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31/10/2008 01:58
Clarín - Nota - Opinión - Pág.27
Panorama empresarial
El Gobierno definió su estrategia frente al dólar

>Al máximo nivel, se decidió revisar la estrategia cambiaria, avalando la posición sustentada por el Banco Central. Se trata de dar la señal de que el mercado está bajo control.

Marcelo Bonelli
mbonelli@clarin.com

La decisión se terminó de adoptar el martes al máximo nivel en la Quinta de Olivos: el Gobierno redefinió su estrategia cambiaria y ahora trabajará con un dólar que oscilará en 3,40 pesos.

Así, Cristina Kirchner laudó y dio por cerrado un debate interno sobre el futuro tipo de cambio que envolvió a su círculo íntimo. La Presidenta lo comunicó a sus principales ministros y la decisión le dio un aval a la postura del Banco Central.

Horas después, el BCRA ofreció una millonada de dólares al mercado y calmó la avidez por los billetes.

Néstor Kirchner también se mantuvo activo. Habló con sus hombres de confianza y trasmitió la resolución a sus operadores políticos en el Congreso. Así lo dijo: "La política hacia el dólar la fija la Presidenta.

Ahora va a fluctuar en torno a los 3,40 pesos. Pero le vamos a meter incertidumbre al mercado". En otras palabras: así, el Gobierno quiere dar la señal política de que el BCRA controla al mercado.

Ayer el directorio del Banco Central trabajó la cuestión. Los ejes de la política cambiaria que aprobó fueron estos:
e e Se trabajará con incertidumbre. Habrá volatilidad acotada en torno a los 3,40 pesos.


Se seguirá de cerca la paridad del real, para hacer correcciones. La noticia llegó ayer a la Bolsa de Comercio y eso se reflejó en la liquidación de exportadores. Hubo cerealeras que ante la incertidumbre, habían retrasado ingresos de divisas y ayer aceleraron las ventas de dólares.

Fue después de un fin de semana agitado y de un lunes en el cual la demanda de dólares tomó velocidad.

Cristina Kirchner soportó un viernes lleno de versiones catastróficas. En El Calafate –el último fin de semana– le había llegado el dato de que ellas eran fruto de una pelea interna entre Sergio Massa y Martín Redrado. Primero habló con el titular del Banco Central y después se comunicó con el jefe de Gabinete, a quien le preguntó de dónde salen esas versiones. Massa eludió cualquier responsabilidad y acusó: "Según mis informes, del sector de las AFJP, que pretende complicar el debate en el Parlamento".

Fue a partir de ahí que surgieron en la cumbre del poder múltiples evaluaciones conspirativas, que a veces intentan esconder y tapar realidades económicas.

Es verdad que existe un bombardeo negativo desde el exterior hacia la Quinta de Olivos. Pero hay que diferenciar los diagnósticos objetivos de las proyecciones interesadas.

Hay trabajos serios de Wall Street que argumentan una cuestión clave: que la decisión de reestatizar los fondos jubilatorios refleja, en realidad, la poca solvencia fiscal de la Argentina y que eso precisamente hace dudar de que la Presidenta pueda hacer frente al pago de la deuda externa.

Se trata de una duda que tienen los banqueros y que el Gobierno aún no despejó. Cristina Kirchner tendría que clarificar esos interrogantes y difundir con precisión cómo se abonarán el año próximo los vencimientos .

La cuestión se trató en la intimidad de la Quinta de Olivos. Martín Redrado y Carlos Fernández argumentaron que era prioritario hacerlo, pero chocaron con la negativa de Nestor Kirchner.

En el Gobierno siguen de cerca otros informes que consideran más tendenciosos desdeWall Street. Creen que son los mismos economistas y operadores que pronosticaron en el 2002 una escapada del dólar, la hiperinflación y la caída del gobierno de Eduardo Duhalde. Ahora vaticinan y fogonean un dólar a cinco pesos.

En la nómina del Gobierno están Alberto Ades, Guillermo Mondino y Anoop Singh.

El funcionario del Fondo Monetario fue precisamente ahora uno de los fogoneros para excluir a la Argentina de eventuales planes especiales de ayuda.

La burocracia del FMI le pasa la factura política al matrimonio presidencial por los múltiples enfrentamientos y los continuos desplantes a Washington. El cuestionado Dominique Strauss-Khan argumentó una cuestión real: que Argentina no admite ni siquiera una revisión anual de su economía.

Pero la decisión del FMI va en línea con aquellos que apuestan a generar una turbulencia económica mayor en la Argentina.

Algunos hombres de negocios argentinos opinan que el FMI tiene una intención desfavorable y que en caso de una crisis, Estados Unidos y el FMI no saldrían en su ayuda.

La cuestión se trató ayer al máximo nivel en la Asociación Empresaria Argentina, cuando se redactó el documento crítico contra el régimen de reestatización de las jubilaciones. El martes, en la Unión Industrial se volvió hablar del dólar. La gente de Juan Lascurain afirmó que varios funcionarios tienen coincidencias con la posición de la UIA sobre el tipo de cambio. Se habló de Carlos Fernández, Sergio Massa y Mercedes Marcó del Pont.

Y estuvo en el tapete la rispidez con España. En la UIA tienen en claro una cuestión: que ni el embajador Carlos Bettini, ni Rafael Estrella son en estos momentos los mejores interlocutores para reducir las turbulencias entre Argentina y España.

Ayer en El Salvador se trató el conflicto de Aerolíneas Argentinas. La Presidenta acusó al Grupo Marsans de intentar quedarse indebidamente con Austral. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero sólo reclamó una salida consensuada y sin expropiación. La conversación abrió un camino que estudia la Casa Rosada y que sería de inminente aplicación: la intervención legal directa y oficial de la conducción de Aerolíneas.

Copyright Clarín, 2008.

Rodríguez Zapatero reclamó una salida. La conversación con la Presidenta abrió un camino que se estudia en Casa Rosada

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