19/11/2008 02:18
Ambito Financiero - Nota - Economía
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El Estado asumirá la deuda de las
empresas. El grupo Marsans podría
iniciar juicio ante el CIADI
En plena crisis avanza la
expropiación de Aerolíneas
El oficialismo del Congreso aprobó
ayer en la comisión bicameral sobre
Aerolíneas Argentinas un dictamen
que declara de utilidad pública la
empresa y que ordena a las dos cámaras
legislativas una ley que la expropie. ¿Necesita
el país, y más en medio de
una crisis de dimensiones desconocidas,
sumar un gasto de u$s 1,5 millón
por día de una empresa que, además,
es deficitaria y tiene el récord
de empleados por avión (344 por cada
nave, cuando las compañías
de su competencia tienen entre 60 y 100
empleados por avión)? El dictamen
le crea al gobierno el espacio como para
avanzar en alguna negociación de
Estado a Estado con España en busca
de un acuerdo que le cueste menos al país,
con el argumento de que el Congreso no le
deja otro remedio que la expropiación.
Esta trama es una radiografía del
gobierno, cuyos funcionarios firmaron un
acuerdo con la empresa Marsans que se envió
al Congreso. El Poder Legislativo, que el
oficialismo presume de dominar, rechazó
legalizar ese acuerdo, desnudando la debilidad
del gobierno. Anoche, el bloque de diputados
del PJ decía haber recibido la instrucción
de "arriba" (de Olivos, donde
mora Néstor Kirchner, o de Túnez,
en donde estaba ayer Cristina de Kirchner)
de redactar cuanto antes el proyecto de
ley de expropiación de la empresa,
un trámite que, expresado así,
parece más ruinoso aún. Por
lo menos, la oposición pide se expropien
los activos y no el fondo de comercio de
la aerolínea, de manera de que el
Estado eluda por lo menos asumir sus deudas
y no se exponga a un juicio en CIADI del
Banco Mundial. Penoso camino para un conflicto
en el que parecen ceder los gobiernos y
la empresa, pero en la que hay un protagonista
que no resigna nada: el sindicalismo voraz.
En el medio de la crisis financiera y cuando
el Estado no debería asumir nuevos
compromisos de deuda, la comisión
bicameral que controla el proceso de estatización
de Aerolíneas Argentinas y Austral
emitió ayer un dictamen recomendando
al Congreso declarar de utilidad pública
a las empresas y proceder a su expropiación.
Ese dictamen se convertirá hoy en
un proyecto de ley que deberán luego
aprobar los recintos de Diputados y el Senado.
El gobierno ya habilitó a los diputados
y senadores para que avancen con la redacción
de un proyecto de ley de expropiación
que hoy elaborarán el bonaerense
Mariano West (presidente de la bicameral)
y el diputado Alejandro Rossi. Esa iniciativa
será presentada hoy y comenzará
a debatirse la semana próxima. Todo
indica que si para ese momento no aparece
un acuerdo con el Grupo Marsans, el Congreso
avanzará con la ley. De hecho, ayer
por la mañana Ricardo Jaime, secretario
de Transporte, ya había comenzado
a adelantar la estrategia al afirmar que
todo el proceso estaba ahora en manos del
Congreso.
Ese proyecto se redactará sobre
la base del dictamen que emitió la
bicameral por unanimidad después
que se levantó la reunión
informativa a que había sido invitado
Horacio Fargosi, quien dijo desconocer la
situación de la negociación
entre Aerolíneas y el gobierno por
la estatización.
Las diferencias entre el oficialismo y
la oposición en este caso hacen recordar
al debate sobre la estatización de
las AFJP. Todos los diputados y senadores
están de acuerdo en avanzar con la
expropiación de las líneas
aéreas. En el caso del kirchnerismo,
se habla de toda la empresa, mientras que
el radicalismo y el PRO propusieron, sin
éxito, que se pidiera a la Justicia
la quiebra de Aerolíneas garantizando
la continuidad de las operaciones, y expropiando
sólo los activos.
La decisión de avanzar con el proyecto
incluye algunas decisiones internas del
propio bloque kirchnerista: para el debate
removerán de la presidencia de la
Comisión de Transporte a la rebelde
Zulema Daher, que ya no pertenece al bloque
Frente para la Victoria, para asegurar allí
a un kirchnerista puro que no complique
el debate.
La expropiación de Aerolíneas
Argentinas implica que el Estado nacional
se hará cargo no sólo de la
empresa y su déficit operativo (que
se evalúa en u$s 1,5 millón
diario), sino también de las deudas
acumuladas por la empresa que la Auditoría
General de la Nación estimó
en u$s 890 millones.
