17/10/2008 03:25
Página 12 - Nota - Economía
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ECONOMIA › AEROLINEAS ARGENTINA DEBERIA
SER CAPITALIZADA PARA EVITAR SU QUIEBRA
Los números rojos
levantan vuelo
>Los españoles de Marsans buscan
complicar las negociaciones con el Estado
argentino, reclamando ahora quedarse con
Austral a cambio de entregar AA. Esta compañía
registra fuertes quebrantos y necesita entonces
capitalizarse.
Por Cledis Candelaresi
Si el Gobierno y Marsans se atuvieran estrictamente
a la ley vigente, deberían capitalizar
ya a la empresa Aerolíneas Argentinas
para evitar su disolución. En su
carácter de socio mayoritario, Marsans
debería aportar no menos de 509 millones
de pesos para evitar que las pérdidas
acumuladas superen la mitad de su capital,
requisito que según la Ley de Sociedades
condena a la liquidación. Todo esto
en el marco de una complicada negociación
entre el Gobierno y los españoles.
Según el balance al 31 de diciembre
de 2007 de Aerolíneas –aprobado
el martes a instancia del accionista mayoritario,
pero con la negativa de los directores estatales
y el de los trabajadores–, la empresa
tiene un patrimonio neto negativo de 82
millones de pesos y un rojo operativo de
457 millones. Otros datos relevantes son
que la pérdida acumulada trepa a
991 millones de pesos y el capital es de
909.
El artículo 206 de la Ley de Sociedades
impide que los quebrantos acumulados superen
la mitad del capital y, en caso de que eso
ocurra, la empresa debería realizar
sus activos y disolverse. La manera de evitar
ese derrape sería capitalizándola,
en este caso por unos 536 millones de pesos,
de los cuales a Marsans le corresponderían
509. Un ejercicio que, aunque con números
diferentes, conduce al mismo lugar que un
paper producido por la gerencia que comanda
Julio Alak y que circula entre algunos legisladores.
Este resumen sintetiza la situación
a julio pasado, cuando comenzó el
gerenciamiento conjunto, después
de que el Gobierno anunciara la voluntad
de reestatizar la compañía
a través de la compra de acciones.
Allí se detalla que Aerolíneas
tiene una deuda superior a los 1000 millones
de dólares y, junto a Austral, acumula
un patrimonio neto negativo de 1002 millones
de pesos (algo menos de 300 millones de
dólares). Si se tiene en cuenta que
AA está concursada, lo que entre
otras cuestiones restringe su capacidad
de tomar deuda, desde el punto de vista
legal y técnico se encuentra en una
situación de virtual quiebra.
La consultora Price Waterhouse, como auditora
externa, analizó la delicadeza del
cuadro y por eso tuvo muchas dificultades
para producir su dictamen para acompañar
los estados contables. Tanto, que consultó
al ministro Julio De Vido sobre un eventual
amparo legal para formalizar este trámite.
Algo diferente se registra con Austral,
que tiene un balance independiente aunque
pertenece al mismo grupo: Interinvest (la
formación jurídica de Air
Comet-Marsans para operar en el mercado
local). Valuada por el método de
flujo de fondos su precio es de 76,15 millones
de dólares. Al 31 de diciembre pasado,
tenía una pérdida neta de
98 millones de pesos y quebrantos acumulados
por 96,62 millones en moneda local; el patrimonio
neto negativo es de 9,6 millones.
En este caso, la cuenta en función
de la Ley de Sociedades resulta que, para
evitar la liquidación, alcanzarían
58 millones de pesos. Un esfuerzo muy inferior
para sostener a una compañía
que hoy tiene la mayor parte de las frecuencias
de cabotaje, una dotación de personal
menor y un pasivo dramáticamente
más liviano. No es extraño,
entonces, que Marsans amague con querer
retener esta línea entregando los
despojos de Aerolíneas al Estado.
Una alternativa que ayer los diputados oficialistas
Mariano West y Ariel Basteiro descartaron
en forma enfática (ver aparte).
El Estado no tiene participación
accionaria en Austral, en la que los trabajadores
detentan el 10 por ciento a través
del programa de propiedad participada. Pero
sí lo tiene en Aerolíneas,
donde, eventualmente, podría capitalizar
los millonarios desembolsos que hizo en
los últimos meses para sostener la
operatividad de la compañía.
Pero este camino está bloqueado,
ya que sólo sería factible
concretarlo si el accionista mayoritario
lo convalida en una asamblea, órgano
que lidera.
La danza de números comenzó
a ser revisada en la Comisión Bicameral
de Seguimiento de las Privatizaciones, que
desmenuzará el tema el próximo
jueves junto a los técnicos del Tribunal
de Tasación de la Nación.
Ni aquí ni en el resto del Parlamento
es posible que gane consenso cualquier operación
onerosa para el Estado.