20/11/2008 03:41
La Nación - Nota - Economía
& Negocios - Pág.2
Más reestatizaciones / Tensa relación
con los españoles
Reacción de Marsans
contra el Gobierno
>El grupo controlante de Aerolíneas
Argentinas y Austral dice que la Casa Rosada
pretende "vestir de legalidad una expropiación"
MADRID.- El conflicto por Aerolíneas
se tensa. La empresa española Marsans
rechazó la expropiación de
la compañía de la que es accionista
mayoritario y denunció que, con el
aval del Congreso, el gobierno de Cristina
Kirchner pretende, en realidad, "vestirla
de legalidad".
Lo que hay es una pretensión de
"vestir de legalidad una expropiación
que se quiere aplicar tras una valoración
partidista y parcial de la compañía",
sostuvo, en un comunicado, la empresa española.
Sin embargo, el grupo, propiedad de los
empresarios Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz
Ferrán, no declara la guerra. E insiste
en la necesidad de llegar a un acuerdo "honorable"
para ambas partes en la, ahora, fallida
negociación del traspaso de las acciones
mayoritarias de la transportadora al Estado
argentino.
El comunicado de Marsans señala
al gobierno argentino como el responsable
de la ruptura del acuerdo firmado en julio
último, y lo insta a volver a la
negociación para encontrar un acuerdo.
En el texto critica, de hecho, que el Gobierno
"no haya respetado" el acuerdo
por el que tres empresas independientes
debían tasar el valor de la compañía.
Por el momento han sido dos y la administración
de Cristina Kirchner anunció que
no llamará a una tercera.
"Inseguridad jurídica"
Estos conceptos se sumaron a las críticas
de Jorge Molina, vocero de Marsans, que
convocó ayer a una conferencia de
prensa con medios extranjeros para sentar
la postura del grupo. "Estamos rozando
la inseguridad jurídica -dijo Molina-.
Esto es una luz roja y seguramente el gobierno
español deberá darle una lectura
importante a este tema, porque se está
queriendo llevar a una expropiación
de una empresa sobre la que estamos negociando
una venta. Aquí lo que se está
buscando claramente, vía la intervención
del Congreso de la Nación, es evitar
el cumplimiento del acta acuerdo que nos
dice que tenemos que llamar a un tercer
evaluador".
El agravamiento del conflicto es un punto
grave en la relación bilateral con
un gobierno español que, hace pocas
semanas, se había hecho eco de la
promesa de la presidenta Kirchner de no
expropiar Aerolíneas.
La situación se vuelve compleja
para la administración de José
Luis Rodríguez Zapatero. Hace sólo
cuatro meses -en julio último- su
gobierno tildó de "magnífico"
y "favorable para ambas partes"
el acuerdo firmado entre Marsans y el ministro
argentino de Planificación, Julio
De Vido.
Hace pocas semanas, la señora Kirchner
y Zapatero rubricaron ese clima con un apretón
de manos en El Salvador. Ahora, todo parece
dejar al borde del fracaso las negociaciones
políticas de alto nivel que se mantienen
desde entonces.
"Si la situación termina por
romperse, las derivaciones serán
complejas", decían ayer voceros
del gobierno español. El peor escenario
que se maneja aquí es que el conflicto
termine "judicializado", en manos
del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones (Ciadi), tribunal
del Banco Mundial.
"Sería aceptar que todos los
esfuerzos políticos y todos los compromisos
han fracasado", fue la conclusión.
Para los socialistas, no es una situación
cómoda en la relación con
un gobierno al que se le ofreció
una "relación estratégica",
que hoy parece vacía de contenido.
Las declaraciones de Marsans -en las que
pone en tela de juicio la intención
del Congreso y reclama volver al diálogo-
van en línea con las que, hace sólo
48 horas, anticipó Díaz Ferrán
en diálogo con LA NACION.
"Hay un contrato firmado y ese contrato
debe cumplirse. Es terrible para un país,
es un enorme desprestigio, que su gobierno
no sea capaz de cumplir lo que se firma",
había señalado el empresario.
Esos conceptos quedaron reflejados en el
comunicado de ayer.
La dificultad, en estas últimas
48 horas, no hizo sino agudizarse. Y dejar
el lazo con el gobierno español en
una situación en extremo vulnerable.