24/10/2008 01:52
BAE - Nota - Negocios - Pág.18
Marsans también estaría
preparando en Chile su retiro del negocio
aerocomercial
>Dejaría de operar la filial de
Air Comet, que cubre allí vuelos
de cabotaje
Ante la virtual imposibilidad de proseguir
con el negocio del cabotaje en la Argentina,
el grupo español parece estar en
retirada general de la región, donde
también tiene una compañía
en Chile.
De allí se retiraría a fines
de año, con el cierre de la aérea.
En un comunicado firmado en conjunto por
Enrique Meliá, gerente general de
Air Comet Chile, y Jürger Paulmann,
dueño de Sky Airline, los directivos
de las dos compañías que disputan
a LAN el mercado de cabotaje trasandino,
se anuncia una alianza comercial y operacional
que incluirá vuelos de códigos
compartidos.
Este acuerdo renovó el rumor preexistente
de que la aérea de capitales españoles
dejaría el mercado doméstico
chileno antes de fin de año.
Según dijeron fuentes del sector
aerocomercial trasandino, Air Comet Chile
está volando sólo con una
parte de su flota, compuesta por siete antiguos
Boeing 737/200 y se encuentra en un proceso
de suspensión de rutas y personal.
Cabe recordar que la empresa nació
a fines del 2004 como Aerolíneas
del Sur dentro de un proyecto de sus dueños,
del Grupo Marsans, de crear subsidiarias
de Aerolíneas Argentinas en el Cono
Sur para competir con LAN Airlines y que
entonces incluía como paso más
o menos inmediato la apertura de una nueva
compañía en Perú que
comenzó a gestarse pero que nunca
alumbró.
Esto se vincularía coyunturalmente
con la la imposibilidad de poder seguir
operando vuelos de cabotaje en la Argentina,
ya que el gobierno de Cristina Fernández
no parece decidido a dejar en manos de la
empresa española a la aérea
Austral, como los directivos de Marsans
habían solicitado a cambio de la
entrega, “sin ningún reclamo”,
según dijeron, de Aerolíneas
Argentina y las empresas menores del grupo.
Los misiles contra el Gobierno nacional
lanzados ayer por el vocero del Grupo Marsans,
Jorge Molina, se centraron en la amenaza
de recurrir al CIADI, un organismo internacional
que analiza diferendos entre empresas y
gobiernos, donde reclamarían una
multimillonaria indemnización.
CORRILLOS. Estas declaraciones de Molina
fueron realizadas luego de que ayer circularan
versiones periodísticas sobre una
inmediata expropiación de las compañías,
que fueron diluidas por el secretario de
Transporte, Ricardo Jaime, quien sostuvo
ayer que “no hay ningún inconveniente
de mantener el diálogo con Marsans”,
con cuyos accionistas espera reunirse la
semana próxima para proseguir con
la negociación para una eventual
compra por parte del Estado de todas las
empresas pertenecientes al grupo. Pero desde
el mismo Gobierno dijeron ayer a Buenos
Aires Económico que “la posibilidad
de llegar a un acuerdo con Marsans está
en el terreno de lo imposible, porque la
diferencia en las valuaciones nuestras y
la que ellos pidieron son abismales”.
Dicho así y con la imposibilidad
de una vuelta al manejo de las compañías
por parte del Grupo Marsans porque, entre
otras cosas, los españoles tampoco
las quieren porque tendrían que colocar
60 o 70 millones de dólares mensuales
para que sigan activas, aparece nuevamente
en escena la alternativa de la expropiación.
Esta alternativa fue abonada ayer por el
titular del Tribunal de Tasaciones de la
Nación, Daniel Eduardo Martín,
quien presentó un informe ante la
Comisión Bicameral de Seguimiento
de las Privatizaciones quien, ante una consulta
relacionada con una eventual presentación
de Marsans ante el CIADI por la reestatización
de las aéreas, expresó: “Nos
encontraremos en el CIADI. Ya fuimos allí
por el caso Siemens y obtuvimos la nulidad
del caso, así que los esperamos”
en el organismo de litigios.
El plazo acordado con Marsans para seguir
las negociaciones es el próximo 12
de noviembre. Pero, más allá
de esta fecha formal, otro elemento que
se jugaría para evitar una decisión
como la expropiación en los próximos
días es que la Presidenta de la Nación
se reunirá a fines de mes en El Salvador
con el jefe de gobierno español,
José Luis Rodríguez Zapatero,
y aparecería como poco razonable
que en las vísperas del encuentro
se decidiera la expropiación.