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24/10/2008 02:15
Ambito Financiero - Nota - Economía - Pág.1
Gestión de Rodríguez Zapatero para evitar expropiación. Españoles conservarían Austral
Tregua por Aerolíneas: llamado de Zapatero freno expropiación

Un llamado del presidente José Luis Rodríguez Zapatero a Cristina de Kirchner impidió lo que horas antes se daba como un hecho: la expropiación de Aerolíneas Argentinas. Si el gobierno tomaba esa medida, habría tensado hasta lo intolerable una relación bilateral que ya venía complicada y que se tornó crítica a partir de los efectos sobre el mercado español del fin de las AFJP. El propio secretario de Transporte, Ricardo Jaime, debió desmentir la expropiación luego de que otros funcionarios la dieran como un hecho. Fueron integrantes del Tribunal de Tasación tras informarle al Congreso a qué cifra habían llegado tras evaluar la empresa: un valor negativo de u$s 832 millones. Pero hacia el final de la tarde había cambiado todo: los presidentes se reunirán la semana que viene en El Salvador (en el marco de la Cumbre Iberoamericana), obviamente para hablar no sólo de Aerolíneas. Marsans, ya consciente de que no cobrará los u$s 350 millones que pretendía por la empresa, se conformará con 51% de Austral; el resto irá al Estado, a los empleados y a un socio local. Se cerraría así uno de los tantos frentes que tiene abiertos el gobierno argentino con España.

La intervención del gobierno español habría puesto cerca de un acuerdo -algo impensable hasta hace un par de días- al Estado argentino y al Grupo Marsans sobre el conflicto Aerolíneas Argentinas. Esto sucedió el mismo día en que el Tribunal de Tasación presentó ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones su tasación de Aerolíneas Argentinas.

Según ese órgano oficial, el grupo aéreo tiene un valor negativo de u$s 832 millones, y su patrimonio neto negativo asciende a u$s 500 millones.

Seguramente desinformados, tras salir de la reunión en el Congreso, altos miembros del Tribunal de Tasación revelaron que el gobierno «ya puso en marcha los mecanismos para expropiar Aerolíneas Argentinas, y ya hay un esquema preparado para hacerlo».

Sin embargo, al caer la tarde, el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, declaró a los medios que «nunca estuvo en estudio expropiar Aerolíneas Argentinas. Nosotros cumplimos estrictamente lo que dice la ley, y es que se rescate Aerolíneas Argentinas y Austral a través de la compra de acciones».

En caso de que el gobierno hubiera avanzado en la expropiación, los actuales dueños del grupo aéreo estaban listos para acudir al CIADI (tribunal del Banco Mundial donde se zanjan estas diferencias) y reclamar que les paguen de acuerdo con la tasación que hizo -a su pedido, y según lo previsto en el acta acuerdo del 17 de julio pasado- el banco Crédit Suisse.

La valuación hecha por el Tribunal provocó la inmediata reacción del Grupo Marsans, accionista principal de la aérea: desde Madrid su CEO y copropietario, Gerardo Díaz Ferrán, dijo a la prensa de su país que «estamos en Aerolíneas, pero nos están echando a gorrazos y veremos si aquello acaba de la mejor manera posible». El empresario mantiene una muy cercana relación con el rey Juan Carlos y preside la poderosa CEOE, la central empresarial española.

Pero algunas horas después el grupo emitió un comunicado de tono conciliador, en el que dice que confía «en el proceso de negociación con el Estado argentino para la venta de Aerolíneas Argentinas y Austral». Agrega que «esperamos ser convocados por el Congreso de la Nación para exponer los detalles del procedimiento y la metodología aplicada por el Crédit Suisse en su valuación», y vuelve a recordar que en caso de discrepancias se debe convocar a un tercer evaluador.

Quizás todo esto se deba a que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se comunicó ayer -según una versión no desmentida por el gobierno argentino- con su par Cristina de Kirchner para pedirle «aquietar las aguas» hasta la semana próxima, cuando ambos mandatarios coincidirán en la Cumbre de Iberoamérica en El Salvador. Es que a los temas ya calientes (Repsol, bancos, Telefónica) que afectaron al mercado español, se sumó ayer la cuestión Aerolíneas Argentinas y la posibilidad de que el gobierno decida expropiarla.

La posibilidad fue también descartada por el director de asuntos públicos de Aerolíneas, Jorge Molina: en diálogo con este diario afirmó que «seguimos negociando; nadie nos dijo que están por expropiar la empresa ni que se va a dejar de lado lo pactado en el acta acuerdo y lo anunciado por la Presidente en la Casa Rosada. Creo que a pesar de lo difícil de la negociación, va a terminar todo bien».

El acuerdo podría basarse en el siguiente esquema: Marsans retendría 85% de las acciones de Austral (con cuyos empleados no tiene conflictos) y ceder 15%: al Estado (10%) y a los trabajadores (5%), para luego abrir el capital a un empresario local del perfil de Juan López Mena (Buquebús). Hasta ayer la sola mención de esa salida era descartada de plano por el gobierno, en especial por el secretario de Transporte, Ricado Jaime; algo parece haber sucedido en la relación bilateral para que por estas horas se hable de acuerdo, tanto en fuentes de la empresa como oficiales. Ambos sectores aseguran, además, que los cuestionamientos de los sindicatos a la separación de Aerolíneas y Austral seguramente desaparecerán si el gobierno nacional así lo ordena.

La certeza de que no habrá expropiación hizo que Eduardo Aranda, el único ejecutivo del grupo español en Buenos Aires, partiera anoche hacia Madrid con aviso de regreso a la Argentina para el lunes.

Lo innegable es el evidente malhumor que reina en España hacia la Argentina por estas horas, un estado que el gobierno no querría exacerbar con una expropiación. Esto se lo habría comunicado el embajador español Rafael Estrella al canciller Jorge Taiana, algunas horas antes del llamado de Rodríguez Zapatero a la Presidente.

Marsans hizo saber que pretende unos u$s 350 millones al contado por sus activos en la Argentina, según la valuación del Crédit Suisse), pero se conformarían con 51% de Austral (49% iría al Estado, los empleados y un socio local).


Suspensión

Las partes deberán dejar de lado no sólo diferencias económicas: también las profundas enemistades a nivel personal que se forjaron en este proceso. Un caso que lo evidencia es el del propio Molina, que fue suspendido en sus funciones de vocero de la compañía por el gerente general designado por el gobierno, Julio Alak. Al día siguiente, Marsans -en su condición de mayoritario tanto en el accionariado como en el directorio- revocó la suspensión y además nombró a Molina subgerente general, o sea «número dos» de la empresa.

En tanto, lo palpable de la gestión oficial es que llevó a más de dos millones diarios el déficit de Aerolíneas; cuando la tomaron ese «rojo» no llegaba a u$s 1 millón diario. Quizás tengan influencia en esta suba medidas como las concesiones salariales y de otro tipo que recibieron los pilotos que capitanea el secretario general de APLA, Jorge Pérez Tamayo.

Los comandantes -además del aumento retroactivo a abril de $ 2.000 mensuales- recibirán alojamiento en «appart-hotel» cinco estrellas y un vehículo para uso personal cada vez que viajen al exterior para realizar «cursos». A eso se suma un pasaje sin cargo para un acompañante que el piloto designe y viáticos dobles (seguramente para sufragar los gastos de ese acompañante) sobre los que perciben en las escalas.

 

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dg ipsilon