Controversia
Las diferencias así planteadas parecen
insalvables: según el Tribunal de
Tasación de la Nación, la
empresa tiene hoy una valuación negativa
de u$s 832 millones, mientras que la presentada
por Marsans y elaborada por el banco Credit
Suisse fijó el precio entre u$s 330
y u$s 540 millones.
La decisión tomada ayer marcatambién
una diferencia esencial con la expropiación
que proponía la oposición:
para el radicalismo y el PRO, el gobierno
debería haber pedido la quiebra de
las líneas aéreas ante la
Justicia, reclamando la continuidad de las
operaciones para luego expropiar los activos,
asumiendo el personal que hoy trabaja en
ambas líneas aéreas, mientras
que el camino elegido por el kirchnerismo
implica asumir la deuda y hasta abrir la
posibilidad de que Air Comet-Marsans inicie
un juicio contra el Estado ante el tribunal
del CIADI en el futuro.
Uno de los primeros en reaccionar ayer
fue el radical Gerardo Morales desde Guadalajara,
México, adonde concurrió para
la reunión de la Internacional Socialista:
«Nosotros planteábamos la expropiación,
pero en el marco de la ley de concursos
y quiebras. Esto ahora lo vamos a evaluar,
pero no es lo que nosotros sosteníamos,
porque la salida que busca el gobierno es
una expropiación de la peor manera:
ahora estamos haciéndonos cargo de
la deuda y todavía habilitando la
posibilidad de que nos hagan juicio. Es
el peor de los mundos».
Desde el PRO, Esteban Bullrich y Rubén
Lanceta también se opusieron a la
decisión de la bicameral: «No
vamos a avalar un dictamen que obliga a
los argentinos a hacerse cargo de la deuda
de una empresa privada y de la irresponsabilidad
del gobierno a la hora de controlar»,
dijo Bullrich. «Por esto, propusimos
dejar sin validez los efectos del acta acuerdo,
expropiar sólo los activos que tiene
de la empresa según el informe de
la Auditoría y el Tribunal de Tasación,
y que el Estado no se haga cargo de la deuda.»
El dictamen se firmó ayer después
de una polémica reunión de
la bicameral donde habían sido citados
el presidente de Aerolíneas, Fargosi,
y otros representantes del directorio.
La reunión comenzó cuando
West le comunicó a Fargosi que la
comisión había avalado la
valuación del Tribunal de Tasaciones
y le preguntó por su parecer: «¿En
carácter de qué me hace la
pregunta?», le respondió Fargosi.
Negociadores
«En su carácter de presidente
de Aerolíneas Argentinas»,
replicó West. «Yo no manejo
esa negociación, está en manos
de los apoderados Vicente Muñoz y
Eduardo Aranda.» Como uno de ellos
no está en el país, Fargosi
comprometió su presencia para la
semana próxima. Pero para ese momento
los ánimos en la bicameral no estaban
ya para seguir escuchando explicaciones.
«Es extraño que quien le otorgapoder
a otro sepa menos que el apoderado»,
dijo el kirchnerista Nicolás Fernández.
En la vereda de enfrente, el macrista Bullrich
afirmó: «Esto es una parodia
que le va a costar mucho a la Argentina,
y nos están faltando el respeto a
todos; se está negociando por otro
lado». En cinco minutos todo terminó:
West decidió primero pasar a un cuarto
intermedio, pero después se optó
por levantar la reunión prevista
para la próxima semana e inmediatamente
se pasó a firmar el despacho habilitando
el proceso de expropiación. Así,
los diputados y senadores firmaron un acta
por medio de la cual se pedirá la
aprobación de una ley que habilite
a la expropiación de Aerolíneas
Argentinas y Austral, tal como consta en
el artículo 3 del dictamen.
«Vamos a pedir que se propicie la
sanción de una ley que declare a
Aerolíneas Argentinas y Austral de
utilidad pública y se proceda a su
expropiación», dijo ayer el
kirchnerista West, e inmediatamente le pidió
al gobierno que tome «todas las medidas
posibles para garantizar el transporte público».
El dictamen de la comisión hubiera
servido, en principio, para presionar al
Grupo Marsans a avanzar en una negociación
que hoy estaba estancada. De hecho, se cree
que la estrategia de la propia Cristina
de Kirchner era mostrarle en febrero a José
Luis Rodríguez Zapatero ese pronunciamiento
del Congreso como una presión para
llegar a un acuerdo. Pero al avanzar directamente
con el tratamiento de una ley de expropiación,
el gobierno desecha cualquier negociación
futura.