11/09/2008
Ambito Financiero - Nota - Economía
- Pág.8
Vicente Muñoz, CFO del grupo español,
culpa a pilotos por la crisis de la aérea
Marsans: "Habrá
acuerdo con el gobierno por Aerolíneas"
Por: Sergio Dattilo
Creo que vamos a arreglar con el gobierno.
La gentede la Universidad de Buenos Aires
nos parece muy profesional, que entiende
de valuaciones y del mercado aéreo,
y sin dudas llegaremos a un precio que dejará
conformes a todos.» En el despacho
que aún ocupa en el noveno piso de
la Torre Bouchard, Vicente Muñoz,
director financiero del Grupo Marsans, le
dijo a este diario que en la empresa había
«grandes esperanzas de salir bien
de la Argentina.
¿Qué pasará
el 14 de octubre, día en que se cae
el actaacuerdo? «El día 15
volveremos a gestionar la empresa. ¿Si
hay un paro el 16? Haremos lo que tengamos
que hacer: despedir a los pilotos que se
nieguen a volar. O sea: gestionar la empresa»,
adelanta Muñoz pintando un escenario
casi apocalíptico. Obviamente, sin
pilotos la aérea dejará de
funcionar. «De todos modos, es sólo
una posibilidad remota: confiamos en que,
para entonces, se habrá pactado un
valor razonable para nuestra salida de la
empresa.»
El optimismo de Muñoz
se basa -según dice- en las reuniones
que ya mantuvieron con los economistas de
la UBA, pero reconoce que «quizás
pase que el precio que acordemos con el
gobierno no sea aceptado por el Congreso,
con lo que se volvería a la gestión
de Marsans, como le dije antes».
El ejecutivo revela por
primera vez que el embajador español
Rafael Estrella presenció la firma
del acta-acuerdo entre el ministro Julio
De Vido y los dueños de Marsans,
Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán.
Afirma que «si se ignorara este acta,
sin dudas constituiríapoco menos
que una burla al gobierno español.
Por eso, y porque Gerardo es presidente
de la CEOE (la UIA española) y está
en contacto permanente con el gobierno,
sabemos que el ministro Miguel Sebastián
no ha ocultado su disgusto por la forma
en que avanza este proceso». Sin embargo,
la administración de José
Luis Rodríguez Zapatero se cuidó
-al menos hasta ahora- de hacer ningún
gesto público en defensa del grupo
empresario de su país.
El jueves pasado la decisión
de vender fue aprobada por Air Comet, accionista
mayoritario de Interinvest, propietaria
a su vez de las acciones de Aerolíneas/Austral.
No concurrieron Iberia y American Airlines,
accionistas minoritarios.
El empresario español
fue el designado por Marsans para defender
el caso Aerolíneas Argentinas en
el Congreso, y sostiene que la ley que se
aprobó allí «no excluye
lo pactado en el acta-acuerdo con el gobierno;
dice que el precio a pagar será el
que indique el Tribunal de Cuentas (que
delegó esa tarea en los expertos
de la UBA), pero eso no quiere decir que
el Tribunal sea el único que intervenga
en esa valuación».
Agrega: «No queremos
discutir el precio con el gobierno; por
eso el acta-acuerdo prevé la designación
de dos evaluadores: nosotros nombramos al
Credit Suisse -que lo hará a través
de su casa matriz y de su sucursal Chicago,
experta en aviación- y el gobierno
al Tribunal de Cuentas».
Diferencia
En lo que parece ser un
cambio de estrategia, el ejecutivo esboza
una diferencia entre la actitud del gobierno
(«desde que se firmó el acta-acuerdo
no nos han atacado más con acusaciones
sobre fraudes, desviaciones de fondos, etc.»)
y la del gremio de los pilotos (APLA), al
que acusa de ser el causante único
de la crisis en la que cayó Aerolíneas
Argentinas.
«Fíjese»,
dice Muñoz exhibiendo dos facturas:
«El hotel Auditorium, vecino al aeropuerto
de Barajas en Madrid, es al que enviamos
(nosotros, igual que casi todas las aéreas
que operan allí) a los pasajeros
que sufren atrasos de vuelos;en agosto de
este año nos facturaron 300 pasajeros,
a un promedio de cien euros diarios. En
agosto del año pasado fueron 6.700,
o sea, cerca de un millón de dólares
de déficit sólo por ese concepto...
¿Qué cambió en un año?
Nada más que la disposición
de los comandantes a volar los aviones...».
A pesar de las denuncias
gremialesde «sobreventas» y
de falta de aeronaves como causantes de
los monumentales atrasos que llevaron a
Aerolíneas a una crisis casi terminal,
lo cierto es que con la misma flota (hoy
Aerolíneas/Austral tienen 41 aviones
operativos, un número similar al
que tenía cuando el gobierno la intervino)
el coeficiente de puntualidad se acerca
a 95%.
«Los pilotos quieren
manejar la empresa; cuando el Estado tome
la propiedad, podrían repetirse las
medidas de fuerza como forma de demostrarle
al gobierno que son ellos los únicos
que pueden manejar Aerolíneas y Austral»,
dice Muñoz.
En tanto, Enrique Brouchou
-abogado de Marsans- adelantó que
están estudiando «iniciar acciones
penales, por el delito de estafa procesal,
contra el grupo de la Unión Cívica
Radical que denunció a Marsans sobre
la base de una pregunta que le hace el Tribunal
de Cuentas de España a la SEPI (el
organismo oficial español que le
entregó Aerolíneas a Marsans
con un subsidio de u$s 743 millones para
saldar pasivos).