14-09-2008
¿Qué
pasa con la plata?
Más allá de que los aportes
del Estado a Aerolíneas Argentinas
y Austral sirvieron para garantizar la operatividad
y para pagarle los sueldos a los trabajadores,
no está claro aún si ese dinero
se le podrá reclamar a Marsans o
si se trata de gasto público.
Hasta ahora el Estado giró alrededor
de 600 millones de pesos para sostener a
Aerolíneas Argentinas y Austral.
La Justicia quiere saber si ese dinero se
transfirió como aportes de capital,
que sería reconocido por Marsans,
o como un gasto.
Si bien la aprobación del proyecto
de rescate de Aerolíneas Argentinas
y Austral representó una bocanada
de aire fresco para el Gobierno Nacional,
no todo es color de rosa luego del voto
positivo mayoritario en el Senado. La Justicia
investiga ahora bajo qué concepto
-como aportes de capital o como un gasto
público- el Estado aportó
dinero para garantizar la operatividad de
las dos compañías. El juez
a cargo del concurso de AR, Jorge Sícoli,
solicitó tanto al Grupo Marsans como
al ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios
que dirige Julio De Vido, informes acerca
de dichos aportes, precisamente para poder
determinar el carácter de los mismos
y, a su vez, el destino preciso que tenían.
Sorpresivamente, los españoles, a
través de sus abogados, expresaron
en el documento solicitado que se trató
de aportes anticipados del Estado argentino
-según publicó el diario Crítica
de la Argentina-, lo que equivale a decir
que fueron fondos de capital y, por lo tanto,
una inversión, considerando que en
el futuro tendrá que administrar
las aerolíneas. En relación
a la utilización del dinero, el grupo
accionista aseguró que en pocos días
brindaría la información.
Por su parte, desde Planificación
aún no contestaron nada.
Además de lo manifestado por Marsans,
la propia ley de re-estatización
indica, en su artículo 6º que
“el monto de las asistencias financieras
realizadas y a realizarse por el Poder Ejecutivo
Nacional con la finalidad de atender lo
dispuesto en el artículo anterior
podrá instrumentarse como aportes
de capital y/o como créditos a favor
del Estado Nacional, debiendo realizarse
las adecuaciones presupuestarias correspondientes”.
El artículo anterior, es decir el
5º, dice que “el Poder Ejecutivo
Nacional podrá instrumentar los mecanismos
necesarios a los fines de cubrir las necesidades
financieras derivadas de los déficits
operativos de las empresas Aerolíneas
Argentinas Sociedad Anónima y Austral
Líneas Aéreas-Cielos del Sur
Sociedad Anónima hasta el 31 de diciembre
de 2008, debiendo realizar las adecuaciones
presupuestarias correspondientes e informando
sobre dichas transferencias a la Comisión
Bicameral de Reforma del Estado y Seguimiento
de las Privatizaciones”.
Sin embargo, semanas atrás, cuando
aún no se había llevado a
cabo la sesión en el recinto de la
Cámara Alta y se estaban desarrollando
los plenarios de las comisiones de Presupuesto
y Hacienda, e Infraestructura, Vivienda
y Transporte del Senado, el funcionario
de la Auditoría General de la Nación
(AGN) Alfredo Fólica expresó
que el Estado estaba aportando a AR y Austral,
en concepto de gastos. “Yo preferiría
que se hiciera de otra manera”, acotó
en ese momento el auditor. Las mismas dudas
acerca del modo en que se estaba financiando
a las compañías fue lo que
motivó el pedido de informes por
parte de Sícoli.
Oposición
Mensajero Periódico Turístico
consultó al diputado radical Rubén
Lanceta, que integra la Comisión
de Reforma del Estado y Seguimiento de las
Privatizaciones. “Sería una
locura que los aportes se hayan hecho como
un gasto del Estado.
De todas formas, sea como sea, se trata
de un procedimiento totalmente irregular
teniendo en cuenta que la intervención
en Aerolíneas Argentina se produce
tras la firma de un acta-acuerdo que no
tiene basamento jurídico, según
expresa la Ley de Procedimientos Administrativos.
Los legisladores de la oposición
que integramos la Comisión ya le
manifestamos esto a (Eduardo) Mondino -Defensor
del Pueblo de la Nación- y estuvo
de acuerdo con nuestra postura. Una vez
que se promulgue la ley de re-estatización,
él tendrá que ver si se procede
a la nulidad del acta”.
El legislador radical también aprovechó
para criticar al Gobierno y al secretario
de Transporte de la Nación, Ricardo
Jaime: “Estoy convencido de que hay
funcionarios que se beneficiaban personalmente
con la firma del acta. Sino no se explica
el haber avanzado con semejante cosa”.
A pesar de sus consideraciones, Lanceta
es, en el fondo, optimista respecto al traspaso
de AR y Austral, ya que cree que “esto
terminará en un juicio ante el CIADI
-filial del Banco Mundial que arbitra en
los litigios entre los inversores extranjeros
y los Estados nacionales-, que seguramente
será ganado por el Estado argentino”.
“Estimo que el CIADI determinará
la nulidad del acta, y sino, ahí
sí estaríamos en problemas”,
añadió el diputado.
A su vez, Lanceta remarcó que él
y los otros legisladores opositores de la
Comisión Bicameral -Adolfo Rodríguez
Saá, Esteban Bullrich y Juan Carlos
Marino- van a pedir una audiencia con la
magistrada a cargo del juzgado 35 de Madrid,
que investiga los pormenores del caso de
Aerolíneas Argentinas.
Por último, el diputado por la Provincia
de Buenos Aires se mostró de acuerdo
con el proyecto de ley del senador del ARI-Tierra
del Fuego, José Martínez,
que propone la creación de un Consejo
Nacional que administre el directorio de
AR y Austral, con la participación
del Poder Ejecutivo, el Congreso, los trabajadores,
las provincias, y las entidades del turismo
y el transporte.
La plata va y viene
Se estima que la cantidad de dinero aportada
por el Estado Nacional asciende, por ahora,
a 600 millones de pesos, aproximadamente.
Cuando estuvo de visita en el Senado de
la Nación, el gerente general de
Aerolíneas y Austral, Julio Alak,
dijo en ese entonces que se habían
puesto 309 millones. Hoy, habría
que sumar a esa cifra otros 295 millones
que el jefe de Gabinete de ministros, Sergio
Massa, transfirió, a través
del presupuesto nacional 2008 a las dos
empresas, para pagar sueldos y mantenerlas
operativas. Una parte significativa de esa
suma estaba destinada a los programas “Desarrollo
de la infraestructura habitacional- Techo
digno” (157 millones), “Acciones
para el mejoramiento habitacional y la estructura
básica” (50 millones) y “Urbanización
de villas y asentamientos precarios”
(30 millones).