11/11/2008 02:08
Página 12 - Nota - El País
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EL PAIS › UN FISCAL IMPUTO A DIRECTIVOS
DE MARSANS POR PRESUNTA ADMINISTRACION FRAUDULENTA
EN SOBREVENTA DE PASAJES
Vender, no volar y que el
Estado pague
>La acusación, formulada por el
fiscal Federico Delgado ante el juez Rafecas,
señala a los directivos de la principal
accionista de Aerolíneas Argentinas
por haber vendido pasajes a sabiendas de
que no tenía flota para poder cumplir.
Por Cledis Candelaresi
El fiscal Federico Delgado pidió
al juez federal Daniel Rafecas que cite
a prestar declaración indagatoria
a los directores locales de Marsans, principal
accionista de Aerolíneas Argentinas
y Austral, por el presunto delito de administración
fraudulenta en perjuicio de la administración
pública. La presunción está
fundada en la sobreventa de pasajes que
habría tenido lugar durante el primer
semestre del año, cuya expresión
más cabal fue julio, cuando la escasez
de aeronaves no permitió cumplir
con los servicios ofrecidos y facturados
para las vacaciones invernales. Según
argumenta la fiscalía, el deterioro
de la flota es resultado de una deliberada
política de desinversión en
búsqueda de maximizar la renta, que
obligó a la intervención del
Estado para garantizar la prestación
del servicio: aquí el perjuicio al
erario. Si el juzgado formalizara la convocatoria
y ésta deviniera en una sentencia
adversa a los accionistas ibéricos,
los máximos responsables de las líneas
en proceso de reestatización podrían
ser condenados a prisión de uno a
seis años. El informe judicial se
conoce oportunamente, a pocas horas de una
estratégica asamblea de accionistas
en la que se tendrá que resolver
la capitalización de las compañías
para evitar su disolución y cuando
la negociación entre el Gobierno
y los accionistas privados parece irremediablemente
estancada. Finalmente, la presentación
del fiscal roza un terreno vidrioso al dejar
en evidencia la virtual responsabilidad
oficial en aquellas maniobras.
El pedido de indagatoria supone que hay
elementos suficientes para interpretar que
hubo comisión del delito tipificado
en el artículo 174 del Código
Penal. El pedido de indagatoria involucra
al directorio de Interinvest, la creación
jurídica de los españoles
(en rigor de Iberia) para poder ser socios
mayoritarios de una compañía
aérea, a pesar de que el Código
Aeronáutico local bloqueaba esta
alternativa.
Ese cuerpo directivo no se corresponde
exactamente con el de Aerolíneas,
pero está integrado por algunos nombres
comunes como los propietarios de Marsans,
Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán,
y el titular de AA, Horacio Fargosi. Una
imputación dirigida a estos responsables,
y ajena a los manejos objetables que tuvieron
lugar con el concurso de la empresa, circunscriben
la embestida a los accionistas extranjeros
con los que el Gobierno intenta llegar a
un acuerdo para rescatar las líneas
aéreas, pero evita la quiebra formal
de éstas.
“Todas estas pruebas confirman, con
el grado de certeza que requiere esta etapa
preliminar, que el Grupo Marsans, representado
en la República Argentina por la
sociedad anónima Interinvest, vendió
numerosos pasajes a sabiendas de que no
iba a poder cumplirlos, recaudó anticipadamente
las ganancias respectivas y obligó
al Estado a inyectar forzosamente fondos
para paliar tales irregularidades y normalizar
el tráfico aéreo”, sentencia
Delgado, después de pasar revista
a todas las fuentes de las que se valió
para investigar de oficio la sobreventa
de pasajes.
Los datos fueron aportados por periodistas
abocados al seguimiento del tema y sindicalistas
ligados a la actividad, quienes aportaron
datos acerca de cómo las empresas
comercializaron pasajes “contando
con una flota operativa que no podría
cumplir con las expectativas reales de venta.
Así de sencillo –añade
la presentación–, sencillez
que en el lenguaje del Código Penal
se debe traducir como defraudación”.
Aquellas fuentes habrían ilustrado
cómo la cantidad de aeronaves fuera
de servicio superaba la mitad de la flota
y cuán vital fue la inyección
de fondos estatales para garantizar la operatividad.
En sentido similar declararon los propios
gerentes de la compañía, quienes
dieron fe de la “falta de presupuesto
en mantenimiento y repuestos” por
responsabilidad del concesionario. El gerente
de Mantenimiento, Federico Barrientos, habría
precisado ante la fiscalía cuánto
menguaron los recursos para materiales o
componentes aeronáuticos en el trimestre
mayo-julio, lo que habría estimulado
la operación de “canibalismo”:
aquella por la cual partes de un avión
son utilizados para arreglar otro. Su par
de Sistemas completó la ilustración
con el mapa de las cancelaciones.
Finalmente, el funcionario judicial se
valió de la audiencia realizada el
15 de julio en el Juzgado Comercial número
15 que atiende al concurso, hasta hace días
a cargo de Jorge Sícori. En esa ocasión,
el gremio que nuclea a los pilotos de Aerolíneas
(Apla) –con buena llegada a Transporte–
dejó en claro que a esa fecha había
21 aviones en servicio, de los 56 totales,
y “que la empresa ofrecía pasajes
por el 100 por ciento de las aeronaves”.
No es todo. “Esto significa que los
concesionarios del transporte aéreo
en general han actuado conforme a un fin
de lucro que es su guía y que, a
la par, hubo un Estado que permitió
ese comportamiento de diferentes maneras
pero que, sustancialmente, ha sido cómplice
de estos acontecimientos”, concluye
la fiscalía. Delgado recuerda que
las presuntas deficiencias en el control
estatal son motivo de otras causas en trámite,
entre las que menciona a la caratulada “Jaime,
Ricardo y otros s/defraudación”.
“¿Qué puede saber el
directorio de Interinvest sobre un tema
operativo que les corresponde a los gerentes?”,
protestaban ayer los ejecutivos de Marsans,
irritados por la sospecha de que esta embestida
judicial podría estar alentada por
el Gobierno, con quien no pueden cerrar
un trato para irse de Aerolíneas
y Austral cobrando algo.