Buenos Días, como
decíamos ayer, al inaugurar nuestro
2º. Seminario sobre Seguridad
Aerocomercial, desde hace ya tiempo
en nuestra Institución Sindical comenzamos
a preocuparnos por la calidad del mantenimiento
aeronáutico en nuestro País
y en el Mundo con su inevitable incidencia
en la seguridad del transporte aéreo.
Esta seria preocupación generó
nuestro proyecto, para defender el derecho
a la vida de pasajeros y trabajadores aeronáuticos
bregando por optimizar la seguridad en vuelo
que ofrecen las empresas aerocomerciales.
Similar motivación moral y compromiso
profesional nos ha llevado a emprender el
arduo desafío y esfuerzo de realizar
este 2do Seminario sobre Seguridad Aerocomercial,
con un análisis actualizado luego
de cuatro años de efectuado el Primero
y especialmente luego del dramático
giro histórico que significaron para
el destino de la humanidad los atentados
terroristas realizados en los EE.UU. el
11 de septiembre del 2001, materializados
precisamente a través de aeronaves
aerocomerciales utilizadas como misiles.
Esa colosal tragedia, no sólo eliminó
en escasas horas miles de vidas humanas,
sino que también asestó un
golpe devastador a las finanzas y la fuerza
laboral de la industria aérea de
los EE.UU., sin excluir tampoco de esas
terribles consecuencias a las del resto
del mundo. La onda expansiva de los atentados
del 11 de septiembre ha alterado significativamente
todos los parámetros de la aviación
aerocomercial en nuestro Planeta. Y esa
forzada perturbación, que aún
no ha cesado, debe ser necesariamente analizada
por nosotros con relación al mantenimiento
y reparación de aeronaves aerocomerciales
y su incidencia en las compañías
de transporte aéreo de pasajeros
y carga. Este es el objetivo de nuestro
encuentro, que creo es indispensable que
comience con un comentario general sobre
algunos de los hechos más destacados
ocurridos en los últimos años
en nuestro País. A los dos accidentes
aerocomerciales ocurridos antes del Primer
Seminario, que fueron los de la empresa
Inter-Austral, en 1995, donde una azafata
cayó al vacío de un avión
CASA, de fabricación española
y el de la empresa Austral en 1997, donde
murieron 74 personas, se le sumó
la catástrofe de la empresa LAPA,
en 1999, donde fallecieron 67 personas.
Esta Empresa había sido reiteradamente
denunciada por nuestra Asociación
Sindical debido a sus falencias y transgresiones
en el cumplimiento de los procedimientos,
relacionados con su mantenimiento aeronáutico,
incluso durante el transcurso del Seminario
anterior, se denunció al propietario
de entonces por arribista e inescrupuloso,
puesto que afirmaba públicamente,
con temeridad y autoridad: "Con los
aviones me gusta ganar, jugar y ganar plata
o ser experto en costos bajos y en vender
barato"... Y que luego concluyó,
como era de esperarse, que el accidente
de su empresa fue por mala suerte. Un perfecto
ejemplo de lo que no debe ser un empresario
por lo menos dentro de la aviación
aerocomercial. Todos los vinculados a esta
actividad en nuestro País, debemos
estar atentos e impedir émulos, tanto
nacionales como extranjeros de esta clase
de empresarios, comenzando por los organismos
con incumbencia del Estado Nacional. Los
resultados judiciales, financieros y comerciales
fueron trágicos también para
las compañías involucradas.
Tuvieron como consecuencia que Inter Austral
no exista más en el mercado, que
los aviones CASAS sean devueltos a España
y que LAPA debiera ser vendida para sobrevivir
con otros dueños y con otra administración.
