Planes, equipamiento militar y Atlántico Sur: entrevista con el Ministro de Defensa, Jorge Taiana

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Zona Militar: Luego de haber trascurrido más de tres meses desde su nombramiento al frente del MINDEF, ¿Cuáles fueron las principales cuestiones a tener en cuenta cuando asumió?

El ministro agradeció a Zona Militar, destacando la importancia del medio y el esfuerzo que realiza por «hablar un tema que en general no tiene en la Argentina, quizá, el espacio o el debate que debiera tenerse en profundidad buscando cuáles son los rumbos estratégicos que se deben tomar». 

Jorge Taiana: Cuando llegué al Ministerio lo encontré en pleno funcionamiento. Recientemente se habían tomado dos medidas muy importantes para cambiar la perspectiva sobre el personal de las Fuerzas Armadas. Una medida más interna dirigida al personal militar, que fue la modificación del sistema conocido como regularización salarial (la incorporación al salario de distintos adicionales que no estaban contemplados), lo que permitió mejorar la situación salarial del personal en retiro, le dio un horizonte de futuro al personal en actividad sobre sus condiciones al finalizar su carrera y mejoró la situación de la obra social. Esta medida fue muy importante porque, uno de los problemas que tenemos en la Fuerza, es la competencia del sector privado sobre nuestro personal. Las Fuerzas Armadas capacitan al personal y ese es el mejor recurso que tenemos. Pero la formación es un trabajo complejo, que debe tener continuidad y actualizarse. Si uno no da un horizonte de carrera profesional atractivo, el personal pierde entusiasmo.

Por el otro lado, desde el punto de vista del personal pero más ligado a lo profesional, creo que la aprobación de la Ley del FONDEF transformó la perspectiva de mediano plazo para el personal en actividad. Sobre todo para los oficiales jóvenes que están en el desarrollo de su carrera y que habían enfrentado durante mucho tiempo una situación de retracción de los medios y capacidades y de deterioro del material, lo que hace que desde el punto de vista del desarrollo profesional la carrera pierda atractivo. Eso estaba desalentando el trabajo de nuestros hombres y mujeres que forman parte de las Fuerzas. Por eso el FONDEF es el fondo que nos permite reequipar y modernizar a nuestro instrumento militar.

Esas dos medidas crearon un escenario distinto y mostraron la decisión política de este gobierno de recuperar paulatinamente nuestras capacidades con una perspectiva de futuro. Es importante mencionar que esto, a su vez, se enmarca dentro de la Directiva de Política de Defensa Nacional que aprobó el Presidente en junio y que nos da un marco estratégico sobre la política de Defensa. Argentina tiene una particularidad, que es una separación muy clara entre las competencias del área de Defensa, que establece la ley de Defensa para las FF.AA, y la competencia de Seguridad, que establece la Ley de Seguridad Interior para la Fuerza de Seguridad. En ese marco, la DPDN es muy clara, y establece tres o cuatro puntos sobre los que hay que realizar el trabajo y consolidarlo.

Para contextualizar, es importante remarcar que vivimos momentos de cambio donde se está dando una gran evolución del desempeño militar por las características posibles de conflictos y tensiones en el mundo y por ende de la defensa pero sobretodo por el avance de la tecnología. Hoy estamos con instrumentos aptos para comenzar con esa estrategia de recuperación de capacidades.

La Argentina es el octavo país en extensión geográfica del mundo, si tomamos además el mar continental es más importante. Somos un país muy extenso, que tiene la segunda frontera más larga del mundo (la primera es Canadá-Estados Unidos, la segunda la de Argentina-Chile). Somos un país con una densidad de población relativamente baja para esa dimensión y, al mismo tiempo, mal distribuida. El concepto básico de ese mundo, de esa defensa, es lo que se plantea en la Directiva: una estrategia defensiva. Esto quiere decir que la Argentina no es un país que va a atacar o agredir a nadie, pero sí va a defenderse si es atacada. La estrategia defensiva no supone ni la pasividad ni el desarme del país, supone una estrategia basada en una capacidad de movilidad, de respuesta rápida, de capacidad de reacción táctica fuerte, y eso está englobado en un concepto de disuasión. La estrategia defensiva basa su éxito en su capacidad de disuasión; eso se construye, requiere trabajo técnico y táctico, trabajo de entrenamiento y por supuesto, de materiales y capacidades.

