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Página 12 - Nota - Economía
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ECONOMIA › EN UN INESPERADO FALLO
JUDICIAL, SE DECLARA QUE LA VENTA DE AEROLINEAS
FUE ILEGAL
Más que privatización,
un negociado
>Después de 18 años de
idas y vueltas judiciales, la Cámara
Federal sentenció que el traspaso
de la aerolínea de bandera a manos
privadas fue ilegal. Se llama a indagatoria
a Menem y Cavallo, acusados de peculado,
y a empresarios por defraudación.
Por Irina Hauser
A 18 años de la privatización
de Aerolíneas Argentinas y en medio
del avance del Gobierno para lograr su expropiación,
la Sala I de la Cámara Federal dictó
un fallo que sería extemporáneo
de no ser por la actual puja con los accionistas
de la compañía. El tribunal
sostuvo que la venta de la empresa estatal
fue ilegal desde sus inicios y ordenó
que sean indagados Carlos Menem y Domingo
Cavallo. Los considera responsables de un
proceso viciado, “planificado y ejecutado
en condiciones lesivas” para el Estado
que tuvo como objetivo “sustraer bienes
que conformaban el patrimonio” público.
Según los jueces, existen pruebas
de sobra para responsabilizar a ambos del
delito de peculado, que prevé hasta
diez años de cárcel, al igual
que a los empresarios que se beneficiaron
con la operación, entre ellos Enrique
Pescarmona, también acusados de defraudación.
El fallo le da al Poder Ejecutivo una herramienta
jurídica importante en su pulseada
con el grupo Marsans.
La resolución divide a la privatización
en dos grandes etapas: la del traspaso de
la aerolínea impulsado por decretos
del Poder Ejecutivo y los primeros años
de gestión (1989 a 1994) y la de
las maniobras de vaciamiento por parte de
privados –encabezados por Iberia–
cuando el Estado ya había renunciado
a su poder de veto y perdió toda
injerencia en el directorio (hasta 1997).
Según los camaristas Eduardo Freiler
y Eduardo Farah, en la fase inicial se concretó
el peculado y en la segunda la defraudación
a la administración pública.
Pero también señalan que el
nuevo juez deberá definir si también
hubo cohecho (sobornos) –hay un pago
de 78 millones de dólares que nunca
tuvo justificación contable–
y asociación ilícita.
El tribunal asegura que “un grupo
de funcionarios” actuó “de
acuerdo a una división de tareas
previamente establecida y con la necesaria
colaboración de particulares”.
“Sustrajeron –agrega–
bienes de carácter público,
provocando un inmenso perjuicio al Estado.”
No sólo aluden al ex presidente Menem
y a Cavallo, como ex ministro de Economía,
sino también a Roberto Dromi, arquitecto
de las privatizaciones del Ministerio de
Obras Públicas, y a los ex ministros
Erman González y Julio Mera Figueroa.
Pero la causa penal es tan vieja que para
Dromi caducó, mientras que González
y Mera Figueroa fallecieron. Al dúo
Menem-Cavallo, los largos años en
el poder le juegan en contra porque interrumpen
el conteo de la prescripción.
La denuncia inicial la hizo Alejandro Olmos
en 1990 (el mismo que planteó la
ilegalidad de la deuda externa) y con el
tiempo se sumaron una veintena de denunciantes,
entre legisladores, abogados y fiscales.
En 1996 el ex juez Carlos Liporaci sobreseyó
a todos los implicados. El expediente se
reabrió cuatro años después
por una presentación de la Oficina
Anticorrupción. Pero en 2006 nuevamente
hubo un sobreseimiento masivo. El juez,
en este caso, era Jorge Ballestero, quien
desde hace unos días integra la misma
sala de la Cámara que firmó
el fallo de ayer. Como manda la ley, se
excusó de votar.
Freiler y Farah objetan puntos concretos
de la privatización y gestión
posterior:
- Por decreto, recuerdan, se prescindió
de una tasación precisa sobre la
empresa a licitar “lo que permitió
manipular el precio de la operación”.
- Otro decreto transformó a Aerolíneas
en una sociedad anónima con participación
estatal minoritaria, una modalidad que “no
encuadra” en ninguno de los tipos
señalados por la ley de sociedades.
Es una “sociedad irregular”,
aseveran. En aquel entonces hubo un juez
que señaló esa anomalía
en un fallo que la Corte menemista revocó
por cuestiones formales, sin entrar en la
discusión de fondo, con el famoso
per saltum.
- La nueva Aerolíneas Sociedad Anónima
(ARSA) quedó conformada en un 15
por ciento por el Estado. El contrato de
transferencia y una conciliación
fijaron que la compra del paquete no la
pagaría el grupo adjudicatario: se
saldaría con bienes de la propia
sociedad. Los adjudicatarios pagaron un
adelanto en efectivo de 130 millones de
dólares. Por otros 130 millones el
Estado aceptó bonos de la deuda depreciados.
Los 1610 millones restantes se compensaron
con una nueva adquisición accionaria
del Estado, que llegó a tener el
43 por ciento, lo que licuó la deuda
de los privados. La participación
pública volvió a bajar, a
5 por ciento, y en 1994 el Estado ya no
tenía injerencia en las decisiones.
Su poder de veto, al que renunció,
servía para evitar el perjuicio y
endeudamiento.
- Nunca se cumplió con el plan de
inversiones –en esencia la compra
de aeronaves–, que también
asumió ARSA.
- Los empresarios que asumieron la conducción
protagonizaron, según los jueces,
un proceso de vaciamiento. Hubo, dicen,
una “indebida y perjudicial tercerización
de servicios”. “El grupo adjudicatario”
provocó “el “desapoderamiento
de bienes”, “un fuerte endeudamiento”
y “la disminución de su capacidad
operativa y rentabilidad” de la empresa
privatizada.
El fallo dice que, además de indagar
a Menem y Cavallo, tendrán que responder
a la indagatoria los empresarios Francisco
Colomina Pérez del Río, Alfredo
Pott, Enrique Pescarmona, Francisco de Vicenzo,
Amadeo Riva y Jorge Flamarique, todos beneficiarios
de la privatización. La lista incluye
a Abdo Menehem, que representaba al Estado
en ARSA, al contador Rubén Poncio
y a Horacio Fargosi, que actuaron en la
negociación. El fallo fue enviado
a las presidencias de Diputados y Senadores
y a la Comisión Bicameral de seguimiento
de las privatizaciones. Podría aportar
a la base argumental del Gobierno en la
batalla por la expropiación