LOS
TÉCNICOS AERONÁUTICOS REAFIRMAN
EL MANDATO DE SU SECRETARIO GENERAL RICARDO
CIRIELLI, RECUPERAN SU SEDE GREMIAL, Y RECONQUISTAN
LA LIBERTAD Y DEMOCRACIA SINDICAL EN A.P.T.A.
Compañeros,
Desde el día en que reasumí
mi cargo de Secretarío General
de A.P.T.A., el 02 de abril de
2008, luego de cinco años de no desempeñar
dicho cargo y de estar ausente de la realidad
diaria de A.P.T.A. y de
los Técnicos Aeronáuticos,
me propuse conocer personalmente la situación
y las necesidades laborales y gremiales
de cada uno de ustedes. Con tal motivo,
inicié una serie de reuniones con
compañeros afiliados y delegados,
primero en la Sede de A.P.T.A.
y luego en sus respectivas Bases, como así
también, con compañeros referentes
de opinión dentro de nuestros grupos
de trabajo. En todos los casos,
la información y las opiniones recibidas
fueron coincidentes y aterradoras.
Las prácticas
sindicales aplicadas durante mi ausencia,
que me fueron denunciadas y también
corroboré, eran la antítesis
de las que yo había establecido desde
mi primer mandato, y aún peores para
los afiliados de A.P.T.A. de las ejecutadas
por las conducciones gremiales que me precedieron.
Según lo informado reiteradamente
por nuestras bases, la conducción
de A.P.T.A. a cargo de
los señores, Pappalardo,
Rebecchi, Cepeda,
Servente, Morales,
Prado, Cejas
y Bárzola abusó
sistemáticamente de su poder sobre
nuestros afiliados, dejando de ser los representantes
de sus compañeros para convertirse
en los amos de sus vidas y trabajos, en
los dueños de A.P.T.A.
Esos abusos, se manifestaron en la utilización
habitual del clientelismo sindical,
otorgando dádivas bajo distintas
formas, como ser reiteradas e injustificadas
categorías y comisiones al exterior,
u otros beneficios laborales y/o sindicales,
a sus acólitos y seguidores incondicionales;
como la represión interior,
persiguiendo, discriminando y negándoles
sus derechos y méritos, a aquellos
que no se les sometían o no podían
controlar. Esas acciones represivas y totalitarias
contra nuestros compañeros, incluyeron
el traslado a otros sectores de trabajo
o "exilios empresariales"; el
matonismo y la prepotencia para tratar de
manipularlos; la intimidación para
impedir que se presenten a cargos de delegados
de sector y, hasta el mismo despido de aquellos
que les resultaban indoblegables.
La gravedad del accionar mafioso de esos
pseudos sindicalistas alcanzó tal
grado, que además de sus violaciones
éticas y sindicales, cometieron otras
de indudable carácter judicial o
penal, como las tareas de inteligencia
en los sectores de trabajo técnicos
aeronáuticos; y el espionaje
interno informático y de telecomunicaciones,
hacia miembros del Consejo Directivo de
A.P.T.A., personal administrativo
del Sindicato y también afiliados,
llevado a cabo desde una oficina ubicada
dentro de la Sede de A.P.T.A. Todos
hechos perfectamente documentados y demostrables,
tanto frente a la justicia como ante cualquier
compañero de A.P.T.A.
La causa
de semejante traición hacia nuestro
Sindicato y a todos los técnicos
aeronáuticos , fueron las "relaciones
carnales" establecidas entre
esa desleal cúpula sindical de A.P.T.A
-que detentó el poder desde mayo
del 2003 hasta abril de 2008-, y los dueños
del Grupo Marsans.
Ese pacto espurio, sobredimensionó
el poder gremial dentro del Área
Técnica en beneficio de la burocracia
sindical denunciada, a cambio, la complacencia
con la fraudulenta administración
empresaria. La consecuencia fue,
que terminaron obrando como patrones explotadores,
quienes debían ser los protectores
de los derechos e intereses de los trabajadores.