En segundo lugar, hay que resaltar que aún nos encontramos en una pandemia que persiste en el mundo, pese a haber más libertades que hace unos meses. Eso hay que tenerlo claro cuando uno ve, por ejemplo, la situación del otoño europeo. No podemos afirmar que hemos derrotado definitivamente a la pandemia, pero si hemos logrado un muy alto nivel de vacunación de la población, lo cual sí creo que es un elemento estratégico. Debemos estar orgullosos de la Argentina porque hemos tenido una capacidad y un porcentaje de vacunación notoriamente alto. Hoy la Argentina ha conseguido 90 millones de vacunas y, además, tiene un elevado porcentaje de población vacunada.

En ese marco es que comenzamos a gestionar el Ministerio. Por un lado, era necesario continuar con las operaciones que estaban en desarrollo: Belgrano 1 (que fue más una asistencia a la sociedad y a los sectores más desprotegidos, una asistencia de insumos sanitarios y alimentaria) y el Belgrano 2 (que fue la ayuda en la campaña de vacunación). Estas dos operaciones se mantuvieron, una no reemplazó la otra sino que fueron simultáneas y muy importantes. Son las operaciones más importantes que tuvieron las Fuerzas Armadas desde Malvinas, porque se demostró la capacidad del Instrumento Militar para desarrollar tareas de ayuda social y de enfrentamiento a las catástrofes, en este caso a la pandemia. Creo que ayudó a modificar y acercar a las Fuerzas Armadas con la Sociedad Civil, para los dos fue mutuamente beneficioso ese desarrollo.

Además de esas operaciones tuvimos otras en marcha, como fue la operación del comando general electoral. Las Fuerzas Armadas son custodios de los comicios, y al mismo tiempo dirigen todo el operativo no sólo de seguridad de las urnas sino de los establecimientos. Esas dos cosas se desarrollaron exitosamente, se cumplió la tarea en todas partes y los comicios mantuvieron la tradición argentina de transparencia, eficacia, legalidad y legitimidad de los mismos, y eso es una tarea que no es menor ya que hubo que enfrentar unas elecciones que, por la pandemia, tuvieron mayores dificultades (por el hecho de usar más locales y más mesas de votación).

Además de estas operaciones (Belgrano y Operativo Electoral), teníamos varios desafíos más. El primero, era que este es el primer año del FONDEF. Por un lado, teníamos que desarrollar, con una movilidad reducida y una serie de limitaciones propias de la pandemia, cómo poner en marcha el FONDEF, cómo se presentan los proyectos, cómo se seleccionan, cómo se llevan adelante, cómo se otorgan prioridades o cuánto dinero se puede recibir. A finales del 2020 recibimos una parte, otra en el 2021 y en agosto los 11 mil millones de pesos que restaban. Vamos a llegar a fines de diciembre con un altísimo nivel de ejecución de los fondos atribuidos al FONDEF.

En segundo lugar, teníamos que lograr la consolidación del FONDEF. La ley dice que el primer año se da el 0,5% de cierta recaudación, el segundo año se da el 0,65. De esta forma se le dio mayor legitimidadyprevisibilidad al FONDEF al cumplir lo que establece la ley. Este es un paso muy importante, el FONDEF permite recuperar capacidades, modernizar y adquirir. Se usa en un amplio espectro desde la modernización o arreglo de varios de los Hércules, hasta avanzar en la contribución de los aviones Pampa.

ZM: En materia de política de defensa, para seguir un poco la línea de lo que mencionaba tanto de que salió la norma del blanqueo salarial y por otro lado la del propio FONDEF, hay una norma que hace tiempo se viene hablando que es la Ley de Personal y su idea de reformarla. ¿Cuál es el estado o el horizonte que tiene esta norma?

