30/10/2008 00:52
Crítica - Nota - El País
- Pág.10
LOS ESPAÑOLES HICIERON SU ÚLTIMO
INTENTO. HOY, CRISTINA-ZAPATERO
Coged Aerolíneas,
y dejadme un poquitito de Austral
>Como prevé una respuesta negativa,
el Grupo Marsans pidió también
una tercera valuación de las empresas.
La ley estatizadora limita al Gobierno.
Cristina intentará zanjar hoy el
conflicto cuando se reúna con Rodríguez
Zapatero.
Cristina Fernández y su colega español
José Luis Rodríguez Zapatero
definirán hoy en un encuentro privado,
en el marco de la cumbre de presidentes
iberoamericanos, el futuro de Aerolíneas
Argentinas y Austral. La Presidenta intentará
convencer al español, con números
en la mano, de que el grupo Marsans entregue
las acciones de las firmas a cambio de nada
por la endeble situación financiera
de ambas. Ayer, Marsan hizo su último
intento: ceder Aerolíneas y quedarse
con poco menos de la mitad de Austral (el
ala rentable de la sociedad) . En previsión
de una respuesta negativa, también
pidió al Gobierno por carta recurrir
a un tercer valuador independiente ante
los más de mil millones de dólares
de diferencia de tasación de activos
entre las partes.
Ayer a la mañana se agotó
la última instancia de negociación
entre Marsans y la Secretaría de
Transporte. En otra de las tantas reuniones
para llegar a un acuerdo de compraventa
por el 95% de Aerolíneas y el 97%
de Austral, los representantes del Gobierno
insistieron en pagar cero por estas participaciones
ante el elevado endeudamiento de las firmas.
Los españoles presentaron sus distintas
variables de ofertas.
Una fue quedarse con poco menos de la mitad
de Austral en sociedad con un empresario
argentino y Aerolíneas Argentinas
gratis. Hace unas semanas era el 100% de
Austral a cambio de ceder Aerolíneas
al Estado. Esta alternativa hasta llegó
a ser analizada, pero fue descartada. Gozaba
del apoyo de la mayoría de los gremios
de Austral, en los que Marsans goza de más
respaldo que entre los sindicatos de Aerolíneas.
La otra opción, menos pasable, fue
el pago de 100 millones de dólares
por Austral. Marsans arrancó pidiendo
250 millones de dólares.
Como ninguna de las dos fue aceptada, a
última hora de anoche el grupo español
emitió un comunicado en el que le
pidió al Gobierno recurrir a un tercer
valuador.
La firma privada le envió una lista
de sugerencias que prefieron guardar en
secreto. De todas maneras, un puñado
de cinco o seis bancos-consultoras internacionales
son los especializados en la tarea de ponerles
un valor a los activos de una empresa.
Cristina Fernández viajó a
El Salvador con una comitiva reducida.
Su vocero, el canciller Jorge Taiana, y
desde España viajó especialmente
el embajador argentino en Madrid, Jorge
Bettini. Néstor Kirchner se bajó
a último momento y el ministro de
Planificación, Julio De Vido, tampoco
será de la partida.
Se descuenta que Zapatero apoyará
la postura de Marsans de buscar un valuador
independiente, como estaba previsto en el
acta acuerdo para iniciar la reestatización
firmada entre las partes a mediados de julio.
Ante esta alternativa, el Gobierno está
acotado por la ley de rescate de las dos
empresas aprobada por el Congreso. La norma
sólo prevé la aceptación
o no del valor de los activos establecido
por el Tribunal de Tasaciones de la Nación,
que fue de 800 millones y 600 millones de
dólares negativo, según dos
métodos.
De allí la misión de Cristina
de convencer a Zapatero de que Marsans acepte
transferirle sus acciones al Estado a cambio
de nada, sin escándalo ni juicio
internacional.
De no ser aceptada esta salida por Marsans,
más allá de la presión
política, el plan B debería
ser una primera intervención de las
empresas con una posterior ley especial
que permita la expropiación de los
activos. Una alternativa más complicada
y que generaría mucha reacción
político-económico negativa
tanto para el Gobierno como para Zapatero
en su propia tierra.
Y, sin duda, lo que se decida marcará
una bisagra en la relación España-Argentina.
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