21/11/2008 01:13
El Cronista Comercial - Nota -
Opinión - Pág.17
POR EDUARDO DUHALDE. EX PRESIDENTE DE LA
NACIóN.
La hermandad entre España
y la Argentina
>Con la decisión de expropiar
Aerolíneas, estamos frente a un serio
riesgo de dañar severamente nuestras
relaciones históricas con España.
Hay que trabajar juntos para corregir las
diferencias y las inadecuadas gestiones
públicas y privadas de las relaciones
empresariales. Sería aconsejable
la creación de una comisión
bilateral
La reciente decisión de la Comisión
Bicameral del Congreso Nacional aconsejando
expropiar Aerolíneas Argentinas nos
obliga a reflexionar con un criterio amplio
e integral sobre nuestra relación
con España. No se trata sólo
de los conflictos que pueden generarse y
que, de hecho, ya se están manifestando
por lo ocurrido con una empresa en particular,
sino de la integralidad de nuestra relación
económica, comercial y política
con dicho país, y muy especialmente
en momentos como éste, donde la crisis
financiera internacional agrava y magnifica
los problemas.
Estamos frente al riesgo cierto de dañar
severamente nuestras relaciones históricas
con España, país con quien
nos unen lazos culturales y políticos
-más allá de los estrictamente
económicos- que por su intensidad
no necesitan ser remarcados.
No advertir esto, además de autodestructivo
para nuestra credibilidad presente y futura,
sería desconocer a quienes confiaron
y apostaron como ningún otro por
nuestra Patria, no sólo durante el
proceso de apertura de nuestra economía
sino durante la crisis del año 2001.
Esta reciprocidad con la actitud argentina
en la década del ?50 durante el gobierno
del General Juan Domingo Perón, encontró
en las personas de Su Majestad el Rey y
los jefes de gobierno español una
respuesta contundente, que fue un factor
importantísimo en la superación
de la crisis argentina de principios de
este nuevo siglo.
Se trata, entonces, imbuidos de este espíritu,
de encontrar ámbitos que superen
las decisiones unilaterales, muchas veces
adoptadas por situaciones coyunturales o
intereses domésticos, pero que al
no contemplar la realidad con una visión
estratégica, generan efectos cuya
magnitud y gravedad se convierten en una
pesada herencia para el futuro. Hay que
recrear confianza y sistemas de garantía,
legal y judicial, absolutamente confiables
y eficaces.
La magnitud del problema
Basta con una simple enumeración
de algunas de las inversiones españolas
en nuestro país, para advertir sobre
la magnitud de lo que está en juego
para ambos países, si no somos capaces
de anticiparnos a potenciales conflictos:
- En Autopistas Del Sol, la participación
española es del 31,59%, mientras
que en el Grupo Concesionario del Oeste
asciende al 48,6%.
- En Telefónica de Argentina, la
participación llega al 98,04%.
- Aerolíneas Argentinas tiene mayoría
accionaria española-
- La participación en YPF es del
84,14%.
- En Gas Natural BAN es propietaria del
70%.
- En Edesur, la participación es
del 71,1%.
- Capitales españoles son dueños
de Consolidar AFJP.
En síntesis, y como queda demostrado
con solo estos ejemplos, se impone un rediseño
profundo del mecanismo de toma de decisiones,
en momentos en que la relación Argentina-España
exige instaurar una renovada arquitectura
para hacerla confiable y eficiente, con
el objeto de recuperar los espacios perdidos
y programar un marco ampliado de actividades
futuras.
Es tiempo de fijar reglas resultado del
diálogo para que la relación
se fortalezca y permita desde el consenso
hacer frente a las diferencias que se nos
presentan hoy y que pueden agudizarse en
el futuro.
Las fórmulas del diálogo
Si bien es cierto que la crisis
interna de la Argentina se venía
preanunciando por el abandono progresivo
del modelo instaurado en 2002, no menos
cierto es que los abusos privatistas de
la década del ?90 determinaron que
no se pudiera equilibrar la balanza de transferencia
de actividades al sector privado con una
retención competitiva de la regulación
y el control público, lo que terminó
quebrando la viabilidad del sistema, porque
al desbaratarse los intercambios, las inversiones,
la calidad del servicio, la reconversión
de empresas privadas en públicas
no estatales, se lesionaron la confianza
comercial, la seguridad jurídica
y la ética del conjunto.
Esta autocrítica, que es también
una asunción de responsabilidades,
nos obliga a que ambos países de
hermandad indisoluble, debamos armonizar
nuestras diferencias para reconstruir un
espacio de desarrollo común de amplio
consenso entre nuestras ciudadanías.
Ante el carácter sistémico
de este colapso se impone entre Argentina
y España un consenso amplio en la
necesidad de trabajar juntos para corregir
las diferencias y las inadecuadas gestiones
públicas y privadas de las relaciones
empresariales.
Es por ello, entonces, que nos permitimos
sugerir el siguiente mecanismo: aprovechar
los institutos de negociación existentes
o crear una Comisión Bilateral especial
en el marco de ambas Cancillerías
con permanente relación con los sectores
económicos empresariales, financieros,
bancarios para analizar y renovar todo el
horizonte de situaciones pendientes, conflictos,
incumplimientos que se originan en estos
años difíciles de Argentina,
con especial atención en un sistema
de garantías jurídicas y judiciales
absolutamente confiable y recurrible por
las partes.
La Comisión Bilateral Permanente
deberá actualizar un balance de todas
las situaciones pendientes de la actividad
económica bilateral y convocar en
ambos países a los sectores involucrados
en planificar un relanzamiento de cursos
de solución y renovación de
todos los planos de las relaciones económicas
entre ambos países.