JT: Yo creo que es evidente que hay que modernizar la Ley de Personal que tiene 50 años. Hubo un grupo de trabajo que se armó durante la anterior gestión del Ingeniero Rossi, formado por ministros destacados de las principales fuerzas políticas, con el cual se avanzó mucho (diría que tenemos un 80% de acuerdos y consensos con esa ley). Hay algunos puntos en los que tenemos matices y cosas que resolver, y eso es lo que tenemos que intentar trabajar para que eso salga con un acuerdo amplio. Si tenemos la idea de que las políticas de Defensa son políticas de Estado, porque en un país como la Argentina (que tiene un problema importante como lo es que parte de su territorio esté ocupado por una potencia extranjera y por una potencia nuclear), que las políticas de Defensa sean una política de Estado creo que da una fortaleza imprescindible para un país como el nuestro, un país mediano, que no es una potencia atómica ni es un miembro permanente del Consejo de Seguridad (como el Reino Unido).

Se ha trabajado en la Ley de Personal, que tiene 50 años, así como en la Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas, una ley que se hizo durante el gobierno del doctor Menem en 1998, pero que establece una serie de normas que en la práctica no se han cumplido. Para eso estamos actualizando el proceso de planeamiento estratégico. A partir de la Directiva Nacional, se trabajó entre el Estado Mayor Conjunto y la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares en bajar una política que llegue a todos los niveles y nosotros queremos llevarlo adelante. Nos parece que esa es la forma, no tienen que pasar tantos años sin que haya un plan en marcha.

Eso es otra parte importante del marco legislativo de las Fuerzas Armadas, no solo la Ley de Personal sino también la Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas. Creemos que hay que poner mucho acento en el debate no para polemizar, sino porque entendemos que en el mundo que estamos viviendo se están produciendo modificaciones estratégicas. Estamos enfrentando una serie de cambios muy grandes; no hace más de tres o cuatro días que Rusia destruyó un satélite provocando un ataque de susto en la extracción espacial multinacional. Hay transformaciones muy grandes en la forma en que se puede llevar adelante un enfrentamiento armado a escala, y hay por otro lado focos de tensión en el mundo que están y se van modificando, que van a persistir porque estamos en una etapa de cambios de la correlación de fuerzas a nivel mundial y en la dirección de los flujos económicos del Atlántico Norte al Pacífico. Estamos entonces en un cambio que tiene consecuencias políticas, económicas y, obviamente, sus consecuencias militares. Todo esto es un proceso, no hay que verlo como algo que comenzó hoy y cambiará mañana; son procesos de un mediano y largo plazo, pero se están dando. Nosotros tenemos que ser capaces de anticiparnos a ellos para, como país, estar en la mejor posición para defender nuestro interés soberano. Tenemos que saber que, en general, esos cambios de fuerzas relativas entre grandes potencias suelen estar acompañados de fricciones, tensiones y, muchas veces, acciones violentas. Nosotros tenemos que estar preparados como país y como región para eso. Insisto en que América del Sur se destaca por ser una zona libre de armas de destrucción masiva, ni nucleares ni químicas ni biológicas, ha estado libre del terrorismo internacional (salvo los dos ataques que sufrimos en la Argentina en la Embajada de Israel y en la AMIA) y creo que estamos bastante alejados por lo menos de las tensiones religiosas y étnicas que hay en otras partes del mundo, que han llevado a enfrentamientos muy violentos y con muchas víctimas fatales, desplazados. Creo que tenemos que trabajar y estar preparados para eso.

ZM: Ligado justamente a lo que mencionaba recién de dinámicas internacionales, y yendo específicamente el caso argentino con lo que menciona la Directiva de Política de Defensa Nacional y la importancia que le da al área marítima argentina y sus espacios de influencia marítimos, a las Islas Malvinas incluso y a otros espacios circundantes, ¿Cómo se puede instrumentalizar o qué planes tiene el Ministerio de Defensa, como para brindarle capacidades a la Argentina para que materialice el texto o el espíritu de la norma de la Directiva de Política?

Eso tiene varios aspectos. Tiene un aspecto que es de materiales o elementos para poder desarrollarla, por ejemplo la compra de las cuatro OPV que realizó el gobierno anterior pero que ya llegaron dos. La tercera está en camino, en el medio del Atlántico (antes de ayer estuvo participando en una misión de un velero cerca de las Canarias que entró en emergencia con una persona grave). La cuarta ya se botó y está haciendo las primeras pruebas y ejercicios todavía en Francia, pero ya está la cuarta en marcha. Eso es una parte.