Respecto de la empresa Austral, también
padeció similares penurias que las
otras, si continúa existiendo, fue
porque su control estaba bajo la falaz y
ominosa administración del Estado
Español y porque su destino está
ineludiblemente ligado al de Aerolíneas
Argentinas, nuestra línea aérea
de Bandera. En síntesis, nuevamente
se comprobó que no invertir en seguridad
aérea, no sólo mata seres
humanos sino también empresas. Con
respecto a las cuestiones sobre seguridad
en vuelo, aún pendientes en la Argentina,
podría sin inconveniente remitirme
a las doce propuestas para alcanzar la seguridad
en el transporte aéreo argentino,
elaboradas por nuestra Institución
en 1999. Todas aún tienen vigencia
y se hallan incumplidas total o parcialmente
pero sólo voy a referirme a las que
se expusieron y comentaron sobre nuestro
Primer Seminario.
-Separación
de las competencias y jurisdicciones de
la aviación civil y militar.
Desde hace mucho tiempo APTA viene bregando
y no es una propuesta en soledad sino todo
lo contrario, por la independencia en nuestro
País de todas las actividades referidas
a la aviación civil, educativa, regulatorias,
de administración, investigativas,
de las específicas de la aviación
militar. No importa si los profesionales
que vayan a integrar los organismos públicos
competentes sobre la aviación civil,
sean de ese origen o de origen militar mientras
sean los más idóneos para
cumplir con sus funciones, pero si que los
Entes respectivos estén bajo el control
civil. Eso permitirá al Estado una
asignación más eficiente de
recursos humanos y financieros y un control
más directo y amplio de las Instituciones
implicadas. Los 200 países que integran
la OACI, concuerdan con esta opinión
de APTA, aún no ha habido cambios
sobre esta cuestión desde la organización
del Seminario Anterior. -Modificación
de los montos indemnizatorios pagados a
usuarios y trabajadores por fallecimiento
en accidentes aéreos. El monto continúa
siendo ínfimo e insuficiente, $75.000,
unos, aproximadamente, 20.000 dólares,
con lo cual se promueve que las aseguradoras
de riesgo de trabajo y las compañías
de seguros, no impulsen la calidad de la
seguridad aérea que brindan las empresas
aerocomerciales a las que le dan cobertura
y que a dichas empresas les sea más
beneficioso pagar bajísimas primas
que invertir en mantenimiento y capacitación
para brindar la máxima seguridad
en vuelo a sus usuarios. Bajo esta condiciones
es más barato matar pasajeros que
cuidarlos.
- Transparencia
pública para conocer los antecedentes
de seguridad aérea de una línea
aerocomercial y la evolución de las
investigaciones en accidentes aéreos.
No existieron acciones por parte de nuestro
Estado y/o de los Entes de contralor de
la actividad aerocomercial para llevar a
cabo estas iniciativas copiadas -no es malo
copiar lo bueno-, de la que desde hace años
se hace en los EE.UU. respetando el derecho
a la información de sus ciudadanos,
por intermedio de un número telefónico
gratuito o un sitio de Internet para conocer
antecedentes sobre seguridad aérea
de una compañía y con audiencias
públicas, tanto para los familiares
de las víctimas como para la sociedad
en general, a los efectos de que puedan
monitorear de cerca lo que sucede en las
distintas etapas de una investigación
por accidentes, ambos procedimientos contribuyen
directamente a estimular la seguridad aérea
de las empresas mediante la información
que sobre la misma pueden acceder los usuarios,
la cual sin duda incidirá, como bien
saben las compañías, respecto
de la decisión que ellos toman para
elegir transportador aéreo.
