14/10/2008 03:02
Página 12 - Nota - Economía
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ECONOMIA › VENCE EL ACTA DE ACUERDO
Y MARSANS PRESENTA LA TASACION DEL CREDIT
SUISSE
Aerolíneas con precios
bajo cero
>La cifra que habría fijado el
Crédit Suisse oscilaría entre
250 y 450 millones de dólares. El
secretario de Transporte, Ricardo Jaime,
sugirió que el precio es 0. No hay
indicios de acercamiento y el Estado no
renovará el acta de acuerdo.
Por Cledis Candelaresi
Marsans promete presentar al Gobierno a
primera hora de hoy la tasación realizada
por el Crédit Suisse por la cual,
según deja saber oficiosamente, Aerolíneas
Argentinas podría valer entre “250
y 450 millones de dólares”,
de acuerdo con los distintos escenarios
posibles. El dato debería ser confrontado
con el que resulte del trabajo realizado
por el Tribunal de Tasación de la
Nación que, tal como sostuvo el secretario
de Transporte, Ricardo Jaime, sugiere que
la compañía vale O. Con esta
discordia irresoluble y una creciente tensión
entre las partes hoy vence el acta acuerdo
que desde el 17 de julio habilitó
el gerenciamiento mixto de la empresa y
fijó el marco para que las partes
acordaran los términos de la recompra
de acciones. Hasta anoche no había
vestigios de que ese documento pudiera prorrogarse.
Tampoco de que el Estado vaya a aprobar,
en la asamblea de accionistas que se hace
esta mañana, los últimos balances
de la empresa, clave para formalizar cualquier
reestatización.
Todo es críptico y oscuro, desde
los números a la estrategia de cada
uno. El acta acuerdo previó que las
partes acordarían un precio para
que el Estado se hiciera con las acciones
en poder de Marsans, que tiene tantas ganas
de ceder esos papeles como es firme la voluntad
estatal de quedárselos. De no haber
coincidencia, según el acta, debería
convocarse a un tercero para que fije un
precio inapelable, algo que contradice lo
que establece la ley de reestatización,
que le da al Congreso soberanía sobre
este punto. Aquí una de las varias
contradicciones no resueltas.
Jaime no hizo público ningún
documento oficial, pero declaró públicamente
que según aquel tribunal oficial
el valor estaría “600 millones
abajo”. El concepto no fue precisado
pero la sugerencia oficial surge nítida:
Aerolíneas tiene un valor negativo
y, por consiguiente, el Estado no debería
aportar nada. Este camino se perfila más
claro aún si se considera que en
los últimos meses se hicieron aportes
desde la caja pública para sostener
la operatividad de la compañía,
que de otro modo hubiera dejado de funcionar.
Desde Transporte recuerdan que esa contribución
desde julio hasta ahora roza los 300 millones
de dólares. Pero, en rigor, habría
que añadirle los otros desembolsos
realizados por el Estado con anterioridad,
en condiciones contables tan opacas como
todos los movimientos que se dan en este
terreno. Si el fisco decidiera capitalizar
esos aportes, quizá no debería
hacer muchos esfuerzos para comprar el casi
95 por ciento de acciones en poder de Marsans.
Pero, según sugieren los españoles,
ése tampoco sería un paso
fácil: “Para eso deberían
contar con el aval de la asamblea de accionistas
(en la que Marsans tiene dominio) y con
un precio estipulado”. A no ser que
se les arrebate compulsivamente, vía
expropiación, la propiedad que hoy
ostenta, al menos desde el punto de vista
formal.
Marsans sostiene a través de su
vocero local que “no hay negociador
oficial” con quien discutir estas
cuestiones. El último que habría
tomado contacto con ellos es Rafael Llorens,
subsecretario Legal y Técnico de
Planificación, para comunicarles
informalmente que debían ir bajando
su nivel de expectativas respecto de algún
cobro. Para el accionista privado, irse
sin más es algo que no está
en su programa, al menos todavía,
y por eso piensan defender el criterio de
que Aerolíneas vale. En particular
si se la cotiza con el método de
flujo de fondos y en base al plan de negocios
que elaboraron los gerentes de la empresa.
Según ese plan, la compañía
logrará revertir su actual déficit
operativo, que para Marsans “en septiembre
llegó a 61 millones de dólares
contra los 28 millones” de cuando
era gerenciada por ellos mismos. Ayer ninguna
voz oficial se avino a avalar o desmentir
tal dato. Julio Alak, titular del Consejo
de Transición que creó el
acta acuerdo cuya vigencia expiraría
hoy, está en una situación
un poco incómoda. Ese cuerpo mixto
y su propio papel de gerente –que
se superpone con el de director por el 5
por ciento de acciones que hoy le corresponden
al Estado– quedaría sin sustento
legal formal si ese documento no es prorrogado.
La asamblea de accionistas tiene la misión
de aprobar balances. El del año 2007
y el “de corte”, a julio del
2008, cuyos números muestran la dramática
situación en la que se encuentra
el grupo Aerolíneas en vías
de reestatización: 80 millones de
pesos de pérdidas en el balance del
año pasado. Jaime ya anticipó
que esos estados no serán aprobados
por el Estado hasta que no se cumplan todas
las formalidades, incluyendo la visión
de la Auditoría General de la Nación
y el aval escrito de la consultora Price
Waterhouse. Marsans promete llevar hoy a
la asamblea este último documento,
que no estaba cuando esos estados contables
fueron presentados en la última reunión
de directorio, días atrás.
A esta altura, todos los protagonistas
de esta historia prevén un final
belicoso por el cual sea inevitable una
gestión de gobierno a gobierno. La
vicepresidente española María
Teresa Fernández de la Vega ya habría
estado hablando con Cristina Fernández
de Kirchner sobre este tema.