Precisamente, fue para detener mi tarea
de comunicación con los compañeros
técnicos aeronáuticos, como
para impedir que aplicara las inevitables
sanciones internas contra los culpables
de las gravísimas irregularidades
gremiales comprobadas, que el 12 de noviembre,
último, ese grupo de dirigentes repudiados
por nuestras bases, convocó a una
reunión del Consejo Directivo de
A.P.T.A. maliciosa y engañosa, con
el principal propósito de dar un
golpe de poder sindical, e ilegítimamente
destituirme de mi cargo de Secretario General
de A.P.T.A., avasallando el mandato democrático
que me otorgaran mis compañeros y
colegas.
Para abortar
tal maniobra a espalda de los técnicos
aeronáuticos, cientos de compañeros
provenientes de Aerolíneas
Argentinas, Austral,
Córdoba-Lockheed,
LAN y Aerotalleres,
se movilizaron dicho día para brindar
públicamente su respaldo y aval a
mi conducción dentro de la Sede
Sindical de A.P.T.A., donde estaba
convocada la reunión de su Consejo
Directivo.
Sin embargo,
su propósito se vio violentamente
frustrado, dado que los responsables de
la convocatoria del Consejo Directivo
de A.PT.A. habían ordenado
bajar la cortina metálica del sindicato
y prohibido la entrada a su "Casa
Sindical", a los cientos de
compañeros autoconvocados. Ese discriminatorio
e ilegal derecho de admisión
a nuestros afiliados, impuesto por la misma
dictadura sindical que se apoderó
de A.P.T.A. desde mi licencia
como Secretario General
en mayo de 2003, era ejercido por una docena
de matones a sueldo armados, que sí
estaban autorizados a ocupar la Sede de
A.P.T.A. que les era negada
a los afiliados y legítimos dueños.
Uno de ellos agredió físicamente
al compañero miembro del Consejo
Directivo, Osvaldo Calarco,
cuando traspasó la puerta de la cortina
metálica para intentar levantarla
desde el interior.
Finalmente,
luego de varias horas de frustrante espera,
los compañeros auto-convocados decidieron
ejercer su inalienable derecho de ingreso
a su "Casa Sindical",
y levantaron entre todos desde el exterior
la cortina metálica, mediante la
cual el grupo golpista enquistado en
el Consejo Directivo de A.P.T.A.,
les impedía su ingreso. Posibilitando,
a su vez, mi ingreso y la del resto del
Secretariado de A.P.T.A.
Luego,
acompañados por la fuerza pública
para resguardar su integridad física,
se retiraron de nuestra Sede Sindical,
los señores Pappalardo,
Cepeda y Servente,
siendo insultados y repudiados masivamente
a causa de su inaceptable y deshonrosa conducta
sindical, por todos los compañeros
técnicos aeronáuticos presentes.
Es
por eso Compañeros, que el 12 de
Noviembre será, sin duda, recordado
en la historia de A.P.T.A, como el DIA DE
LA LEALTAD TÉCNICO AERONÁUTICA.
EL
DÍA, EN QUE EN A.P.T.A SE IMPUSO
LA VERDAD, LA JUSTICIA, LA LIBERTAD Y LA
DEMOCRACIA SINDICAL, DERROTANDO APLASTANTEMENTE
A LA MENTIRA, LA INJUSTICIA, LA REPRESIÓN
Y LA DICTADURA SINDICAL.
EL
DÍA, EN QUE LOS TÉCNICOS AERONÁUTICOS
HAN DEMOSTRADO Y SE HAN DEMOSTRADO, QUE
LOS ÚNICOS DUEÑOS DE A.P.T.A.
SON ELLOS MISMOS.
Ciudadela,
Noviembre 18 de 2008.-
Ricardo Cirielli
Secretario General de A.P.T.A.