptación popular, pero confiesa en off que ve difícil su aprobación en el Congreso. Por su parte, representantes empresariales se manifiestan en contra de una reducción de la jornada y comienzan a trabar alianzas con la oposición. Sin ir más lejos, Julio Cordero, de la UIA, había participado de los debates en comisión donde otorgó uno de los argumentos más precarios para justificar la negativa a la implementación de una nueva ley: «¿Trabajar menos, para qué?», había planteado.
Días después fue desplazado de su cargo en el Departamento de Política Social, luego de que se diera a conocer que el abogado también forma parte de los equipos de Patricia Bullrich que elaboran nuevas leyes para el trabajo, con centro en el interés de la mejora de condiciones de las empresas. Asimismo, el letrado es defensor por parte de la empresa Techint en juicios contra los trabajadores.
Sin embargo, aún con un horizonte adverso, desde el sindicalismo no bajan los brazos y los diputados Hugo Yasky, de la CTA, y Sergio Palazzo, líder de La Bancaria, organización troncal de la CGT, celebran el proyecto y se muestran esperanzados con que durante el debate se consigan los apoyos necesarios para avanzar con la ley. Creen en que los argumentos podrán sumar voluntades y confían en que el amplio apoyo popular pueda torcer la decisión de algunos legisladores.
Ricardo Peidro, secretario general adjunto de la CTA Autónoma y líder de la Asociación Agentes de Propaganda Médica, formó parte del debate en comisiones y señaló: «La pelea por la jornada laboral es constitutiva del movimiento sindical. Sindicatos que nacieron a fines del siglo XIX y principios del siglo XX han nacido bajo la lucha por la reducción de la jornada laboral. Así que está en el ADN de nuestras organizaciones este pelea», reconoció.
Y agregó: «La jornada laboral en Argentina es una de las más altas en la región. Así que en ese sentido, no es una cuestión que se nos puede ocurrir ahora de Argentina para el mundo, es al revés», explicó. «En todo el mundo se está discutiendo e indudablemente es tiempo de avanzar, de profundizar en estos temas. La reducción de la jornada laboral va directamente relacionada con la salud y la seguridad en el trabajo. Nosotros respaldamos y bregamos para que se discuta, se aplique y sea ley», subrayó.
En este sentido, el sindicalista confía en el debate que se puede dar en ambas cámaras y argumenta que no es sólo un beneficio para el sector trabajador: «Mejora la productividad, baja el ausentismo, no es una posición en contra de las empresas», aclara.
El proyecto que más chance de prosperar tiene es el de Yasky, quien propone reducir la jornada a 40 horas por semana y fue respaldado por la ministra de Trabajo, Raquel Kelly Olmos, quien pidió un cambio progresivo. Hay otros que plantean reducirlas a 36 y hasta a 30 horas.
Ministros, dirigentes empresariales y líderes sindicales ofrecieron su perspectiva en el debate en comisión para buscar puntos de consenso entre los siete proyectos que buscan modificar la Ley 11.544 de Jornada de Trabajo, que lleva 94 años de vigencia.
El abogado laboralista de la Unión Industrial Argentina, Juan José Etala, consideró que «no parece adecuado el momento en que se ha decidió avanzar en este complejo tema, no parece que en este escenario se pueda hablar de reducción de jornada laboral, ya que sólo aumenta la presión sobre el sector formal y no sobre los trabajadores no registrados, que es donde se debe apuntar».
En contrapartida, el abogado experto en derecho laboral Omar Yasin entendió que «los fundamentos de la medida se basan en mejorar la calidad de vida, la baja de la siniestralidad, la disminución del ausentismo y la suba de productividad».
Por su parte, la ministra provincial Estela Díaz agregó la perspectiva de género al debate: «Cuando pensamos en el trabajo de cuidados, la reducción de la jornada laboral es un factor que va a contribuir en el camino, como otras medidas, en la reducción de las brechas de género en el mundo laboral». Además pidió «pensar la jornada laboral en torno a la relación entre el trabajo productivo remunerado y el trabajo reproductivo y de cuidados».