-Dictado de Cursos
de Capacitación sobre Factores Humanos
en Mantenimiento (MRM). Sobre este
tema que fuera desarrollado centralmente
durante nuestro Primer Seminario que ya
había sido ampliamente expuesto en
nuestro informe sobre Seguridad Aérea
en 1997, si podemos afirmar, sin demasiada
euforia por supuesto, que su análisis
y difusión registró avances
y beneficios concretos para nuestra industria
aerocomercial, muy incipientes y muy alejados
aún de lo deseable y necesario pero
adelanto al fin. En primer lugar el fruto
o el provecho más importante ha sido
instalar el tema entre los participantes
de nuestra actividad aerocomercial, trabajadores,
usuarios, funcionarios públicos,
ejecutivos, docentes, etc., todos a partir
del Seminario anterior y de la abundante
y minuciosa información teórica
y práctica, transmitida por nuestros
expositores de entonces, tomaron conocimiento
y conciencia de los grandes errores de los
problemas de los Factores Humanos en Mantenimiento
Aeronáutico pueden originar y de
la funesta contribución que ellos
tienen sobre la cadena de eventos que genera
un accidente aéreo. Durante nuestro
anterior Seminario esa transmisión
de conocimientos tan irrefutables y esa
toma de conciencia tan irreversible fue
la contribución más fecunda
y la que más huella dejó para
nuestra industria de transporte aéreo
de pasajeros, pero como siempre sucede del
dicho o del conocimiento al hecho o puesta
en práctica del mismo hay un trecho
que usualmente en nuestro País es
demasiado extenso. Así que veamos
someramente, cuanto se ha recorrido y cuanto
falta aún recorrer. En el ámbito
educativo, en este campo es donde se produjo
el mayor progreso: cuatro colegios secundarios,
el INAC, el Jorge Newbery, la Primera Brigada
Aérea de Palomar y el Taller Regional
Quilmes, cuentan con una materia sobre Factores
Humanos en Mantenimiento, en el último
año de estudio. A nivel Terciario
y Universitario, hasta el momento ninguna
de las carreras de Ingeniería, que
se dictan en la Argentina y que están
relacionadas con la industria aeronáutica,
tienen en sus planes materias sobre Factores
Humanos en Mantenimiento; una carencia,
a nuestro entender, grande e injustificable
tanto como por la falta de actualización
en la capacitación de esos futuros
profesionales, que además en la mayoría
de los casos ejercerán funciones
de conducción para enfrentar satisfactoriamente
los nuevos desafíos y exigencias
que su actividad le presentará. Los
problemas al respecto se exacerbarán,
sin duda y al corto plazo, puesto que está
coexistiendo un nivel de enseñanza
secundario que formará técnicos,
personal subalterno habitualmente, con conocimientos
y conciencia sobre un área del saber
tan sensible a la seguridad en vuelo como
es a la que nos referimos junto con un nivel
de enseñanza universitario que prepara
ingenieros, quienes habitualmente toman
las decisiones de una empresa, lo que no
sabrán nada sobre el tema y quizás
ni siquiera tengan interés por aprenderlo
porque no recibieron la instrucción
adecuada durante su capacitación
profesional. Obviamente es esperable e indispensable
que esta falencia educativa se subsane a
la brevedad. En el ámbito empresarial:
aquí los resultados son escasísimos
o muy incipientes; de todas las empresas
aerocomerciales de nuestro país,
únicamente Aerolíneas Argentinas
ha dado algo de instrucción al respecto,
una charla introductoria sobre MRM, sólo
para mandos superiores y medios y un pequeño
curso sobre MRM de dos días dirigidos
a los certificadores o inspectores para
cumplir, solamente, con requerimientos de
la JAA, que es la Junta de Administración
de Aviación de la Unión Europea,
el cual admitió la libre concurrencia
a quien lo quisiera, no fue obligatoria,
y por el cual pasaron unas cien personas
del área técnica. Pero hasta
el momento ha llevado a la práctica
Factores Humanos en Mantenimiento y reparación
de las propuestas desarrolladas mediante
las investigaciones y análisis que
dieron origen al cuerpo teórico de
MRM y las cuales se enseñan en sus
cursos. Esas propuestas están destinadas
a la creación de un sistema de trabajo
que evite hasta el máximo de lo posible
que se produzcan errores, y si aún
así estos llegaran a suceder, a que
existan otros sistemas alarmas que los detecten
y permitan su corrección inmediata.
En verdad, resulta incomprensible porque
las empresas aerocomerciales se niegan a
capacitar a su personal y poner en práctica
trabajos sobre Factores Humanos en Mantenimiento,
puesto que desde hace años existen
estudios de campo que demuestran que no
sólo mejora la calidad del trabajo
evitando que se cometan errores sino que
también incrementa la moral de los
trabajadores, reducen costos y aumenta la
productividad y rentabilidad empresaria.
