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Página 12 - Nota - Economía
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ECONOMIA › INTIMAN A MARSANS A QUE
PRESENTE LOS ESTADOS CONTABLES DE AEROLINEAS
Un balance donde los números
vuelan
>La Comisión Bicameral exige conocer
los números de la línea de
bandera para definir el precio de las acciones
que comprará el Estado. Los legisladores
consiguieron que la Inspección de
Justicia apure a la empresa.
Por Cledis Candelaresi
Tras la intimación de la Inspección
General de Justicia para que presente los
balances adeudados, el directorio de Aerolíneas
Argentinas se abocó los dos últimos
días a discutir los últimos
estados contables, cruciales para definir
los términos de la reestatización
en curso. El ultimátum de la IGJ
fue promovido por la Comisión Bicameral
del Congreso, con el consenso unánime
de oficialistas y opositores, que consideran
imprescindible ese documento para fijar
el precio de las acciones que compraría
el Estado, si este engorroso proceso llegara
a buen término. Por ahora, gana la
confusión: a través de un
paper informal, Marsans informó a
esos legisladores que la deuda actual de
la compañía supera los 1000
millones de dólares, por encima de
lo que se conoció hasta el momento.
No es ninguna novedad que los balances
del grupo Aerolíneas se presenten
y aprueben muy tardíamente e incluyan
estrategias contables que sistemáticamente
el Estado objeta a través de sus
directores. Pero esta vez existe una necesidad
puesta de relieve por la ley que contempla
la recompra de acciones de parte del Estado
y que reclama hacer un corte en los cuadros
contables a julio de este año. El
balance del 2007 ni siquiera fue presentado
y por esta razón la Bicameral de
Seguimiento de las Privatizaciones, comandada
por el kirchnerista Mariano West, reclamó
a la Inspección General de Justicia
que apure los trámites.
El directorio comenzó a ver un borrador
de aquel balance, que aún no tiene
la firma de Price, auditor externo. En este
cuerpo de trabajo mixto, donde conviven
los delegados estatales Julio Alak y Vilma
Castillo (5 por ciento), el representante
del menguado PPP (0,4 por ciento), Jorge
Mateo y los representantes de los españoles,
también comenzó a verse el
plan de negocios elaborado a instancia de
Marsans y que plantea un futuro muy auspicioso
para la dupla Aerolíneas-Austral
y el resto de las firmas satélites.
El optimista programa diseñado por
los accionistas privados prevé un
extraordinario aumento de la facturación
en los próximos años y sería
tomado como base para valuar la empresa
según el método del flujo
de fondos, que ellos defienden. Para defender
la promisoria performance que tendrían
las líneas aéreas, Marsans
apunta a los propios datos que Alak dio
semanas atrás en Diputados, cuando
informó cómo la gestión
estatal permitirá superar el déficit
operativo.
En su afán vendedor, los accionistas
españoles están activos. El
viernes trataron de calmar la ansiedad de
los legisladores de la Bicameral, a la que
la nueva ley asigna un lugar protagónico
en la operación en curso, girándoles
una nota en la que, entre otras cuestiones,
informan sobre el monto de la deuda, que
estaría por encima de los 890 millones
de dólares reconocidos hasta el momento
en que se dispuso reestatizar la empresa.
Según el extracto de estados contables
que los accionistas privados giraron al
Parlamento, la deuda por todo concepto al
30 de mayo es de 3090.849.192 pesos, de
los cuales 58 millones son un remanente
del concurso. Es decir, casi 1000 millones
de dólares que, considerando el déficit
operativo actual, podría seguir engrosándose.
Lejos de esclarecer, ese aporte escrito
ensombreció un poco más el
panorama.
El marco legal tampoco ayuda a superar
el enrarecimiento. Se promulgó la
ley que habilita la recompra de acciones
de parte del Estado y deja en el Congreso
la última palabra respecto del precio
de esos títulos de propiedad, que
fijaría el Tribunal de Tasación.
Pero hasta un día de octubre –que
según los sesenta días hábiles
por calendario es el 9 de octubre, pero
ni el Gobierno ni el accionista indican
con precisión– está
vigente el Acta Acuerdo que Ricardo Jaime
y Julio De Vido firmaron con Marsans para
fijar un valor de común acuerdo o
buscar un árbitro imparcial.
La ley habilita la imposición de
un precio de parte del Estado, lo que asemeja
la operación a una eventual expropiación.
Este camino se da de bruces con el contemplado
en el acta, herramienta legal que le sirve
a Marsans para amenazar con una eventual
indemnización.