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31/10/2008 01:59
Ambito Financiero - Nota - Economía - Pág.1
Intentan acuerdo por Aerolíneas antes de febrero

José Luis Rodríguez Zapatero le dio a Cristina de Kirchner la noticia que la Presidente fue a buscar a un encuentro paralelo a la Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de El Salvador. El viaje de febrero a Madrid y la visita oficial siguen en pie, y la intención de España es mantener el convite tal como estaba planificado. Pero antes, Cristina tuvo que hacer una concesión irrenunciable para el futuro anfitrión: el conflicto con Aerolíneas tiene que estar para esa fecha solucionado o en vías de serlo. Además, Zapatero exigió que no haya más sorpresas para las empresas españolas, como ocurrió con la estatización de la AFJP Consolidar, propiedad del BBVA. Sólo así Zapatero le garantizó buen clima para la aventura madrileña de Cristina, al menos en lo que se refiere al sector público. Nada puede hoy garantizar el jefe de gobierno europeo en el caso de los privados, donde los Kirchner ya son a esta altura una imagen más cercana a Hugo Chávez que al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Cristina de Kirchner y José Luis Rodríguez Zapatero.
Cristina de Kirchner logró ayer lo más importante y concreto que fue a buscar a la Cumbre Iberoamericana de El Salvador: la confirmación de su viaje, tres veces postergado, a Madrid será en la primera quincena de febrero de 2009. Así se lo aseguró José Luis Rodríguez Zapatero, después de un muy negociado encuentro que casi a última hora de ayer mantuvieron ambos en ese país, donde se concretó la cumbre. A cambio, la Argentina se comprometió a mantener negociaciones de «buena fe» entre el gobierno y el Grupo Marsans. Además, que no habrá más sorpresas para las empresas españolas que operan en el país, como la que vivió la semana pasada el banco BBVA cuando se le anunció que se nacionalizaba su AFJP, Consolidar.

El jefe de gobierno español amagó hasta último momento la aceptación del encuentro con Cristina de Kirchner, y recién a media tarde de ayer, cuando varios de los jefes de Estado estaban ya abandonando la reunión (Lula voló a Cuba), llegó vía Miguel Angel Moratinos el llamado para la reunión. Fue en un salón aparte, en el polideportivo donde se concretó el plenario de jefes de Estado, especialmente diseñado para este tipo de cumbres bilaterales. Antes, por la mañana, hubo un primer contacto entre Kirchner y Zapatero, más formal que concreto. Hubo sonrisas de parte de ambos, pero sin la promesa de hablar de los temas que separan a los dos Estados.

Antes, el español quería cerrar una posición latinoamericana común para presionar por su concurrencia, por ahora vetada por Estados Unidos, a la cumbre del G-20 que el 15 de noviembre se concretará en Washington. Lo consiguió a medias, ya que los dos Estados más importantes de la región, Brasil y México, avalaron el pedido de Zapatero, pero sin comprometerse públicamente y por escrito. El tercer Estado latinoamericano que concurrirá a la cumbre será la Argentina. Y fue el apoyo que prometió Cristina de Kirchner para el pedido del español lo que definitivamente destrabó el encuentro bilateral.

Zapatero fue directo a los problemas entre ambos países y pidió explicaciones sobre la situación de Aerolíneas Argentinas y el Grupo Marsans. Concretamente, si hay una intención del gobierno de Cristina de Kirchner de expropiar la aerolínea. La promesa oficial de la Presidente al jefe de gobierno español es que no está en los papeles del Ejecutivo avanzar en una decisión de este tipo (esto dicho con sorpresa), y que la intención es continuar con las negociaciones, aunque las partes estén hoy lejos.

A esa altura se conoció la carta que desde Marsans se les envío al ministro de Planificación, Julio De Vido, y al secretario de Transporte, Ricardo Jaime, los dos responsables del tema dentro del gobierno, que por algún motivo no viajaron a El Salvador para verse con Zapatero. En la nota, desde el Grupo Marsans se pide un tercer auditor para tratar de acercar posiciones ante las diferencias entre el valor que consideró el banco suizo Crédit Swiss (300 millones de dólares) y lo que, según el gobierno argentino vale la empresa (negativo u$s 700 millones). Los españoles incluso proponen a tres innombrables para el país: Merrill Lynch, Morgan Stanley o Goldman Sachs.

Según Cristina de Kirchner, para febrero, el tema si bien puede no estar solucionado, por lo menos estaría encaminado en una discusión más o menos razonable.

Luego vinieron advertencias de Zapatero, consideraciones según la versión oficial argentina sobre las consecuencias de la decisión de nacionalizar las AFJP por parte del gobierno de Cristina de Kirchner. La Presidente había viajado preparada, con datos que refutarían las consecuencias de la medida en la caída de la Bolsa de Madrid. Sin embargo, las quejas del europeo estuvieron vinculadas a la falta de previsión y seguridad jurídica al nacionalizar empresas españolas, y al hecho de que el gobierno de Zapatero se haya enterado por los diarios. Kirchner recordó ahí, sin concesionar errores, que un día después del anuncio hubo comunicaciones con Telefónica y Repsol para garantizar inversiones. No hubo insistencia de Zapatero, pero tampoco gestos de convencimiento. Luego llegó la frase que el español quería escuchar: Cristina de Kirchner comunicó el apoyo al jefe del gobierno para que ese Estado participe de la cumbre del G-20. «Lo pediremos por una cuestión de representatividad y porque es importante escuchar esa opinión en ese ámbito», completó la Presidente. Luego fue el canciller Jorge Taiana quien públicamente oficializó esta posición argentina.


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