Y esas son conclusiones que ya en 1996 eran
conocidas y comunicadas públicamente
por nuestro amigo John Goglia. Así
que muchas empresas podrían dejar
de invertir tiempo y esfuerzo redactando
normativas indescifrables que no agregan
nada a favor de la seguridad aérea,
sino que sólo sirven para proteger
a funcionarios y empresarios de eventuales
sanciones legales y empezar a invertir en
la capacitación en Factores Humanos
en Mantenimiento y en la puesta en práctica
de las ideas para administrar los recursos
humanos del Sector. Ámbito regulatorio
la DSA (Dirección de Sanidad Aeroportuaria)
dependiente de la Fuerza Aérea Argentina,
no ha emitido, hasta el momento, ninguna
regulación recomendando o exigiendo
a las empresas locales de aeronavegación,
el entrenamiento en MRM y la implementación
de sus normativas a la organización
real de la actividad laboral de sus áreas
técnicas. También hay que
señalar que la FAA de los EE.UU tampoco
lo hizo y la JAA sólo emitió
una recomendación para que se capacite
en MRM a los certificadores o inspectores.
Nosotros, desde APTA estamos convencidos
que las exigencias regulatorias y de control
para las empresas sobre MRM, deberían
al menos ser iguales que las que existen
para CRM. Debemos ser sinceros y hablar
claro, es un acto criminal si un peatón
muere porque un automovilista no respetó
una señal de tránsito y es
un acto criminal si los pasajeros de una
aeronave aerocomercial mueren porque un
empresario, para abaratar costos y aumentar
su ganancia omite, deliberadamente, el necesario
mantenimiento de un avión y sus equipos
de vuelo. Evitar que ello ocurra en la Argentina
es una de las tareas a las que se ha consagrado
APTA, bajo mi conducción y la organización
de estos Seminarios, son algunos de los
medios más valiosos e imprescindibles
para llevarlo a cabo. Tan prioritarios y
superiores para nuestra responsabilidad
profesional proteger la vida de los usuarios
de nuestras líneas aéreas
y esto deseo destacarlo, que durante estos
últimos dos años de ardua,
frenética y desmesurada lucha que
hemos debido emprender para salvar de la
quiebra a Aerolíneas Argentinas y
Austral y también preservar sus puestos
de trabajo, a causa del robo y la estafa
efectuada por IBERIA y el Estado Español,
nuestros compañeros jamás
han dejado caer los estándares de
excelencia y confiabilidad de sus labores,
garantizándoles a los pasajeros de
ambas empresas el mismo nivel de seguridad,
derivado de su desempeño, que históricamente
brindaron lo continúan haciendo en
la presente etapa en donde nuestros esfuerzos
por los mismos propósitos, es decir
la defensa de nuestras fuentes y puesto
de trabajo, aún prosiguen bajo la
actual administración de las dos
compañías por el grupo económico
español Air Comet - Marsans. Ya que
de Aerolíneas estamos hablando, quiero
testimoniar que estamos observando, con
seria preocupación, el incremento
de eventos relacionados con la seguridad
en vuelo a causa de decisiones de políticas
empresariales que sobre el área están
tomando sus actuales administradores Air
Comet-Marsans, hemos de confiar que estos
rectifiquen dichos errores políticos,
reiteradamente denunciados por APTA, a los
efectos que la garantía de seguridad
aérea de Aerolíneas Argentinas,
sea la misma que tradicionalmente ofreció
nuestra Líneas Aérea de Bandera.
Un diagnostico correcto de nuestra situación
a la fecha en la aeronavegación comercial
argentina no puede omitir lo general o los
procesos históricos mundiales y locales
donde la industria y país se hallan
insertos. El siglo XX, que acabamos de dejar
cronológicamente, se caracterizó
por un fabuloso desarrollo material, tecnológico
y científico al cual se le contrapuso
una inmoral y creciente desintegración
y desigualdad social magnificada en las
zonas menos desarrolladas del Planeta. Esos
espacios, el material tecnológico
por un lado y el social moral por otro,
con dinámicas orientadas hacia direcciones
absolutamente opuestas, aceleraron su vergonzosa
separación y contraposición
a partir del último cuarto de siglo
anterior. En ese momento la eterna globalización,
que existe desde el comienzo de la humanidad
y el viejo liberalismo que tiene más
de docientos años, sufrieron una
virulenta explosión generada por
un lado por la revolución informática
y por el otro por el surgimiento de una
versión fanática del liberalismo
llamado neo liberalismo o ultra liberalismo.
