19/11/2008 03:07
Página 12 - Nota - El País
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EL PAIS › LA BICAMERAL DEL CONGRESO
RECOMENDO EXPROPIAR AEROLINEAS ARGENTINAS
Y AUSTRAL, AL VALOR SIMBOLICO DE 1 PESO
Si no hay monedas, pague
con 2 y pida vuelto
>La reunión de la Comisión
Bicameral se pronunció tras fracasar
en obtener una explicación clara
de Marsans, el grupo español que
todavía controla la línea
de bandera. Pronunciamiento unánime,
con disidencias parciales.
Por Cledis Candelaresi
La Comisión Bicameral de Seguimiento
de las Privatizaciones dictaminó
ayer “propiciar” la sanción
de una ley que declare de “utilidad
pública y sujetas a expropiación”
a Aerolíneas Argentinas y Austral,
consolidando el marco político para
que el Gobierno avance con esta iniciativa.
El pronunciamiento fue unánime, aunque
con una disidencia expresada por el radical
Rubén Lanceta y el macrista Esteban
Bullrich respecto de las formas para rescatar
las empresas: los opositores sugieren hacerlo
selectivamente, recuperando sólo
los activos, mientras que el resto impulsa
una operación integral, que dejará
sobre las espaldas del Estado el millonario
pasivo de las compañías. Pero
no hay voz parlamentaria que hasta ahora
se haya alzado en contra de la recuperación
por esta vía más drástica
y que podría formalizarse a través
de un pago simbólico a los españoles
de un peso. A instancia del oficialismo,
Diputados ya comenzó a redactar el
proyecto de ley sugerido por aquel cuerpo.
El Poder Ejecutivo, en tanto, avanza con
su propia estrategia para tomar el control
total de las líneas aéreas
técnicamente en estado de disolución,
camino que podría incluir la variante
de la intervención judicial.
El dictamen leído a última
hora de la tarde por el titular de la Bicameral,
Mariano West, no tiene implicancia legal
inmediata, ya que sus recomendaciones no
son vinculantes, es decir, de cumplimiento
forzoso, pero tienen implicancias políticas
insoslayables. El pronunciamiento de ayer
(al que en el primer momento sólo
le faltaron dos firmas) da también
la pauta de que se están cumpliendo
todos los pasos formales necesarios para
tomar una decisión que en el Congreso
todos ven como ineludible. Fue, además,
corolario de una tarde de sainete.
Después de escuchar al Tribunal
de Tasación, al secretario de Transporte,
Ricardo Jaime, y a la Auditoría General
de la Nación, los legisladores de
ese cuerpo citaron a los accionistas privados
para que informaran sobre su posición,
irreconciliable con la del Estado. Mientras
que el Tribunal de Tasación de la
Nación fijó un valor negativo
en 622 millones de dólares para las
compañías, valuadas por el
método del flujo de fondos, el Crédit
Suisse las cotizó en un promedio
de 350 millones. Así, imposible llegar
a un acuerdo de partes para formalizar “la
compra de las acciones”, según
postulaban los legisladores hasta media
tarde.
La convocatoria a los accionistas privados
fue dirigida a Horacio Fargosi, presidente
de Aerolíneas y vice de Interinvest,
la formación jurídica a través
de la cual los españoles de Marsans
intervienen en la privatizada. Nada hacía
presumir que el convite estaba orientado
a la persona equivocada, hasta que él
mismo fue ayer al Parlamento para explicar
que no era el interlocutor apropiado para
responder a ninguna pregunta, cosa que debían
hacer los apoderados Vicente Muñoz
y Eduardo Aranda, no presentes en el lugar.
Así las cosas, los legisladores
decidieron pasar a cuarto intermedio hasta
mañana a la espera de los voceros
con la jerarquía requerida, con lo
que el cónclave se terminó
expeditivamente. Tan rápido como
volvieron a sesionar cuando advirtieron
que los visitantes dejaron en la secretaría
del cuerpo una nota en la que fundamentaban
su rechazo a la tasación oficial.
