23/10/2008 03:46
Página 12 - Nota - Economía
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EN AREAS DEL GOBIERNO ESTUDIAN UNA SALIDA
RAPIDA AL CONFLICTO CON AA
Expropiar sería el
vuelo más rápido
>Con dos posiciones muy enfrentadas sobre
el valor de la compañía, algunos
funcionarios están evaluando la posibilidad
de expropiar Aerolíneas Argentinas.
Se necesitaría una nueva ley. Los
españoles de Marsans amenazan con
acudir al Ciadi.
Por Cledis Candelaresi
Ante la imposibilidad de llegar al acuerdo
que se busca con Marsans, el Gobierno comenzó
a avanzar en un proyecto para expropiar
las acciones, el resto de activos y la marca
de Aerolíneas Argentinas. Los impulsores
de la iniciativa saben que a cambio las
arcas públicas tendrían que
afrontar un pasivo hoy superior a los 1000
millones de dólares, aunque con el
atenuante de que la mitad de esas acreencias
son a favor del propio Estado. Tampoco descartan
que este eventual camino pudiera conducir
a un dictamen adverso de algún tribunal
arbitral internacional al que acudan los
accionistas privados. Esto preocupa menos
que la chance de generar alguna tensión
con el gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero, algo que la Casa Rosada sí
quiere evitar.
Hasta ahora, la idea de expropiar era casi
privativa del Congreso e, inclusive, estuvo
fogoneada por legisladores de la oposición
más que del oficialismo. Pero en
esta instancia de tanta dificultad para
cerrar un acuerdo con los españoles
en torno del valor para recomprar las acciones
de AA y Austral, los técnicos de
Legal y Técnica comenzaron a trabajar
en el borrador de la iniciativa. Se trata
de un recurso de última instancia
para clausurar este pleito, bien sea expropiando
o utilizando la iniciativa como herramienta
de presión para negociar.
Ese posible proyecto de ley debería
derogar la ley de reestatización
sancionada en septiembre, ya que el segundo
artículo de ésta prevé
transferir las empresas al Estado mediante
el mecanismo de compraventa accionaria.
A su vez, la norma de expropiaciones general
no prevé como objeto de captura por
esta modalidad a las acciones. Así
las cosas, la alternativa que se vislumbró
más factible es la de avanzar en
un proyecto particular que contemple las
especificidades del caso.
La idea oficial es fijar el precio a pagar
por los bienes expropiados, el que surge
del trabajo del Tribunal de Tasación,
que estipuló valores negativos para
cualquiera de los métodos de cotización
empleados: 832 millones de pesos, según
el valor patrimonial, 622 millones, según
el del flujo de fondos. Sobre esta base,
el Estado se quedaría con la marca,
rutas, los escasísimos aviones propios
y los inmuebles sin necesidad de pagar nada
a los españoles, a diferencia de
lo que se comprometió el Ministerio
de Planificación en el acta acuerdo
suscripta con Marsans en julio pasado.
Aun así, es una operación
onerosa. De movida, el Estado ya de-sembolsó
varios centenares de millones de dólares
desde mediados de julio para garantizar
la operatividad de la compañía
y seguirá haciendo aportes para cubrir
su déficit operativo.
Marsans podría ir al Ciadi, tribunal
arbitral del Banco Mundial, para denunciar
el incumplimiento de aquella acta que les
permitía a ellos participar en la
fijación de un precio por las acciones
a vender. En su reclamo añadirían
el presunto perjuicio que les ocasionó
no tener las autorizaciones de subas tarifarias
y desgravaciones comprometidas por el Gobierno.
La Comisión Bicameral de Seguimiento
de las Privatizaciones analizará
en una reunión de hoy las tasaciones
oficial y la del Crédit Suisse, contratada
por los españoles, que dio un valor
positivo a Aerolíneas y Austral de
unos 350 millones de dólares promedio.
Para Transporte, este trabajo carece de
seriedad, entre otras cuestiones porque
arbitrariamente asigna a Austral todos los
vuelos de cabotaje ponderándolos
en más del 80 por ciento del mercado
cuando, “junto a Aerolíneas,
hoy no tienen más del 70”.
Para Marsans, a su vez, la valuación
del Tribunal de Tasación sería
igualmente endeble, ya que no habría
valorizado la marca y computó flotas
diferentes a las reales, entre otros supuestos
defectos. Algunos miembros de ese cuerpo
legislativo esperan que Ricardo Jaime los
visite hoy para discutir esta cuestión
y la de otra posible iniciativa parlamentaria.
Ni siquiera el caso extremo de la expropiación
parece clausurar por sí mismo todo
el conflicto. Entre otras cosas, está
el hecho de que AA es una empresa concursada
y, estrictamente, en quiebra técnica.
Por eso en el Parlamento da vueltas la idea
de que sería mejor transferir todos
los activos a una nueva sociedad del Estado,
dejando que la actual sociedad anónima
quiebre.