La misma se caracterizó por impulsar
la desaparición del Estado como propietario
distribuidor de ingreso y agente regulador,
la divinización del mercado considerado
el único capaz de resolver todos
los problemas de la sociedad y la exaltación
del individualismo y la codicia. El resultado
de esta funesta cruza fue el monstruo llamado
Globalización Neo Liberal, una globalización
absolutamente asimétrica y antidemocrática
que sólo generó más
asimetrías y menos democracia en
el mundo. Una globalización en donde
los países desarrollados exigen todo
a los demás, privatizar, liberalizar
el comercio, no subsidiar, parámetros
económicos saneados, no proteger
a la industria, etc., pero no se lo exigen
ellos mismos y donde los organismos financieros
internacionales imponen a los países
que ayudan, recetas económicas absolutamente
opuestas a las que estos necesitan para
crecer. Esta globalización neoliberal
que únicamente provocó mayor
concentración de riquezas y expansión
de miseria tanto a nivel mundial como local
de lo cual la Argentina es una perfecta
muestra, contó para poder desarrollarse
con la complicidad de las elites de poder
de cada país que se sumó a
ella. De más está decir que
fue una participación de entrega
total, desmedida y ciega. Así nos
fue, los mejores alumnos del FMI, públicamente
reconocidos: desregulamos, privatizamos
y achicamos hasta la invisibilidad el aparato
de nuestro Estado, las consecuencias son
bien elocuentes, 55% de pobres, 26% de indigentes,
22% de desocupados, 70% de los niños
argentinos nacen en hogares pobres, el 20%
está desnutrido y hay una mortalidad
infantil del 19%, todo según cifras
oficiales y en un territorio con las riquezas
naturales y la escasa población que
posee la República Argentina, encima
el déficit del Estado no se achicó,
su eficiencia no aumentó y sólo
creció el clientelismo político,
producto de las privatizaciones y la miseria;
ello ha creado un inevitable cóctel
explosivo que deterioró y redujo
todas nuestras seguridades: la laboral ,
la económica, la social, la educativa,
la sanitaria, la previsional, la de nuestras
personas y bienes y la de la aeronavegabilidad,
que no pudo ser una excepción, su
evidencia más trágicas son
las catástrofes aéreas que
hemos comentado. Así ha sido un período
donde triunfó la barbarie contra
la civilización. Culpables y cómplices
para que así fuera no ha sido nuestra
clase política todos los sectores
dirigentes de nuestra sociedad, sin excepción,
la mayoría de su cuerpo social; no
es justo ni eficaz hacer una crítica
sin que comencemos por una autocrítica,
esto no significa que nadie es culpable
porque todos los somos los grados de responsabilidad
y decisión han sido enormemente diferentes
según los casos de cada participante
y también existieron dentro de cada
grupo de poder y dentro de la sociedad opositores
permanentes a estas políticas económicas
y sociales y a esta adhesión fundamentalista
a la globalización neoliberal, pero
fueron minoritarios y sin poder para cambiar
el rumbo de los acontecimientos al menos
hasta el momento. Seamos bien concientes
que esto no ha acaecido por la democracia
sino por falta y deficiencia de ella, la
nuestra y la de la escala planetaria, así
que la única alternativa cierta y
efectiva de solución pasa por aumentar
y mejorar la democracia en nuestro País
y en el mundo; por construir una Argentina
con democracia real y una globalización
ineludible pero democrática. En lo
que respecta al tema puntual que nos ha
convocado es indispensable y urgente que
hagamos todo lo que esté a nuestro
alcance y aún más para garantizar
la seguridad en la aviación aerocomercial
argentina. Es una tarea de realización
colectiva donde deben participar todos los
argentinos involucrados o relacionados con
ella. Las empresas con propietarios o directivos
que posean los valores morales y profesionales
necesarios para no buscar incrementar sus
ganancias no invirtiendo en capacitación,
mantenimiento o aplicando políticas
de flexibilización laboral, es decir
a expensas de la seguridad en vuelo y de
la vida de sus pasajeros. El Estado, con
una política del transporte aerocomercial
integrada a otra del transporte general
en el País que promueva el desarrollo
empresario, defienda nuestro mercado y defienda
nuestro patrimonio no entregándole
vilmente como lo hizo con el de Aerolíneas
Argentinas y que regule la actividad y controle
eficazmente los estándares de seguridad
que brinda cada empresa. Los institutos
educativos indispensables para formar en
todos los niveles profesionales idóneos
y en verdad con la vital responsabilidad
de sus tareas e instruyendo a los mismos
por supuesto en Factores Humanos en Mantenimiento.