Ese pronunciamiento escrito de la empresa,
dejado como un presente por una vía
informal, dio lugar a los parlamentarios
a considerar que ya no había nada
que preguntar a nadie y se reunieron ipso
facto para redactar aquel dictamen. En rigor,
discutido días antes. Pero apurado
por la chicana de los accionistas privados.
El pronunciamiento ratifica en primer lugar
el criterio utilizado por el Tribunal de
Tasación y los resultados de su trabajo;
recomienda al Poder Ejecutivo nacional que
“arbitre las medidas para garantizar
el servicio público (...) considerando
que las diferencias de criterio entre las
partes no hace factible el rescate”
según los prevé la ley 26.412,
que habilita al Estado a comprar las acciones.
Finalmente, la Comisión resuelve
propiciar la sanción de una ley para
expropiar las acciones de Aerolíneas
y Austral que podría conducir a formalizar
la operación por un valor simbólico
de un peso, habida cuenta de que se compra
algo con valor negativo.
Lanceta y Bullrich avalaron el texto, salvo
en este último punto. Para ellos
es mejor rescatar sólo los activos,
tangibles e intangibles, dejando el pasivo
sobre los españoles. Para los oficialistas,
esta vía habría implicado
impulsar la empresa a la quiebra y paralizar
la operación por un tiempo indefinido,
amén que gran parte del pasivo de
1000 millones de dólares es a favor
del propio Estado. Pero no hay discrepancias
acerca de que ya se agotaron las vías
para buscar un acuerdo de partes, sobre
la base de un precio consensuado.
Nadie alude, siquiera, al acta acuerdo
que firmaron Jaime y los españoles
el 17 de julio pasado y que contemplaba
zanjar las eventuales diferencias sobre
el valor accionario a través de un
tercer tasador independiente, que tendría
que laudar con un juicio inapelable.
“No puede ser que valga (el acta)
para algunas cosas y no para las otras.
Si no vale, entonces (Julio) Alak no puede
ser gerente”, cuestionaba ayer Jorge
Molina, subgerente general y hasta hace
días vocero de AA, quien escoltó
a Fargosi en la singular visita al Parlamento.
Es cierto que, estrictamente, la vigencia
del documento expiró en septiembre,
pero las partes lo prorrogaron de hecho.
Hasta ahora: para Planificación y
para el Congreso lo único que talla
es la ley de rescate accionario.
Para el directivo de Marsans, todo es una
puesta en escena para darle legalidad a
la expropiación ya resuelta. “El
Congreso puede fijar las pautas para el
Estado como comprador. Pero no puede imponernos
a nosotros condiciones como vendedores”,
acota atinadamente, recordando que siempre
queda la vía de reclamar al Estado
argentino una indemnización ante
el Ciadi.
Mientras, los abogados estatales hacen
lo suyo para que la firma hoy cogerenciada
por Marsans pueda estar plenamente en la
órbita pública, sin ninguna
interferencia. Los criterios no son unánimes,
aunque ganó cuerpo la idea de invocar
la condición de servicio público
que tiene la prestación aerocomercial,
según el Código Aeronáutico,
la ley de recompra de acciones, incluso,
la de Abastecimiento. La duda es si esta
invocación, y el argumento de que
los españoles no garantizan la prestación,
es suficiente para que el Ejecutivo intervenga
per se una empresa hoy amparada bajo la
Ley de Sociedades Comerciales.
En la búsqueda de una cobertura
legal apropiada, que minimice el riesgo
de un contraataque español en los
tribunales, el ministerio de Julio De Vido
se estaría inclinando por pedir a
la Justicia que ordene la toma de Aerolíneas,
Austral y el resto de compañías
que integran el grupo privatizado a principios
de los ’90 y hoy en miras de reestatización.