Una vez que se pueda determinar un proyecto en conjunto, podría emitirse un dictamen para votarse en el recinto. La oposición está determinada a no dar el brazo a torcer en un tema en el que podría anotarle un nuevo poroto al gobierno en medio de la campaña electoral. Sin embargo, se mantienen expectantes y mientras cambie el panorama político nacional también podrán variar las posiciones de los representantes del Congreso.
Las claves del proyecto de ley
Existe un borrador que toma como base los 7 proyectos presentados por diputados de diferentes bloques y que se resume en:
- Jornada diurna: No podrá exceder de 6 horas diarias o 36 horas semanales. El proyecto de Yasky ofrece como posibilidad en la negociación parlamentaria que la jornada sea de 40 horas semanales como máximo.
Siempre este límite sería máximo por lo que no impide que sea de menor duración. Puede ser ampliada a 7 horas y media siempre que las tareas se desarrollen exclusivamente en cuatro días entre lunes y viernes. - Jornada mixta: Cuando se alternen horas diurnas con nocturnas se reducirá proporcionalmente la jornada en 12 minutos por cada hora nocturna o se pagarán 12 minutos de exceso.
- Jornada insalubre: No podrá exceder las 4 horas y 30 minutos o 22 horas y 30 minutos semanales.
- Jornada nocturna: No podrá exceder de 5 horas y 15 minutos, comprendida entre las 21 y las 6 horas.
- Horas extras: Máximas 10 horas mensuales y 2 horas extras diarias, recargo del 50% y 100% según corresponda.
- Las reducciones de las jornadas máximas no pueden llevar aparejada reducción o suspensión alguna en las remuneraciones del trabajador.
- La limitación a la jornada laboral no tendrá vigencia cuando se apliquen a horarios rotativos del régimen de trabajo por equipos.
En Argentina, la jornada laboral se rige por una ley redactada en 1929, pero ya en 1935 la OIT modificó su convenio para sugerir 40 horas semanales como norma social a alcanzarse. En 1962 redactó la recomendación 116 sobre la duración de la jornada laboral, que es equivalente a su reglamentación. Esta misma fue ratificada por 15 países, entre ellos Suecia, Noruega, Finlandia y Rusia.
La recomendación 116 de la OIT contiene una serie de puntos básicos para reducir las horas de trabajo tanto en el caso que se rebase el límite semanal reconocido por el organismo (que es de 48 horas) o que se pretenda reducir la duración de la jornada de trabajo que ya se encuentra en el máximo de 48 horas o menos.
Es así como, de acuerdo con lo establecido por la OIT, las claves para implementar la disminución de la jornada laboral son:
- Que esta debe ser progresiva y sin que se reduzca el sueldo de los trabajadores.
- Que esta puede realizarse por vía legislativa, reglamentaria o por contrato.
- Que su proceso debe tener consideradas las circunstancias de cada país y de cada sector, esto incluye el nivel de desarrollo de la nación, los progresos obtenidos con la implementación de tecnología y la necesidad de elevar el nivel de vida de su población.
- El principio de progresividad puede aplicarse en el tiempo, por rama o sector, o cualquier otra fórmula más apropiada a las condiciones del país.
- Que debe darse prioridad a las industrias o actividades con un esfuerzo físico o mental especial o con riesgo para la salud quienes trabajan en ello.
- Que la autoridad de cada país estará encargada de determinar en qué circunstancias y dentro de qué límites podrán autorizarse excepciones a la duración normal del trabajo.
«Cada Miembro debería fomentar y, dentro de los límites en que sea compatible con las condiciones y costumbres nacionales, asegurar la aplicación del principio de la reducción progresiva de la duración normal del trabajo, empleando medios apropiados a los métodos vigentes o que pudieran establecerse para reglamentar la duración del trabajo», indica la OIT en el instrumento.