11/09/2008
El Cronista Comercial - Nota - Economía
& Política - Pág.7
VAN POR DINERO EN EFECTIVO. DICEN QUE LA
DEUDA QUEDA COMPENSADA CON LOS ACTIVOS
Marsans le puso precio
a Aerolíneas: quiere cinco años
de facturación
La auditoría encargada por la firma
está en manos del Credit Suisse.
Desde el grupo dicen que estas entidades
suelen tomar el ?cash flow? de un lustro
para la valuación
ALEJANDRA BERESOVSKY Buenos Aires
Reticente todavía
a poner un precio para no mediatizar el
tema que debe estar decidido por el Credit
Suisse, el grupo español Marsans
adelantó a El Cronista al menos cómo
espera que se calcule el precio de Aerolíneas
Argentinas, cuya reestatización acaba
de ser aprobada por el Congreso. Desde el
noveno piso del edificio de Bouchard donde
funciona la firma, el director Financiero
de Marsans, Vicente Muñoz, y el hombre
de confianza del grupo, Eduardo Aranda,
aseguraron que la ley que se aprobó
la semana pasada ratifica el método
para establecer la cotización que
quedó plasmada en el acta?acuerdo
firmada el 21 de julio. El acta hablaba
del flujo de fondos y el dictamen de comisión
que se aprobó hace referencia a la
valuación técnica correspondiente
a la actividad, que es el flujo de fondos,
enfatizó Muñoz exhibiendo
una carpeta cargada de documentos y antecedentes.
Este cash flow, compuesto por los ingresos
menos los costos operativos, debería
corresponder a un periodo de cinco años,
aseguró Muñoz. Y aclaró
que las ventas deberían calcularse
en función de las tarifas aerocomerciales
actualizadas, con los dos últimos
incrementos del 18% que recibieron entre
abril y mayo. Arrojó que la facturación
del año pasado rondó los u$s
1400 millones, pero, con respecto a los
costos, no dio precisiones y dejó
la idea de que la cifra no es estable. En
agosto de 2008 tuvimos que hacernos cargo
del pago de 300 noches de hotel por demoras
en Madrid. ¿Sabe cuántas fueron
en agosto del año pasado? Fueron
6.700, a 100 euros cada una..., ejemplificó.
Transición
El proceso de transición
que atraviesa la empresa debería
concluir el 13 de octubre, con dos posibles
precios finales: el que establezca el Tribunal
de Tasaciones de la Nación y el aportado
para Marsans por el banco Credit Suisse.
En caso de haber diferencias, lo someterán
al juicio de un tercer organismo. Lo que
los directivos rechazan de plano es la posibilidad
de que se tome al pasivo como parámetro
para la cotización. El pasivo de
u$s 890 millones está compensado
por el activo, que es de u$s 720 millones,
pero está subvaluado en u$s 120 millones,
afirmó Muñoz, quien atribuyó
esa diferencia en un cómputo de los
bienes basado en el criterio de prudencia.
Los pasivos reflejan el tamaño de
la empresa. Iberia tiene uno de u$s 9000
millones, añadió.
A la empresa no la vamos
a regalar, retomó y, aunque aseguró
que no tienen previsto iniciar una demanda,
sí irían a juicio si se apela
a una expropiación. El valor de marca
de la empresa es enorme. Aerolíneas
es un genérico. Nuestro sitio es
aerolíneas.com, sumó.
El ejecutivo, de 49 años,
seis hijos y formación en administración
de empresas, mantuvo la tranquilidad en
todo momento y hasta arriesgó un
final felíz para la historia. A mí
lo que me gustaría es que Air Comet
(la otra línea de Marsans) quede
con códigos compartidos con Aerolíneas,
dijo, haciendo referencia a los acuerdos
entre aéreas para completar tramos
largos. Sin embargo, cambió el tono
al ser consultado por las agencias de viajes
que Marsans tiene con su nombre en el país.
Aseveró que ese negocio fue perjudicado,
en una suerte de calificó? efecto
secundario?. Tenemos que ver cómo
lo reestructuramos. Dejarla, cambiar el
nombre..., especuló. Estas falsas
acusaciones le han hecho daño al
nombre, pero a nivel mundial tiene una muy
buena reputación, defendió.
Aranda, un ingeniero de
60 años y cinco hijos, conocido como
uno de los fundadores de Spanair y que llegó
al país como mano derecha del ex
gerente General de Aerolíneas Argentinas,
Enrique Meliá, escuchó con
una sonrisa la última pregunta. Se
dice que desplazar al grupo Marsans de Aerolíneas
fue una venganza de Néstor Kirchner,
que no les perdonó que apoyaran la
campaña de Carlos Menem en 2003.
El hombre a quien le atribuyen muy buen
humor, sólo atinó a reírse.