Por otro lado, estamos recuperando algunas capacidades. El Orion (avión de larga distancia para observación) está en reparación en el marco del FONDEF, y está prevista la compra de por lo menos tres aviones de transporte mediano y uno de observación de larga distancia que esperamos poder hacer el año que viene.

Una de las ventajas que no mencioné del FONDEF es que nos permite darle plurianualidad a ciertas cosas, y esto es importantísimo porque una de las estrategias en todo el desarrollo de su desarrollo y reequipamiento de las Fuerzas es el desarrollo de un cluster, de una red de pequeñas y medianas empresas vinculadas a la producción para la defensa, que trabajen en sinergia con las Fuerzas Armadas, las mismas empresas del Ministerio, etc. El ejemplo mayor y sencillo es el textil, la compra de indumentaria. Son 11 las empresas que se seleccionaron con un carácter federal, que deben tener ya cierta capacidad técnica. Pero además, el hecho que son una compra plurinanual, permite planificación a las empresas y, por ende, permite inversión. También con el FONDEF la idea es darle una perspectiva de mediano plazo.

Volviendo al punto, además del material (tenerlo y repararlo), lo que debemos tener es una campaña antártica potente, y este año es potente. Tiene un objetivo particular muy grande: recuperar la base Petrel, que era permanente y principal antes de Marambio, para que en vez de ser una base de verano y transitoria como es hoy vuelva a ser permanente. Eso lo vamos a hacer este año, estamos comenzando a hacerlo, mandamos ya un equipo. Todavía no salió el Irízar pero ya están los primeros contingentes en la Antártida, fueron algunos a Marambio. Ya se desplazó gente que está en Petrel trabajando.

El otro objetivo importante refiriendo a la misma área, para consolidar la presencia en el sector antártico, es la construcción de un muelle en Ushuaia, comenzar las tareas del polo logístico de Ushuaia. El primer paso es construir ese muelle, tenemos los recursos y vamos a comenzar y ponerlo en marcha. Acá hay un equipo que se ha armado para trabajar en eso.

En un tercer punto, vamos a poner en marcha también un puente aéreo entre Gallegos y Rio Grande y Ushuaia. Se sabe que ahí dependemos para la comunicación del paso a través del territorio de Chile. Nosotros queremos recuperar y eso lo va a hacer la Fuerza Aérea, primero con dos Twin Otter que ya no van más a la Antártida para hacer un puente que sea diario de Rio Gallegos-Rio Grande-Ushuaia en pos de favorecer de manera más directa la comunicación.

ZM: ¿Eso implicaría darle mayor peso a la base de la FAA que está en Gallegos?

JT: Paso a paso. Vamos a darle más importancia y vamos a poner en marcha esos aviones, y lo vamos a hacer porque debemos tener más presencia y Gallegos es un lugar importante. Estamos tratando de hacer el mayor aprovechamiento de los recursos, así que seguramente la Provincia nos va a prestar el hangar para el Twin Otter que está en el aeropuerto provincial.

El otro tema es el control de las 200 millas y la pesca, que es fundamental, y lo estamos haciendo bastante bien (mucho mejor de lo que dicen muchos medios, que lo dicen interesadamente; no me refiero a medios locales sino extranjeros que, sin duda, con algún interés económico tal vez, ponen el acento en ello). Hay algunos puntos en los que yo insisto que son de gran importancia. Nosotros debemos tener no solo el relevamiento aéreo sino también un control desde tierra de radares más completo que tiene que ir extendiéndose para proteger todo el territorio nacional, y también debemos solucionar algunos problemas. Cuando hablamos de la soberanía y de las conexiones tenemos que lograr que la Argentina marítima y la Argentina fluvial estén definitivamente comunicadas, y eso implica avanzar en la construcción y licitación del Canal Magdalena. Ese es un tema que le he puesto mucho acento, porque permite ir desde Bahía Blanca al puerto de Zárate o de Campana por aguas argentinas, cosa que hoy no podemos hacer (porque hay que ir hasta Uruguay, esperar allí y tomar el canal Punto Indio para entrar en acceso a las vías fluviales argentinas). O sea que la Argentina fluvial y la Argentina marítima hoy no están interconectadas, y eso creo que sí es una prioridad. Por eso está en el presupuesto los recursos para la construcción del Canal Magdalena y por eso esperamos con ansiedad y prontitud que se ponga en marcha la licitación.

