28/11/2008 01:32
BAE - Nota - Argentina - Pág.4
El Estado está recuperando
eficiencia
El análisis de Nicolás Fernández*
En estos últimos meses observamos
que se está queriendo instalar un
latiguillo, seguramente orientado a la próxima
contienda electoral, consistente en resaltar
una supuesta “debilidad de los órganos
de control”.
Como presidente de la Comisión Parlamentaria
Mixta Revisora de Cuentas de la Administración,
una de cuyas funciones es ser nexo en la
relación del Congreso Nacional con
su órgano de asistencia técnica,
la Auditoría General de la Nación,
no puedo permanecer en silencio respecto
de una actitud a la que califico como un
tanto tendenciosa, por parte de quienes
pretenden confundir a la opinión
pública mediante comentarios que
nada tienen que ver con la realidad, y que
persiguen como única finalidad instalar
un problema donde no existe. Y califico
de tendenciosas y un tanto contradictorias
esas opiniones, porque mientras por una
parte se critica la composición de
la AGN, que está establecida por
ley, por otro lado se solicita que ese órgano
de control intervenga en la mayoría
de los casos relevantes que vive la República,
que pueden ir desde la creación del
Enarsa hasta el proceso de rescate de Aerolíneas
Argentinas S.A.
En estos tiempos hemos leído, en
distintos medios, que “existe una
negativa de las autoridades a entregar información”
o que “la AGN cuenta con un exiguo
presupuesto para cumplir el rol de control”.
Y como decía, no puedo permanecer
en silencio, porque estas versiones periodísticas
que aparecen en algunos medios, independientemente
de cuál haya sido la fuente consultada,
no responden a la realidad.
Primero, si efectivamente la AGN, que es
un órgano auxiliar del Congreso,
no hubiera podido contar con la documentación
por haber sido negada su exhibición,
esta circunstancia irregular debió
haberse denunciado ante la comisión
parlamentaria de la cual depende y lo cierto
es que a la fecha no existe una sola denuncia.
Segundo, y refiriéndome a la cuestión
presupuestaria, estoy en condiciones de
afirmar que en los últimos años
hemos incrementado sustancialmente los recursos
del organismo, siendo uno de los pocos que
verifican porcentajes tan altos. Así,
se incrementaron en el 2006, el 2008 y nuevamente
para el 2009 los cargos de su planta de
personal con estabilidad en más de
un 60 por ciento. Y seguiremos trabajando
para lograr gradualmente la mayor cobertura
laboral posible.
El Presupuesto ya aprobado por el Congreso
de la Nación para el ejercicio 2009
representa un incremento superior al 90%
respecto del 2007, y más del 39%
respecto del 2008. Si esto no es política
pública a favor del fortalecimiento
de los organismos de control, ¿qué
es? Ello, sin embargo, no implica que nosotros
no pongamos en valor a nuestra AGN, quien
actúa como lo impone la Ley de Administración
Financiera, como soporte técnico
que nos permite cumplir con el control administrativo
que por imperio constitucional reposa en
el Congreso Nacional. Pero pretender que
el organismo de control reemplace a la Justicia
o se caracterice por protagonizar denuncias
rimbombantes, es buscar que el órgano
pierda un prestigio que entre todos debemos
proteger.
Ello no significa que no debamos seguir
mejorando, pero no es lo mismo estar tratando
en el Parlamento nacional las cuentas de
inversión del año 2005/2006,
con lo que ocurría hace un tiempo,
cuando se las trataba con una década
de atraso. Esta tarea de mejora la debemos
continuar, armonizando criterios, perfeccionando
metodologías y rescatando que cuando
actuamos en forma inteligente esto se materializa
en trabajos como el que efectuara la AGN
respecto del rescate de Aerolíneas
Argentinas, que nos permiten confirmar que
el Estado está recuperando eficiencia,
aunque esto incomode a los que nunca fueron
sujetos de control alguno. En definitiva,
seguir actuando en beneficio de la ciudadanía
toda.
Senador nacional (FpV)