Se cumple un nuevo aniversario de la fundación
de Asociación del Personal Técnico
Aeronáutico, y es importante para
todos hacer un balance.
Creada en 1963 con el objeto fundamental
de representar el interés profesional
de un sector clave en el desarrollo de la
aviación civil y comercial de la
República Argentina, APTA ha sido
el ámbito de encuentro de miles de
trabajadores profesionales, dentro del cual
se han planteado incalculables alternativas
de crecimiento y expansión de la
industria aerocomercial, con la consigna
fundamental del respeto a los derechos inalienables
del trabajador y el compromiso de garantizar
la seguridad aérea, como único
camino para preservar la vida de los pasajeros.
Esas ansias de crecimiento profesional y
el espíritu de sacrificio por la
defensa de las conquistas sociales, han
cimentado durante todos estos años,
la fuerza, la capacidad de acción,
y la voluntad negociadora de nuestra Asociación.
La pluralidad en el seno de APTA, rasgo
fundamental de la misma, ha permitido ejercer
el debate como arma primordial, y mediante
este arribar a determinaciones coherentes
y responsables, que nos permitieron obtener
logros incalculables e incluso, para muchos,
imposibles de alcanzar.
El último año de trabajo,
ha sido - a pesar de la difícil situación
y la severa crisis que nos toca vivir -
un año colmado de satisfacciones
y éxitos. No es necesario ahondar
en detalles para reconocer, tanto la capacidad
de lucha cuando así nos fue requerido,
como la inteligencia y la cautela en los
momento en que se necesitó de ellas.
La convicción y la transparencia
de «todos», sin exclusión,
nos permitieron enfrentar incluso a gobiernos
argentinos y extranjeros, convencer a una
sociedad que hasta no hace mucho se encontraba
presa de un prolongado letargo, y demostrar
que nuestro interés no era sólo
el de los Técnicos Aeronáuticos,
sino los de todo el Pueblo Argentino.
Juntos, «unidos», los Técnicos
logramos evitar la muerte de un emblema
nacional, nuestra Línea Aérea
de Bandera, y juntos seguimos luchando para
que vuelva a ser el orgullo de todos los
argentinos. Unidos y con el ejemplo, seguiremos
sumando voluntades, y trabajando duro para
que todas las empresas del país,
logren sentar la bases de un acuerdo común,
que nos permita contar con un servicio de
excelencia para todos los argentinos, con
eficiencia, puntualidad, y por sobre todo,
con el mejor índice de seguridad,
que es el valor más preciado de la
aviación comercial.
Ciudadela, 11 de enero de 2002