11/10/2008 03:35
Página 12 - Nota - El País
- Pág.2
EL PAIS › UN TENIENTE CORONEL NO SE
PRESENTO ANTE LA JUSTICIA
Schwab, el escurridizo
>Buscado por la Justicia de Tucumán
para ser indagado por la desaparición
de un obrero en 1977, Héctor Schwab
desapareció de sus domicilios. El
padrino de Cecilia Pando, en problemas.
El teniente coronel retirado Héctor
Schwab desapareció de los lugares
que solía frecuentar: no se presentó
ayer en Tucumán a la segunda citación
en la causa en la que está imputado
por la desaparición en 1977 de Carlos
Rocha. “Estamos estudiando el expediente”,
dijo a PáginaI12 el juez federal
subrogante Daniel Bejas, tras recibir la
notificación oficial de que el militar
no había sido localizado por la comisión
policial que lo buscó en uno de sus
domicilios porteños. Schwab actuó
bajo el mando de Antonio Domingo Bussi,
tiene pedido de captura internacional dictada
por el juez español Baltasar Garzón
y está en condiciones de sumar otro
de la Justicia argentina. Reciclado como
empresario de seguridad y, más recientemente,
de gastronomía, se mantuvo fiel a
los mandatos de la dictadura y devino en
financista y referente de los grupos que
claman por la libertad de los represores
presos por delitos de lesa humanidad.
Quienes lo conocen arriesgan que puede
haber apelado a sus contactos en Miami,
Estados Unidos, para instalarse en ese territorio
y recuerdan que tiene un pasaporte suizo.
En la Justicia, descreen de esa alternativa
porque el pedido de Garzón lo puede
transformar en una presa fácil fuera
de las fronteras del país. Desde
que por esa orden de detención estuvo
preso a mediados del 2003, Schwab tuvo que
resignar sus veraneos en Punta del Este
y realizó un oportuno cambio de manos
de su empresa de seguridad Scanner S.A.
a nombre de su esposa y de una de sus hijas.
A la dirección de esa empresa en
Florida 868, pisos 6 y 8, habría
llegado a preguntar por el militar la comisión
policial enviada desde Tucumán y
gestionada a través del juzgado porteño
de Julián Ercolini. Hay por lo menos
otra media docena de domicilios en los que
Schwab puede ser buscado en el país.
Uno de ellos es el paquete piso de Arcos
al 2200 que comparte con su esposa y cuatro
de sus hijos María de las Nieves,
María Victoria, María Constanza
y Federico.
El caso Rocha
Durante la intervención de Bussi
en Tucumán, Schwab fue director de
Parques y Jardines de la capital provincial.
Rocha, obrero del área de ingeniería,
fue secuestrado en la mañana del
27 de abril de 1977 cuando trabajaba en
una demolición que estaba bajo la
supervisión de Schwab. Se lo llevaron
delante de sus compañeros. La denuncia
original fue presentada por la hermana de
Rocha, Susana. La mujer declaró ante
la Justicia que el día posterior
a la detención, el esposo de su madre,
Carlos Virgilio González, fue a buscarlo
a la obra donde estaba asignado. Allí
le preguntó a Schwab qué había
pasado y le contestó que él
no tenía nada que ver, que había
actuado la policía de la provincia.
Ese mismo día, González fue
a la Brigada de Investigaciones, donde pudo
ver a Rocha, custodiado por soldados del
Ejército. Cuando insistió
con su reclamo ante Schwab, la respuesta
fue: “Si sigue molestando, lo hago
detener a usted y a toda su familia”.
Otro hermano de Carlos Rocha, Ramón,
prestaba servicios en el Ejército
en aquel momento. Por eso se animó
a ir a la casa de Schwab para ver qué
pasaba. Un testigo presencial de ese encuentro,
Juan Enrique Rodríguez, confirmó
que el entonces teniente le contestó
que él lo había mandado a
detener. Rocha sigue desaparecido.
Schwab eludió a la Justicia gracias
a las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida, la reactivación de las causas
tras la nulidad de esas normas lo puso en
alerta. En Tucumán, la investigación
más avanzada es la de Rocha pero
está mencionado en varios expedientes.
El desafío ahora es ubicar a este
hombre que en democracia se especializó,
entre otras cosas, en encontrar a maridos
y esposas infieles o “disuadir”
a empleados que buscaban una indemnización
acorde por el trabajo que habían
realizado demandando a empresas. Schwab
fue denunciado por intento de extorsión
por ex empleados de Movicom a quienes habría
intimidado para que dejaran sin efecto la
denuncia contra la telefónica.
Como activo defensor de la dictadura el
teniente coronel retirado impulsó
a Cecilia Pando y a su hija María
Pía para organizar la asociación
que reclama la “libertad de los presos
políticos”. Las mujeres, uniformadas
con remeras blancas y el logo de una bandera
argentina encerrada detrás de barrotes
carcelarios, empezaron a movilizarse frente
a los tribunales para gritar por justicia
para los represores. El apoyo se extendió
al esposo de Pando, el mayor Rafael Mercado,
que recaló en Scanner apenas fue
pasado a retiro en el Ejército. Pando,
incluso encontró cobijo en uno de
los domicilios de Schwab en el barrio de
Belgrano.
Desde Scanner supo tejer sólidos
vínculos con el ex titular de Aerolíneas
Argentinas, el empresario español
Antonio Mata, y también con un importante
gestor inmobiliario de Miami. Para ambos
hombres de negocios, Schwab actuó
como asesor en temas de seguridad. Después
diversificó sus emprendimientos y
en los últimos años despuntó
el vicio con dos restaurantes en Costanera
Norte. Por ahora sigue gozando de libertad
pero sus incursiones públicas se
desdibujaron: quedaron como postales de
sus buenos tiempos las reuniones con el
ex obispo castrense Antonio Baseotto.