ZM: En el caso del FONDEF ligado puntualmente al Ejército Argentino, ¿Cuáles son aquellos proyectos que quiere avanzarse desde la cartera (teniendo en cuenta blindados, helicópteros, etc)?

JT: Estamos avanzando en el TAM 2C, que es un proyecto que estuvo desde antes y paralizado y que ahora se está avanzando en Boulogne, que es la modernización de más de 70 tanques de gestión mediano, que se le modifica la torreta, el armamento. Eso es una cosa importante. Lo otro es la compra de vehículos blindados a rueda para infantería. Eso estamos en etapas finales, como todos saben ha habido tres ofertas: Estados Unidos con uno más grande, China y el Guaraní brasileño, que para Argentina tiene una serie de ventajas por ser un país vecino, por ser parte del Mercosur, por tener el mantenimiento necesariamente más barato por la vecindad y porque además tiene un motor que se hace en la Argentina, que es el IVECO. Eso está planteado, está en negociación, la cuestión, como siempre, en estas cosas es el financiamiento. Yo creo que más temprano que tarde vamos a poder solucionar el problema financiero y nos orientaremos hacia el Guaraní si es que en el medio no surge otra oferta.

ZM: Ligado a lo que mencionó recién del financiamiento, algo que se viene hablando desde dos años por lo menos, y ya yendo al ámbito de la Fuerza Aérea Argentina, es la posibilidad del reemplazo del viejo sistema Mirage dado de baja en el 2015. Hoy en día hay varias ofertas que han realizado distintos países, ¿Se mantiene este horizonte de conseguir en el corto-mediano plazo un sistema de intercepción supersónica?

JT: Hay tres cosas que están claras. En el ejército tenemos que recuperar tanques para caballería, transporte para la infantería y más capacidades de helicóptero. En la Marina, tenemos que incorporar pero sobre todo recuperar la capacidad submarina, que hoy no la tenemos. En la Fuerza Aérea, tenemos que recuperar las capacidades de caza. Eso tiene que suceder, pero depende mucho del financiamiento. Aviones hay buenos, de distintos países, lo que hay que ver son tres cosas: el grado de equipamiento técnico y militar que tienen, el costo de mantenimiento y el esquema de financiamiento. Teniendo esos tres elementos en cuenta habrá que tomar una definición, que espero que se tome en el año que se inicia a lo largo del mismo. Pero está claro que Argentina tiene que recuperar la capacidad submarina por la extensión de su plataforma continental, de su ZEE, por la importancia creciente que va tomando los mares en general y el Atlántico Sur en particular. No es una cosa fácil o sencilla, sino que implica perspectivas de varios años. Yo voy a impulsar la compra del submarino porque es una capacidad que Argentina debe tener, lo mismo con la compra de los cazas. Seguramente no lo veré yo como ministro pero eso va a suceder. No podemos pensar una defensa con capacidades disuasivas argentinas sin tener la capacidad submarina y sin una capacidad de aviones de caza.

ZM: Durante la gestión anterior se habían adquirido aeronaves de cazas y bombardeo que eran los Super Etendard modernizador por Francia, y desde hace varios años esas aeronaves no funcionan por falta de asientos inyectores y demás. ¿Se plantea esta gestión ponerlos en vuelo? Se mencionaba que había diversos costos que tiene que hacer la Argentina para conseguir estos asientos.

JT: No es sencilla la situación de esos Super Etendard. Si usted me pregunta a mí, creo que no fue una buena decisión haber comprado esos porque de hecho, no vuelan. De hecho, hicimos un gasto pensando que podían usarse y por distintas razones no se usan.  No han sido una buena adquisición. De hecho se los compró pensando en el G20 y nunca volaron ni el 20 ni en el 21. Creo que eso es una cosa que está en stand by. Estamos más en comprar aviones de transporte y otras cosas, y creo que las capacidades de caza van a venir por otro lado que por la recuperación de ese modelo.

Fuente: zona-militar.com

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