Las Asociaciones Profesionales, todas las
asociaciones de trabajadores de la industria
relacionadas con la seguridad en vuelo,
deben supervisar y fomentar entre sus profesionales
un desempeño laboral con la excelencia
y confiabilidad que el mismo exige para
garantizar una aeronavegabilidad segura,
también deben controlar que las empresas
lo posibiliten dando los medios materiales
y humanos a tal efecto y promover, de todas
las formas posibles, la seguridad aérea
en nuestro País como por ejemplo
organizándose Seminarios como este.
Las Asociaciones de Usuarios, APTA propuso
la creación de las mismas en 1999,
como dijimos entonces la seguridad aérea
es demasiado importante como para dejarla
en manos exclusivas de empresarios y entes
del Poder Ejecutivo. Son los Usuarios los
únicos quienes pueden organizar legalmente
como ONG (Organización No Gubernamental)
ejercer su facultad de últimos y
más importantes garantes de la seguridad
aerocomercial en un País, vigilando
y controlando a todos y a todos, un aporte
a esa construcción colectiva de nuestra
seguridad aérea es la que intenta
producir este Seminario, para lograrlo es
indispensable la participación de
cada uno de los asistentes no sólo
con el entusiasmo e interés que sabemos
que todos poseen sino con la más
absoluta libertad de pensamiento y acción
sin ninguna autocensura o cohibición.
Pensar, opinar e incluso disentir, criticar
y denunciar no constituye por si mismo ni
agresión ni agravio alguno el único
límite que debemos tener y no debemos
traspasar es el que impone el fundamental
respeto que como seres humanos todos nos
debemos. Solamente si luego de estos dos
días de reunión y debate logramos
que en la práctica cotidiana en nuestros
trabajos se vean reflejados los resultados
del mismo en beneficio de una aeronavegabilidad
comercial argentina más segura y
confiable. Y si demostramos, como fin último,
que la vigencia de los valores éticos
y la defensa de la vida es también
un buen negocio se habrá justificado
este encuentro y se habrán cumplido
también los objetivos de este Segundo
Seminario organizado por APTA, el cual declaro
en sesión a partir de este preciso
instante. Muchísimas Gracias.
Locutor:
Bien entonces ahora es el turno del primer
expositor y vamos a presentar a John Hammerschmidt,
que se ha desempeñado desde Junio
de 1991, como miembro de la NTSB que es
el Comité Nacional para la Seguridad
en el Transporte en los EE.UU. Entre 1985
y 1991, cumplió funciones como asistente
especial del Presidente de la Comisión
y como miembro de la misma. Ha sido designado
por el Presidente de los EE.UU. y confirmado
por el Senado en tres oportunidades. John
Hammerschmidt es piloto privado y miembro
Senior de la NTSB, ha participado de investigaciones
en escena y audiencias públicas en
temas de cinco docenas de accidentes, de
todo tipo de transporte, en autopistas,
aéreos, ferrocarril, marítimos
y en transportes de fluidos y despegues
de naves espaciales. Es turno de escucharlo.